Capítulo XVI: Los Claveles

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Yolotl la contempló sin sorpresa pero igual asustada.

Melissa no dijo nada, sólo observó a su amiga con el corazón en pedazos. Bajó la vista y se soltó a llorar, sin que le importara ya que los demás la vieran. No escuchó lo que dijeron ni les presto atención, sentía que había perdido su vida entera en un segundo. Y ni siquiera era culpa de Aristóteles, sino de Yolotl.

De repente, se dio cuenta de que la única que quedaba en el área era Valentina.

Se arrodilló frente a ella en lágrimas y tomó suavemente su mano.

-Mely, lo siento.

Negó con la cabeza.

-Nunca querrá volver a verme, Vale. Sin Yolotl, todo habría salido bien...

-Mely, Temo no te quería, ¿no lo entiendes?

La apartó de un empujón.

-¡Ya sé! Pero podríamos haber seguido siendo amigos, podría haber seguido tratando...

Vale volvió a acercarse como un gato buscando cariños y tomó sus dos manos.

-Ya déjalo. Olvídate de él, se van dentro de poco...

-No. No puedo.

Valentina soltó sus manos y se enjugó las lágrimas.

-Por lo que más quieras, no les hagas daño -rogó retrocediendo en la hierba mojada.

Mely la ignoró, no podía creer lo que escuchaba.

-¿De qué lado estás? ¿Por qué no te vas detrás de Yolotl y la acompañas a vender esa grabación?

-¡Melissa, carajo! Sara merecía lo que le hicimos, pero ellos... -lloró- solo están protegiendo a Cuauhtémoc.

-Vete, déjame sola.

Sabiendo del carácter de su amiga, Valentina se fue y corrió por el jardín, deseando ver encontrar a Yolo todavía ahí. Pero ellos se había ido.

Tenía que advertirles.

.*.*.*.

-No lo puedo creer, tahi.

Ari y Temo se encontraban acostados sobre la alfombra de la sala de su departamento, a oscuras con la lámpara de noche y mirando hacia el techo. La cabeza de Temo descansaba sobre el pecho de Ari mientras él lo rodeaba con un brazo y jugaba con su cabello con su otra mano.

-Ya sé que parece imposible.

Temo se giró en su brazos para verlo a los ojos.

-Ari, lo siento mucho. De verdad, fui un idiota.

Ari le sonrió de lado.

-Sí. Pero ya no importa. También fue mi culpa, creo que todo habría sido más fácil si te hubiera dicho la verdad desde el principio.

Él volvió a acomodarse sobre su pecho.

-No creo que te hubiera hecho caso. Habría pensado que estabas exagerando.

-Tú siempre echándole limón a la herida.

Temo se echó a reír e hizo reír a Ari también. Tenía tiempo que no reían juntos así.

-Te digo la verdad.

Ari se mordió el labio.

-Tahi, hablando de la verdad y eso... tengo que decirte otra cosa.

Él es mío || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora