¿Mariposas en el estómago? Ahógalas.

16

Despierto, me levanto e inmediatamente voy a tomarme una ducha, me visto y preparo el desayuno para mis hermanas. Salgo de casa y camino en dirección al instituto. Estoy bastante emocionado por la audición que haré hoy con los chicos.

Saliendo, hablaré con Ámbar para ponerle un fin a esto.

No hay clases hoy, la rutina estudiantil de siempre no está presente este día, porque es el cierre de semestre. Sentarse, poner atención y tomar nota, sentarse, poner atención y tomar nota, me olvidé de eso. Observaba discretamente a Zuri mientras caminaba y charlaba junto a ella, lucía tan radiante y enérgica como siempre, ¿cómo puede ser tan alegre? No es una queja, sino, una duda existencial que a menudo está en mi cabeza cada vez que mis ojos se posan minuciosamente sobre su ser. Y una vez que están sobre él, se quedan fijos, como una mariposa disfrutando del néctar de una hermosa flor.

Zuri y yo vamos a la sala de música, en donde nos reuniremos con los demás. Denisse y Alejandro ya estaban ahí, así que sólo era cuestión de llevarnos el equipo de audio y los instrumentos al auditorio de la institución, Nelly fue a hablar con el director para que notifique a los alumnos en media hora el evento.

Pasado ese tiempo, nos pusimos manos a la obra y, frente al escenario, inhale y exhale tranquilo, sin pánico escénico, fui el primero el tocar. Luego me acompañó Ale, y Denisse lo siguió poco después, para así comenzar a oírse la melodiosa voz de Zuri. Fue simplemente grandioso, todos nos aplaudían y nos miraban con asombro.

( ( 🌾 ) )

POR FIN. El espectáculo ha terminado y con satisfacción, salgo con Zuri del salón. Alejandro se fue antes ya que nos contó que estaría ocupado con sus clases de recuperación. Le dije a Zuri que podía irse sin mí, ya que también tenía algo que hacer, ella aceptó y con eso nos despedimos, cada uno dirigiéndose a su propio camino.

Llego al plantel de Ámbar y Mika y espero a que salgan.

Casualmente no tardan en aparecer ante mis ojos.

Rápidamente voy hacia ellas. Saludo cordial a Mika para así mirar seriamente a Ámbar.

–Tenemos que hablar.–dije, sin apartar la vista sobre ella.
–¿Ah? Tú y yo no tenemos nada de que–la interrumpo tomándola de la muñeca y proceder a caminar en medio de la multitud.–¡Oye! Déjame.–retuerce un poco el brazo con tal de zafarse de mí, pero es en vano.

La llevo al parque y finalmente la suelto. Vuelvo a mirarla.

–Te pido que por favor no difundas rumores sobre mí. No porque ya no quiera nada contigo te dé derecho a destruir mi reputación

Ella, escuchando atenta, ríe burlona en cuanto terminé de hablar.

–No sé de qué me estás hablando.-camina y se sienta sobre una banca del lugar, colocando una de sus piernas sobre la otra.

Me molesto y la sigo. Me quedo parado frente a ella.

–Ambos sabemos de lo que estoy hablando. No te sirve de nada que tomes el papel de inocente. Dijiste en mi instituto que fui el amante de un universitario mientras salía contigo, y que nunca te amé.–exclamé.

Ámbar suspira y cruza sus brazos, para así poner una mirada de frustración hacia mí, mostrándome su fastidio.

–Te juro que no sé de qué me hablas. Aquí el único desubicado eres tú, Adrián. No me metas en tus problemas, ¿ok?

...
¿Qué?
¿Acaso...?

La miro extrañado, ¿en serio no tenía idea de lo que estaba diciéndole?, ¿fingía no saberlo? No, sería absurdo aferrarse a eso sabiendo que ya la he descubierto, claramente no conseguiría nada. Entonces, ¿quién dijo ese rumor?

Al cabo de un momento en silencio, veo que se levanta y dice:

–Yo no diría esas cosas con tal de obtener tu atención. Es una completa estupidez.–me da la espalda y comienza a alejarse.

Sin embargo, la miro y alzo un poco la voz.

–Lo siento.

Ella se detiene en seco por unos segundos al oír mis palabras y sigue con su camino, sin siquiera volver a mirarme.

( ( 🌾 ) )

¿Y ahora qué?

Vuelvo a casa, cansado y sin ganas de hacer otra cosas más que dormir. Me aviento a la cama boca arriba y me quedo mirando el techo, pensando en quién podría ser la persona que difundió ese rumor, qué quiere lograr con su cometido y si acaso la conozco, ¿estará en el mismo año que yo? ¿En el mismo grupo? ¿Será alguien cercano? Quién sabe, pero espero descubrirlo pronto.

Apago la luz y me sumerjo entre las sábanas.