Chico Raro

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JongHoon bostezo después de golpear el despertador, removió su cuerpo entre las sábanas escuchando el crujir de sus huesos. Realmente el entrenador era un hijo de perra creyendo que era de goma o algún ser especial que no sabía el significado de cansancio.
Se levantó lentamente, hacia el baño para ducharse lo más pronto posible.
El agua tibia se llevó todo aquel rastro de pereza y se mentalizó para asistir a la escuela.

Se puso lo primero que encontró y salió de su habitación hacia el comedor.  Una nota de su padre anunciando su llegada después de las nueve, yacía sobre la puerta del refrigerador robándole una leve sonrisa. Desayunó rápidamente, y salió camino a la escuela.

Caminó con tranquilidad hacia la entrada de la cafetería donde un glamuroso muchacho de cabellos rojizos lo miró de arriba hacia abajo.

— ¡Heechul! — Llamó al chico con alegría.

— Hola Yeye. — Saludó con total desinterés.

— ¿Qué es todo eso? — Cuestiono viendo los libros y hojas amontonadas sobre la mesa.

— Tarea. — Contestó a secas.

— Tu nunca haces tarea. — Mencionó Jong, confundido.

— Precisamente. El de matemáticas me citó a las doce para entregarle mis tareas atrasadas, así que me saltaré las próximas tres clases. Dile a la de literatura que… Emmm… Que tengo diarrea.

— Oh...bien. — Asintió antes de irse.

El día no podía haber transcurrido más aburrido para Jong, de hecho siempre era así, era su primer año y solamente conocía a Heechul, alguien bastante creído y difícil de tratar, el tipo de amigo que siempre se quejaba de su ropa o apariencia general, pero bueno, era mejor a estar solo.  Eran ya las 11:30 y la profesora de literatura estaba perdidamente dormida en el escritorio, la mayoría se había ido ya. Pero él como siempre intentando no seguir las malas enseñanzas de los demás decidió quedarse. Los besos húmedos de dos compañeras podían escucharse perfectamente desde la esquina hasta el primer lugar.
Bufo aburrido y tomo su mochila. Definitivamente prefería ir a ver a Heechul.

^°^°^°^

Ingresó a la cafetería donde Heechul yacía. Sentado con un libro en mano y el cuaderno sobre la mesa, sin perder su estilo de cruzar la pierna.

— Hola. ¿Cómo vas con todo?

— Pues me han ayudado así que mejor.

— ¿Quien te está ayudando?

— Mi ñoño primo Yunho… Bueno, no es tan ñoño como tu. — Añadió mirando algo despectivo al chico de cabello rosado. Sí, en su flamante idea por resaltar un poquito más, un mes atrás Heechul le había teñido de ese extraño color el cabello. Algo que no dio muy buenos resultados.

JongHoon guardó silencio ante la forma en la que el contrario constantemente lo llamaba.
— ¿Ya acabaste? — Preguntó un chico alto mientras se sentaba a un lado de Jong.

— No soy Einstein, ¿De acuerdo? — Reclamó Hee.

— Eso no es un secreto.

Heechul miró al más alto con ojos asesinos antes de ver a Jong.

— Ah, él es JongHoon. yo le digo Yesung. Yesung, mi primo Yunho.

— Hola.— Saludó amablemente el chico alto al de cabellos rosas.

— Hola.— Contestó Yesung girando a ver al chico más perfecto que había visto en su vida, eso era seguro. Estaba guapísimo. Con una sudadera roja, el cabello castaño peinado a forma de hacerlo ver tan sexy y atractivo. — Es un gusto.

Si los amigos existen... •[KyuSung]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora