XXI • Una llamada

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Entro a la oficina del padre de JongHoon, lo sigo hasta un sillón oscuro frente a la ventana, toma un vaso de cristal y sirve alcohol en él.

— ¿Gustas?

— No, muchas gracias. — Niego rotundamente, es obvio que si bebo pensará mal de mí, y lo que menos debo hacer es perder puntos con él. Además dudo que alcohol y nervios se lleven bien..

— Cho Kyuhyun. — Dice mi nombre de manera fuerte, firme y autoritaria. — ¿Nervioso?

— Para nada. — Una mentirita no hace daño a nadie. Bebe un pequeño trago, sin quitarme los ojos de encima. ¿podría decir que es una oficina bonita? ¿qué digo?

— JongHoon me contó que vives solamente con tu mamá.

— Sí. — Contesto a secas, sin embargo su mirada por si sola me pide que siga. — Mi padre falleció hace mucho tiempo, ni siquiera lo conocí.

— ¿Tu sabes lo que ocurrió con la madre de JongHoon?

— Sí me lo contó. De hecho, me comentó que hace poco fue su... Funeral. — ¿Será una trampa para saber si soy impertinente? No refleja nada su rostro, suspira y deja de lado su vaso.

— Me enamoré de ella en un bar. Sabía cómo era, sabía a lo que se dedicaba y porque trabajaba. Las marcas en sus brazos lo decían a kilómetros... Hasta que me enteré que estaba embarazada. — Pausa, mira al suelo y luego a otro sitio. — Todo fue muy bien, la llevé conmigo, hasta que JongHoon nació. Jamás quiso cargarlo ni alimentarlo, a veces enloquecía y gritaba que no quería tenerlo cerca. Yo cuidé de él tanto como pude, pero a veces no podía,... — Su voz se quiebra en ese punto, regresa sus ojos tan profundos como los de JongHoon hacia mi. — Jamás ví a una madre ensañarse tanto con su hijo.

Lo sé, JongHoon me mostró algunas marcas de aquella vida que llevó de niño, cicatrices que para mí son la perfecta imagen de lo vulnerable que fue, son la razón de que quiera protegerlo.

— Me lo llevé. La dejé y me fui con mi hijo. Fue difícil, pero el cariño que le tengo es lo que me dio la fuerza para salir adelante. — Toma de nuevo el vaso y de un trago se acaba todo de él. — JongHoon ha sufrido, tal vez quiera borrarlo de su cabeza, o tal vez no quiera hablar de ello. Pero lo ha hecho. Se le dificulta mucho encontrar amigos, e integrarse del todo a un sitio nuevo. Y hace poco los que halló también lo lastimaron. — Yo también lo hice, mi torpeza lo ha lastimado. — Juré desde que me fui de esa casa con él que nunca permitiría que lo hicieran menos, que lo humillaran o lo lastimaran de cualquier forma. Amo a mi hijo, lo conozco y sé que eres importante para él.

— Jonghoon también es muy importante para mí, señor Kim. — Aclaro rápidamente de forma casi involuntaria.— Le doy mi palabra que nunca lo lastimaré.

— Entonces hazlo feliz. Ahora sonríe, es navidad, y ... me gusta que mi casa esté llena de alegría.


— ¿Qué tanto piensas Kyu? — unos chasquidos y vuelta a la realidad. Hyukjae me ha ido a dejar al aeropuerto. Iba a pedírselo a JongHoon pero prefiero no importunar tal vez esté ocupado después del desastre de una noche de navidad.

— Eh, nada. ¿qué decías?

— ¿Qué te dijo tu suegro? — Mi suegro, se escucha tan raro...

— Lo típico que no le hiciera daño a JongHoon. — Sonríe, de esa forma que lo hace parecer un violador psicópata.

— Creí que te haría algo por andarte comiendo a su hijo. — Se ríe de forma estruendosa, incluso algunos nos miran raro.

Si los amigos existen... •[KyuSung]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora