Si los amigos existen... •[KyuSung]•

XVII • Secuestrado

Sus profundas pupilas castañas me observan fijamente, cada paso que doy hacia él es un terremoto para todos mis sentidos, el fuerte y acelerado latir de mi corazón se siente como las enormes pisadas de un gigante en todo mi ser.
Llego hasta él, mirándolo fijamente, con los ojos empapados.

— Hola... — Dice iluminando su rostro con una sonrisa nerviosa.

— Hola.

— Fui un idiota. Debí haberte escuchado.

Sus palabras, el evidente tono de melancolía y arrepentimiento en ellas me hace apartar la mirada. Sin embargo, me doy cuenta que si, en verdad hace frío, y él sólo trae una playera de manga corta, unas bermudas y tenis. En pleno invierno trae ropa de verano.

— Mírate, hace frío. Te traeré un suéter. Hablaremos en otro sitio.

Doy media vuelta, avanzo entre la familia de mi padre hasta las escaleras, tomo la primer chamarra que encuentro en mi habitación para llevársela. Ni siquiera sé cómo empezar a hablar, sólo sé que debo ser honesto y valiente para exponer la decepción que me ha causado que no quisiera escucharme al momento.
Casi en la entrada, mi padre me mira con ojos suspicaces.

— ¿A dónde vas? ¿Pasa algo? — Lo sospecha, es más que obvio. Ya encontraré un momento para hablar con él.

— No. No pasa nada. Volveré pronto.

Ignoro los ojos de los demás, los cuchicheos o cualquier cosa irrelevante. Cierro detrás de mí la puerta, y lo encuentro recargado en el muro de mi casa.
Le extiendo la chamarra antes de indicarle con la mano que me siga.

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— Por favor, perdóname. — Dice por décima vez desde que llegamos al parque. Y por décima vez lo miro con ojos entrecerrados.

— ¡¿Por qué lo hiciste?! — Grito con molestia, estampo mi mano contra su brazo, luego el hombro y finalmente él atrapa mi mano, tira de mí y me envuelve en sus brazos mientras comienzo a sollozar. — ¿Por qué no me escuchaste? — Pregunto con un hilo de voz, me aprieta contra su cuerpo, escucho el acelerado latir de su corazón. — Yo jamás te engañaría Kyu. Jamás.Yo no te lastimaría por nada.

Me alejo de él, limpió mi rostro y aún lo observo fijamente con los ojos llorosos,

— Lo sé... Fue muy idiota de mi parte actuar sin pensar... Encontré a tu ex amigo en Suiza y cuando habló conmigo, todo encajó. — Ex amigo... Acaso se encontró con...

— ¿Heechul? — Me alejo de su abrazo con la mirada confundida, avanzo hasta uno de los columpios, me siento sobre uno y Kyuhyun también.

— Sí. Se interpuso cuando estaba esquiando, y caímos.— Se balancea lentamente. — Preguntó por ti. Supuso que habíamos terminado y me contó que habías pateado a Yunho un día antes de las vacaciones.

— Él me interceptó cuando iba a mis clases, dijo... Muchas tonterías. me besó a la fuerza y en resumen me propuso que... Ya sabes. — Explico con cierto nivel de vergüenza en la voz, me sonrojo y Kyu suelta un suspiro, se levanta del columpio y avanza detrás del mío para empujarme ligeramente.

— Maldito infeliz.— escupe con la voz dura y fría. — ¿Y tú qué le dijiste? — Me cuestiona con el mismo tono.

— No me hables así.—Lo regaño a la vez que lo señalo amenazante. — ... Obviamente fue cuando lo pateé. — Levanto los pies cuando el columpio avanza hacia arriba, baja y siento sus manos impulsándome por la espalda.

— Disculpa. Es que... siento una horrible bola de ira en el estómago. Quiero... No se... golpearlo. — Conozco ese tono. Conozco cuando se pone celoso. Aunque no ha sido muy frecuente durante nuestra relación, sé cuando tiene celos.