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Han pasado 5 meses desde que me cambié de instituto. He aprendido varias canciones para tocar con la guitarra sin problema. Nelly nos dijo que al terminar el semestre se llevará a cabo una fiesta de cierre  por parte de todos los Clubes. Nosotros tocaremos un par de canciones en la explanada principal, en frente de ¡TODO EL INSTITUTO!

¡Por Dios!
Lo haremos bien.
Lo haremos bien.
(Eso espero...)

Por eso me esfuerzo para no fallar. Pero por otro lado, estoy ansioso, ya que sería la primera vez que hago algo así y después... ¡Unas merecidas vacaciones!

Mi relación con Ámbar va bien, o eso es lo que quiero pensar ya que en muchas ocasiones tiene sus ataques de bipolaridad, cuando se enoja o está de mal humor puede ponerse violenta, una vez me dio una cachetada por tratar de consolarla, si te soy sincero... No sé lo que le pasa, y por más que trato de ayudarla parece que sólo empeoro las cosas.

.-🌾-.

Últimamente Aylen no ha venido a clases, la he contactado pero no me responde. Espero que no le haya pasado algo malo.

Cuando terminaron las clases, decidí darle su espacio a Ámbar, no quería fastidiarla, así que esperé a Mika y la acompañé a su casa. Me invitó a quedarme un rato y acepté.

Le envíe un mensaje a mi hermana diciéndole que había comida en el refri, que sólo la calentaban y estaba lista, algo que ella sabe hacer sin peligro.

Me quedé observando la televisión mientras Mika sacaba sus útiles para comenzar su tarea, es muy responsable, por eso es la mejor de la clase.

.-🌾-.

Minutos después, me aburro de la programación, así que apago en televisor y me siento a su lado para ver lo que hace.

¿Eh?
¿Soy yo o cuando me senté se puso tensa?
Quizá la esté incómodando.

–¿Qué pasa? Te veo tensa.

–Eh... No es nada.

Estaba concentrada en la libreta que tenía, no clavaba la vista en otra cosa más que en esas páginas. En ningún momento me miró a los ojos. Pero entonces, me fijé en lo que estaba viendo y eran unas ecuaciones de álgebra, por lo que deduje que tenía dificultades al tratar de buscar su solución.

–¿Te ayudo?

–¡Por favor!– me mira, como si estuviese esperando a que le preguntase eso.

(Cielos...)
Involuntariamente suelto una pequeña risa y me acerco aún más a ella para explicarle.

No soy el mejor en álgebra pero tampoco soy el peor, ya que al menos sé qué procedimientos emplear.

Es muy tierna, no recuerdo si ya te lo había dicho, pero es algo que siempre he pensado de ella, a pesar de su frialdad con los demás.

Entonces tomo su barbilla y la miro. Tiene ojos grandes y la piel muy suave, noto que sus mejillas están coloradas y su rostro me transmite inocencia.

–Cubito de hielo– digo sonriente por fin después de un silencio que parecía ser eterno. Estaba satisfecho con lo que dije.

¿Mariposas en el estómago? Ahógalas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora