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Es fin de semana. Despierto y me levanto de la cama. Tomo mi celular y me voy a la cocina, veo que no hay nadie pues mi madre se llevó a mis hermanas con la abuela, por suerte me dio permiso de quedarme en casa. Miro mi celular y tengo una llamada perdida, era de Ámbar, luego revisé nuestro chat y decía:

-Te veo en la zona de comida rápida de San Esteban a las 2.

¿Eh? Tanto el mensaje como la llamada me lo había enviado hace una hora. Pero, ¿para qué me buscaba? Debió pasarle algo. Entonces me visto y voy al lugar.

Tiene a Aylen y a Mika...
(¿Por qué yo?)

Llego a la hora indicada, miro a mi alrededor y la encuentro sentada en una de las mesas, así que me acerco a ella.

–Hola Ámbar– sonrío.

–Hola– suspira.

–¿Qué pasó?– la miro preocupado.

En ese momento, un empleado del local de Burger King grita su nombre, ella va hacia él y éste le entrega una charola con comida. La orden que pidió. Vuelve a su lugar y se sienta.

–Lo siento, llegué antes y esperarte me dio hambre, ¿tú no pedirás algo?– me mira.

Niego con la cabeza mientras la miro– Gracias.

–Ok– come.

La espero hasta que por fin termina y deja la charola encima del contenedor de basura.

–Vámonos– se limpia los labios con una servilleta

–¿Eh? ¿A dónde?

–Sólo sigueme– tira la servilleta al contenedor y se va.

Comienzo a seguirla sin decir nada. Entonces me doy cuenta que llegamos a su casa, abre la puerta, entra y me mira.

–Pasa.

–Ah...– entro y cierro la puerta.

Después la miro, está de espaldas delante de mí, no puedo ver su rostro, sólo noté que su cabeza estaba mirando hacia abajo, de repente apretó sus manos formando un par de puños a sus costados.

–Ya... ¡Ya no lo soporto!– comienza a llorar y se va directo a su habitación sin decir nada más.

¡¿Qué?!
Me sorprendo, inmediatamente la sigo y la observo. Está sentada en el suelo al lado de su cama, cubriéndose el  rostro...

–Es mi novio... Siempre se desquita conmigo, no me toma en cuenta... Pareciera que no le importo, y a veces... Llego a pensar que sólo juega conmigo– sigue llorando.

No sabía que podíamos tener pareja. Ahora sí me siento usado...

Entonces me siento junto a ella. Se recarga en mi hombro y canta entre susurros:

–Me estoy quedando sin voz en un laberinto sin salida. Me falta el aire, no puedo respirar. Me hundo en el mar, navego entre aguas saladas~🎶

Quise reclamarle pero... ¿Cómo hacerlo si está llorando por alguien que no vale la pena? ¿Karma? No lo sé. Tomo su rostro y lo dirijo hacia mí mirándola a los ojos.

–... Tu novio es un imbécil, no tiene porque tratarte así– limpio sus lágrimas– Eres una chica muy simpática Ámbar,  lo que te hace falta es que te demuestre cuánto te ama, –beso su mejilla y froto su cabeza– Ponte firme, no dejes que pase por encima de ti.

Si ella tiene novio, entonces... ¿Qué soy yo...?

Me mira y sonríe un poco, para luego abrazarme.

–Tienes razón. Gracias...

Correspondo a su abrazo y luego me besa. Me quiero separar tratando de levantarme pero, como si ya supiera lo que pensaba hacer, me empuja a su cama y se lanza a mí para poder besarme el cuello.

(Oh... Cielos...)
Quiero irme pero me gusta lo que hace.

La separo un poco de mí y la miro sorprendido.

–¿Por qué haces eso...?

Entonces suspira algo molesta y me mira con el ceño fruncido.

–Porque si yo no lo hago, tú no te atreverías.

Y tiene razón.
¿Pero eso qué tiene de importante si todo es mentira...? ¿Por qué me hace esto cuando tiene a alguien?

Se acerca a mi pecho y me quita la camisa, hace frío... Me siento en la cama, la tomo de la cintura y la beso inconscientemente. A hacerlo, me comienza a dar un cosquilleo el estómago, siento cómo se me revuelve un poco. Me corresponde y acaricio sus mejillas.
Poco después beso su cuello lentamente haciendo que suelte pequeños gemidos.

(Por Dios... No sé lo que hago)

Me abraza del cuello y continúo besándola...

Espera.
Espera.
¡Espera!
¿Qu-qué demonios pasa conmigo?

Dejo de besarla y me separo inmediatamente de ella para luego desvíar la mirada.

–Lo siento... Tú tienes novio, no era mi intención.

Me pongo la camisa y salgo de la habitación en silencio. Sentí cómo se me acercaba pero decidí volver a mi casa.

Qué incómodo...

Desde que la besé, el cosquilleo en mi estómago no paraba y era cada vez más fuerte.

Ay no...
(Debo ahogar esas mariposas cuánto antes)

Tiene novio.
Tiene novio.
Tiene novio.

Recuerdalo Adrián.
Ella tiene novio, ya ama a alguien, no querrías arruinar su noviazgo más de lo que ya está.

Pero... Ese tipo es horrible, se nota que no sabe valorarla, puede que ni siquiera la ame, pero... Si ella aún está con él, es que le importa ¿no?

Ay... Ya no quiero pensar, será mejor que ocupe mi tiempo jugando videojuegos. Entro a mi casa, enciendo la consola y pongo Need for Speed: Undercover y juego hasta aburrirme.

(Diablos...)

¿Mariposas en el estómago? Ahógalas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora