Capítulo 3

351 38 2
                                    

Lejos de allí, la nave de los guardianes había localizado por fin a Gamora. Pero las cosas, pese a que seguían vivos y juntos, eran dolorosamente distintas. Gamora estaba de vuelta, sí, pero no era la misma que había vivido aventuras con ellos. Solo conocía a Nebula y era también Nebula la única en quién, al menos en cierta manera, confiaba. 

Y aunque Quill se había esforzado, ayudado por las dotes empáticas de Mantis, en explicarle el vínculo que había habido entre ellos, no podía hacerle sentir nada más que confusión e incredulidad. 

Incluso Thor, que no era precisamente el mejor amigo de Quill, sentía lástima por él en aquellas circunstancias. 

-Ahora está otra vez con vosotros...con nosotros-dijo el dios del trueno, poniéndole una mano sobre el hombro a Starlord- Espera a que pase el tiempo. Si se enamoró una vez, seguramente estéis destinados a enamoraros. De una forma u otra...

-Eso espero-respondió Peter, con un suspiro.

En ese momento, un destello azul anunció la inesperada llegada de Loki, Steve y Bucky. Como ya venía siendo costumbre, Thor se alegró mucho de ver a su hermano, se sorprendió pero no demasiado de que estuviese vivo y se enfadó un poco de que inexplicablemente, tuviese el teseracto.

-Ah, ¿esto? Es cosa de realidades alternativas y todo eso...No lo entenderías-empezó a decir Loki, antes de ser envuelto por los fuertes brazos de su hermano- Ugh. Todavía tienes esa maldita costumbre.

Mantis se acercó a Bucky y a Steve y les tomó de las manos al saludarles. Les recordaba de la batalla final contra Thanos pero nunca habían sido debidamente presentados. El contacto con sus manos le hizo percibir ciertos sentimientos que reinaban entre ellos, pero esa vez no dijo nada.

-Bueno...-dijo Loki-Estamos viviendo juntos por un tiempo y tenemos demasiado tiempo libre así que se me ocurrió hacerle una visita a mi hermano favorito...

-¿Soy tu favorito?-preguntó Thor.

-Es bastante obvio. Hela no me caía bien. A ti te puedo aguantar.

-Estamos encantados de teneros aquí-dijo Thor, sonriendo.

-Sí, sí...me alegro de verte, tío del brazo guay-intervino Rocket.

-Igualmente, mapache parlante- respondió Bucky.

-Yo soy Groot.

-Chicos, no estamos en muy buena situación ahora mismo-dijo Quill- Quizá no sea el mejor momento para una visita...

-Aquí mando yo, Quill- repuso el mapache-Y estos tíos me molan. Pueden quedarse.

-No vamos a molestar, de verdad-prometió Steve-Y os prometo que os ayudaremos con lo que sea si está en nuestra mano.

-Está bien-suspiró Starlord- pero que sepáis que soy yo el que está al mando.

-Eso es discutible-murmuró Thor.


Horas más tarde a Quill se le ocurrió una idea más para intentar recuperar, o conquistar de nuevo, el amor de Gamora.

-¿Bailarías conmigo?-dijo, acercándose a ella, menos seguro de sí mismo de lo que solía.

-No lo sé, ¿Lo haría?. No parece algo muy típico de mí.

-Puede ser. Pero eso era lo que estábamos haciendo la primera vez que...mejor dicho, la primera vez que CASI nos besamos.

-Sigo sin concebir como yo, o cualquier versión alternativa o futura de mí, ha podido enamorarse de ti, pero puedo intentarlo.

Y mientras la extraña pareja retomaba su baile, Bucky, inspirado, se dirigió a Steve:

-¿Y tú? Al final, ¿ella...te enseñó a bailar?

Steve asintió.

-¿Por qué no me enseñas como se hace? Yo lo he olvidado, Steve...-Bucky bajó los ojos y la voz se le quebró ligeramente-Esto...-adelantó su brazo metálico-no fue diseñado para bailar...pero estoy seguro de que con un buen maestro podré hacerlo.

-Yo también estoy seguro, Buck-dijo el antiguo capitán América, entrelazando sus dedos con los dedos metálicos de su amigo. 

Junto a Gamora y a Starlord, bailaron al son de "Save the last dance for me". 

Loki lo vio todo complacido por la actitud de Bucky, y más tarde, cuando ya habían llegado a casa, a la tierra, le felicitó por ello:

-Va mejor de lo que pensaba. No descarto que dentro de poco más de una semana el capitán luzca otro anillo en su dedo.

-No dices más que tonterías-rió Buck.

-¿Tonterías? Tú sabrás, James...pero estoy seguro de que nunca le has oído decir tu nombre...murmurar tu nombre...con su aliento en tu rostro...ahogando su voz con tus besos...y de que te gustaría que tu propio nombre sea lo último que oigas de su boca antes de...

-¡No digas eso! Yo...no quiero eso-dijo Bucky, enrojeciendo de los pies a la cabeza.

-Se te da fatal mentir, ¿Lo sabías? Te lo dice un experto.

En ese momento Steve llamó a la puerta.

-Bucky...quiero hablar contigo...siento que debo decirte muchas cosas. Hay muchas cosas que no te he dicho...desde la última vez que te vi...Y ha pasado toda una vida.

-Chicos, estoy aquí-les recordó Loki.

-Lo siento, Loki...Bueno, ¿Qué me dices, Buck? Podemos cenar fuera, si no estás demasiado cansado, claro...

-Será un placer.

Un segundo antes de que Buck saliera, cerrando la puerta tras de sí, Loki le guiñó un ojo...


Difícil de olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora