Interlude:13

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—Oye, Tae– lo llamó SeokJin mientras se acercaba hasta el sofá, sentándose a su lado–. ¿Por qué no aprovechas para hablar con Jimin? Ya sabes, lo que conversamos con Namjoon en la cafetería.

—Hyung, no me presiones por favor.

—No te estoy presionando,– se levantó del sofá y se acercó a la puerta de la entrada con Yoongi– pero es básicamente lo que estoy haciendo. ¡Jimin! Iremos a comprar cervezas. Cuida que Taehyung no haga estupideces– gritó para que el rubio lo escuchara.

—¡Okay!– gritó igualmente.

Taehyung no tuvo tiempo de protestar antes de que ambos le sonrieran cómplice y salieran del departamento.

—Bien, mocoso, ya escuchaste, estoy a cargo– Jimin se desplomó sobre el sofá, recostando su cabeza en las piernas del otro.

—Pero-

—Nada de peros, estoy a cargo, acaricia mí cabello, quiero cariño.

El menor sin dudarlo un momento comenzó a acariciar la cabeza de su mejor amigo, masajeando con las yemas de sus dedos en círculos y enredandolos en sus cabellos, lo que provocó más de un escalofrío recorriendo el cuerpo de Jimin.

Taehyung adoraba darle caricias al mayor, y Jimin adoraba que le hicieran caricias fuera donde fuera. Nunca se cansaría del toque del castaño en su cuerpo.

Jimin cerró los ojos con delicadeza mientras sonreía y Taehyung se permitió observar el rostro de su amigo en detalle, sintiéndose deleitado por sus delicados pero varoniles rasgos, sus mejillas regordetas y, dios, sus pomposos labios. Cuántas veces había fantaseado con besarlo hasta no tener aire, en dejar esos abultados labios más hinchados de lo normal y completamente rojos.

Tal vez el amigo de SeokJin tenía razón y las cosas no debían ser tan complicadas como ellos las planteaban, tal vez simplemente debían dejarse llevar. Después de todo, se notaba la reciprocidad. No debía tener miedo al rechazo, mucho menos al fracaso. Las cosas irían bien y estaba seguro.

—¿Qué tanto me ves?– dijo Jimin con una pequeña risita. Sus pómulos estaban rojizos y sus ojos tenían un brillo especial.

Taehyung no se había dado cuenta cuando el otro abrió los ojos y lo observaba mientras veía su rostro con su sonrisa de enamorado total. No pronunció palabra y simplemente negó con una sonrisa, como queriendo decir un "por nada en especial".

Se mantuvieron con sus ojos fijos en los del otro, sonriéndose tiernamente y con la mano de Taehyung en el cabello de Jimin, sin dejar su trabajo.
La mano bajó lentamente hasta tocar la mejilla sonrosada y abultada, la acarició de igual forma, con el mismo cariño con el que lo tocaba siempre, y volvió a sonreír.

—¿Te dije alguna vez cuanto te amo?

Jimin sonrió amplio, avergonzado, haciendo que sus ojitos se cerraran. Sus mejillas enrojeciendo.

—Si, sueles hacerlo a diario.

—Es que te amo mucho.

—Yo también te amo, idiota.

El rubio se acomodó mejor, quedando sentado de lado sobre las piernas de Taehyung, sin dejar de mirarse con una sonrisa.

Es ahora o nunca.

Acarició la mejilla rosada con el dorso de sus dedos y sostuvo la línea de su mandíbula, moviendo el pulgar suavemente, Jimin inclinó su cabeza contra la mano para corresponder el tacto, cerrando sus ojos por un momento. Cuando volvió a abrirlos con delicadeza, le dio una cálida sonrisa que Taehyung interpretó como una señal. Dejó su mano lo más firme posible en un intento de que el temblor de su cuerpo no fuera notable, y lentamente se acercó, temeroso pero decidido.

Anticipando el suceso, ambos cerraron los ojos y sus labios hicieron contacto; suaves, dulces, tal como los había imaginado siempre. Con un deseo instalado desde hacía doce años. Doce tortuosos años de enamoramiento soportados por la inseguridad de no saber llevar una relación. Doce años que habían valido completamente la pena.

Movieron sus labios con timidez, ninguno de los dos sabiendo que hacer exactamente. Si bien tenían veintiséis años, ambos estaban teniendo su primer beso en ese instante. Se habían reservado el uno para el otro sin siquiera decirlo.

Sorprendentemente, Jimin parecía entender más del tema, por lo que él guió los movimientos. Se sentó de una forma más cómoda sobre Taehyung, poniendo una pierna a cada lado de las suyas, y rodeó su cuello con los brazos.
Ambos pares de labios se movieron de manera delicada y suave, los belfos húmedos y los leves ruidos que producían al separarse de los cortos pero intensos toques eran una melodía inigualable para los dos. Estaban siendo felices con muy poco. Muy poco para cualquiera excepto para ellos. Para ellos ese beso era su mundo en aquel instante. Era el momento más esperado de casi la mitad de sus vidas. Era perfecto en su sencillez.

Las manos de Jimin estaban posadas en ambas mejillas del castaño, acariciando y disfrutando la calidez y el tacto de su piel. Las manos de Taehyung, por su parte, estaban ubicadas por su cintura alta, acariciando el camino hasta su espalda y de vuelta al lugar inicial.

Muy a pesar de ambos, el beso no podía ser eterno, y cuando sintieron arder sus pulmones por la falta de aire, a pesar de la lentitud, fue necesario separarse.

Se miraron a los ojos de una manera profunda y cargada de palabras que se atropellaban entre ellas para salir, necesitaban expresarse todo lo que no habían expresado en tantos años y aún así lo primero que hicieron fue abrazarse con fuerza, con la cara del rubio siendo hundida en el pecho de su enamorado, al igual que las pequeñas manos apretando la camiseta en la misma zona. Jimin comenzó a llorar y Taehyung lo envolvió con sus brazos para apegarlo más; él también estaba por llorar, pero quería mostrarse fuerte frente al mayor.

—T-Taehyungie...

—¿Si?

—En serio no puedo creer que lo hayas hecho.

—Tampoco yo.

—¿Por qué demonios nos tardamos tanto?

—Porque somos idiotas e inseguros.

—Lo somos.

—...Jimin.

—¿Si?

—¿Fue tu primer beso?

—Lo fue. ¿Y el tuyo?

—También lo fue. Te estaba esperando.

—Yo igual. No quería a nadie que no fueras tú.

Hubo un pequeño silencio unos segundos.

—Jimin.

—¿Si?

—Te amo.

—También te amo.

In The Wall ❨Jinnam❩ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora