¿Mariposas en el estómago? Ahógalas.

5

Me reuniré con Ámbar en la estación Cuatro Caminos, se me hace tarde, me tomo una ducha y dudo en qué ponerme.

¿Qué me pasa? No me intereso tanto en la ropa que uso, sólo elijo algo y listo, pero esta vez fue diferente, me importaba en cómo me veía.

Hasta que me decidí por una camisa blanca con una chaqueta de mezclilla, unos jeans negros y un par de tenis blancos.

(Espero no verme raro.)

Tomé el autobús y fui rumbo a la estación. Recuerdo que estaba nervioso y me preocupaba haber llegado un poco tarde y que ella se enojara conmigo. Llegué al lugar y miré a mi alrededor, hasta que la encontré.

–Ho-Hola Ámbar, perdona la tardanza– dije con voz algo nerviosa, debí tomar un taxi.

–No importa– responde y suspira, entonces me mira –¿Nos vamos?

–¡Ah! Sí– sonrío –Ven, conozco un restaurante muy bueno– tomo su mano y la llevo.

¿Qué acabo de hacer?

Fuimos a una pizzería. Después de que la cajera nos tomara la orden, nos sentamos en una mesa, pasados unos segundos Ámbar habló.

–Oye.

–¿Eh? ¿Qué pasa?–me apegué un poco a la mesa interesado.

–Los compañeros de mi escuela me emparejan contigo...

–¿E-eh?– me sorprendí al escuchar eso. ¿Quién lo creería?

–Y estuve pensando...– posa su mirada en mi rostro con otra de sus sonrisas coquetas –En que finjamos ser novios, sería divertido engañar a esas personas.

Espera, ¿fingir un noviazgo? No tengo novia y a nadie en mente... Ya no tengo cosquillas en el estómago. Sería interesante, creo... Que no tengo nada que perder.

–Ah... Está bien– después de todo, me gustan las bromas, no tengo problemas con hacer esto, pensé.

Entonces me fui al baño a lavarme las manos. Al hacerlo me quedé reflexionando.

(Fingir un noviazgo...)
Nunca había hecho algo así. ¿Y si me llega a gustar alguien y se entera que tengo novia? ¿Y si sólo me está usando para pasar el rato y ser la única que se divierte? ¿Y si... Vuelven a surgir mariposas por su culpa?

No.
No lo permitiré.

Salí del baño y me dirigí a la mesa, mejor le diré que no, pensé y me senté en mi lugar, en ese momento habían traído la pizza, Ámbar me miró.

–Llegaste justo a tiempo, ahora comamos.

La miré y suspiré –Escucha Ámbar, tengo algo muy importante que-

...
Me besó.

Exactamente antes de que terminara de hablar me besó...
Me sonrojo, no sé qué hacer. Se separa de mis labios y me mira, poco después se ríe. La veo... Sorprendido.

–¿Por qué hiciste eso...?

–Tu cara da risa– sigue riendo. ¿Tan gracioso me veo?

Cubro la parte inferior de mi rostro con una de mis manos y la vuelvo a mirar.

–Por cierto, acabo de avisarle a Aylen y a Mikaela que somos novios, deberías hacer lo mismo para que todos se la crean.

¿Qué? ¡¿Qué?!
¡¿QUÉ?!
¡Ay no puede ser!

Se nota que quiere que todo el mundo lo sepa, me pareció muy exagerado. Al día siguiente me pidió que la recogiera después de clases, y eso hice. La saludé y ella volvió a besarme, lo hace cuando estoy distraído, no le correspondo porque no es como si me gustara.

Me di cuenta que Mikaela nos miraba, Ámbar se separó y la saludé.

–¡Hola Mika!

–Hola Adrián... Veo que viniste por Ámbar, uhm... Tengo cosas que hacer, bye.

...
Me dolió verlo así. ¿Le habrá pasado algo?