2. El hogar, dulce hogar

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El hogar, dulce hogar

(Marcus)

Mientras revisaba en el fondo de mi armario, escuché la voz de Sean.

–¿Quién es este?

–¿De qué hablas? –pregunté tirando otra prenda de ropa por encima de mi cabeza hasta la cama –. No veo a través de las paredes.

–El que está contigo en la fotografía. Al que pasas el brazo por encima del hombro.

–Es mi hermano gemelo, Alexander. ¿Acaso no se nota?

–No demasiado...Tu aspecto...

–Si, bueno, no nos parecemos en todo, todo –. Entonces la fotografía que estaba viendo Sean, era la del instituto. De hace algunos años. Alexander vestía con su uniforme del equipo de fútbol y yo pasaba por una época gótica bastante peculiar e intensa.

Finalmente, encontré unos pantalones que podrían caber a Sean y de los que no me importaría desprenderme y volví a la sala. Él continuaba sentado en el sofá. Con la televisión puesta y la transmisión de las noticias. Sobre su regazo, mi gato. El muy vendido recibiendo caricias del enemigo.

Le tiré el pantalón sobre la cabeza, haciendo que Gokû saltara al suelo.

–Póntelo y lárgate de aquí –apremié.

Se puso en pie con el pantalón en la mano. Sonriente.

–¿Marcus? –. La voz de Kyle a través de la rejilla de ventilación del techo llamó nuestra atención. Me había olvidado por completo de mi vecino y mejor amigo por culpa de aquel intruso canino.

–¡Kyle!¡Hola!

–¿Marcus, estás bien? Esta mañana te escuché muy apurado –. Era curioso como ahora oía sin problemas todo lo que pasaba en su piso. La videoconsola encendida porque estaba jugando a ''Asesinos Nativos'', a decir por la música. Y las burbujas del refresco que se estaba tomando y que probablemente se acababa de servir. –¿Qué tal con PrincesaLeia22?

Miré a Sean, que a pesar de estar poniéndose los pantalones, se notaba que prestaba atención a nuestra conversación.

–No vino –respondí a Kyle restándole importancia al tema –. ¿Qué dijiste de esta mañana?

–Parecía que tenías prisa. ¿Qué te pasó?

–No estuve aquí, Kyle. Debes estar confundido.

–Vamos Marcus. Te pregunté, pero no me respondiste. Debía ser algo muy urgente. Anoche ni siquiera te uniste a la partida de Armageddon Zombie.

–No estuve... –repetí aturdido.

–Alguien ha estado en tu casa entonces –dijo Sean, que de buenas a primeras ya estaba a mi lado bajo la rejilla y completamente vestido.

–Pero ¿quién? –me sentí estúpido por preguntarle aquello a Sean.

Él cerró los ojos y aspiró profundamente por la nariz.

–El único vampiro al que huele es a ti. Tal vez fuera un ladrón. ¿Notas que falte alguna cosa?

Eché una rápida ojeada a mi alrededor.

–A simple vista...no. Y sería un ladrón muy estúpido, porque algunas de estas figuras en su envoltorio original, valen una pasta. Una pasta gansa –. Pero entonces caí en la cuenta –¿y si fue el que me golpeó la cabeza? Tal vez buscaba algo que yo no llevaba encima y lo buscó aquí.

Colmillos de Plata (Slash//Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora