York shin, ocho años atrás.
—Hay alguien que quiere verte —dijo Chrollo antes de salir.
Un súbito miedo la invadió, pero se desvaneció rápidamente cuando vio entrar a una joven delgada con el cabello rosa.
Ambas se fundieron en un abrazo cargado de emoción, como dos hermanas que la vida ha separado trágicamente.
—Estás... tan linda. Había querido verte desde que el Danchō nos dijo que estabas viva.
Machi era una de las pocas personas que Ilein extrañaba de ciudad Meteoro y agradecía que estuviese allí.
Chrollo entró para dejarle comida y ponerle unas compresas frías en la frente y luego las dejó para que hablaran, pues estaba convencido de que la presencia de Machi la ayudaría a sentirse más cómoda.
Hablaron largo rato, tras lo cual la joven pelirrosa salió, dejándola descansar.
—Creo que ya está un poco mejor —anunció, uniéndose a los demás en la sala.
—¡Acabamos de llegar y ya nos está dando problemas! —se quejó Phinks—. Si no es una Araña no debería estar aquí.
—No es decisión tuya —declaró Franklin, que había llegado junto con Machi y Shalnark.
—Es cierto —dijo este último—. Si el Danchō la trajo es porque debe tener una buena razón. A mí no me molesta.
—A mi tampoco —se sumó Uvogin.
—A mí menos —siguió Machi.
—Me da igual —indicó Franklin.
Phinks miró a Feitan, que al parecer era el único que lo apoyaba, pero aun así eran minoría y no tuvo más opción que aguantarse.
Chrollo, que había ido a ver cómo seguía Ilein, entró en ese momento. Al hallarla mejor ya podía dar inicio a lo que los había reunido.
—Esta noche comenzaremos. Sólo será reconocimiento.
Asignó las labores de cada uno. El único disconforme era Phinks, pues se le asignó la vigilancia de la base.
—¡Grandioso, ahora tendré que quedarme de niñero! —bufó hastiado. Parecía una broma.
A las ocho de la tarde salieron, dejando en el lugar a un malhumorado Phinks y a Ilein. El primero, se entretuvo viendo televisión hasta que un ruido en el segundo piso lo alertó.
—¿Ahora qué habrá hecho esa niñita estúpida? —murmuraba entre dientes, subiendo la escalera—. Esos idiotas me dejaron aquí sólo para fastidiarme... el enano de Feitan me las va a pagar...
Al llegar al pasillo se detuvo de golpe, sin poder creer lo que veían sus ojos.
—¿Luz? ¿Qué haces aquí?
La joven estaba junto a unas cajas, una de las cuales se había caído, desparramando su contenido por el suelo.
—Phinks... yo...
Se había levantado para ir al baño y en su debilidad, terminó chocando con las cajas. Jamás pensó que él sería quien se quedara, y menos que todavía no se diera cuenta de lo que ocurría.
—Acaso... no... ¡No puede ser!
Por fin parecía haberlo descubierto.
—¿Me estás acosando?
Ilein debió sostenerse de la pared para no caer. El joven seguía sin comprender la compleja situación en la que se hallaban.
—Supongo que me extrañabas mucho y no pudiste esperar hasta mañana —la acorraló contra la pared, besándola con pasión—. Hmm... estás... tan caliente.
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Los días perdidos de Lucilfer
Fanfiction¿Cuáles son las historias que se ocultan tras él, siguiéndole a donde va como una sombra? Ella ha crecido junto a Chrollo y lo ama. Un día él la traiciona de la forma más cruel. Ahora, lo único que ella desea es la venganza. Todos tenemos un pasa...