Capítulo 3:

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Ocho brujitas se mantenían calladas, mientras navegaban en la Línea Ley, ninguna de ellas decía absolutamente nada, causando un ambiente incómodo, lo más sorprendente era que ni Akko, ni Amanda habían hablando en todo el camino. Las dos chicas mantenían su vista al frente y agarrando muy bien las escobas, porque sí, Akko ya había aprendido a volar, se lo había enseñado Diana.

Flash Back:

-Akko, recuerda mantener una postura firme-recomendó la rubia, desde la torre del reloj, ayudando a que Akko pudiese volar-pero tampoco te tenses tanto, solo siente el viento danzar alrededor tuyo, es algo natural, no te pasará nada si no le tienes miedo-explicaba la chica dueña de esos orbes color azul cielo.

-¡D-Diana n-no puedo!-gritó la castaña, con los nervios a flor de pie, la rubia cambió su mirada por una de cansancio.

-Akko, ya hablamos de esto-dijo la rubia, caminando a paso calmado, hasta la orilla de la torre-no va a pasar na...¡ahhh!...-no terminó su oración, pues resbaló y calló por la torre.

-¡Diana!-gritó la castaña, al ver cómo su amiga caía y cada segundo que pasaba, la rubia estaba más cerca de el suelo. Tomó su escoba con las dos manos y sudando, se aventó de la torre en picada, con la intención de alcanzar a su amiga.

-¡Akko!-gritó Diana, intentando detener su caída, el pelo de la rubia se sacudía con fuerza, a la vez que sentía un cosquilleo en su estómago, cortesía de la caída libre que realizaba.

-¡aguanta Diana! ¡ya casi llegó!-exclamaba la castaña, tomando con una mano su escoba y con la otra, tratando de alcanzar a su amiga-¡Diana agarra mi mano!-comunicó, abriendo la palma de su mano y tensandola, para así conseguir más fuerza.

Diana hizo caso a Akko, extendiendo su mano de igual manera, faltaba poco para llegar al suelo, pero la castaña logró agarrar a su amiga del brazo, ahora sólo quedaba que la brujita, pudiese elevarse del suelo.

-¡Diana, ayúdame no puedo hacerlo sola!-gritaba la Japonesa, tomando firmemente el palito de la escoba.

-¡Tú puedes!-gritó Diana, aferrándose a la castaña, que sólo se sonrojó, pero luego sonrió.

-¡Tya Ferreire!-gritó Akko, logrando elevarse, evitando una muerte segura, para las dos.

End Flash Back:

-aguanta Diana, ya vamos-decía para sí misma, la brujita más escandalosa de la academia.

Pasó un tiempo, antes de que lograrán llegar a su destino, en cuanto lo hicieron, se dirigieron a la mansión a toda prisa, encontrando a Anna en el camino.

-señorita Atsuko, ¿qué hace aquí?-preguntó curiosa la mucama, mirando a todo el grupo que llevaba con ella-y veo que no viene sola.

-Anna, por favor dime ¿Diana está aquí?-preguntó Akko, ya ansiosa por saber la respuesta. Ante la pregunta, Anna frunció el ceño.

-¿la señorita Diana? Me temo que no, se supone que debe estar estudiando en Luna Nova-respondió confundida.

-¡Anna!-exclamó una voz fuerte, se trataba de la Tía Darly. Que caminaba hasta dónde se encontraba la mucama-oh Atsuko, ¿qué haces por aquí?.

-vine a buscar a Diana, las maestras nos dijeron que estaba aquí-respondió la aludida, frunciendo el ceño.

-me temo que la información que tienes es incorrecta-habló Darly, esbozando una sonrisa tranquila-Diana no ha puesto un pie en esta casa, después de lo que pasó contigo.

-ya veo, es extraño, Diana apareció ayer, pero estaba bastante mal, tenía ojeras, su piel estaba más pálida de lo normal, después de decir unas cuántas palabras se desmayó-comentó Amanda, logrando que Darly se estremesca, pensando en los síntomas que mostraba Diana.

-bueno de todas maneras ella no está aquí-respondió Anna, en lugar de Darly, ya que ella se había quedado pensativa-gracias por hacernos una pequeña visita.

-gracias a ustedes por recibirbos-habló con total educación Hanna, realizando una reverencia-tenemos que volver  la academia, con suerte y todavía alcanzamos las tres últimas clases.

-realmente espero que no-contradijo Amanda, con una sonrisa traviesa en sus labios, a lo que Hanna rodó los ojos.

Las brujitas se retiraron de ahí, dejando a una pensativa Darly y a otra preocupada Anna.

-¿ama Darly, cree usted que es...?-preguntó no tan segura de sí quería escuchar la respuesta.

-tal vez, pero debemos hacer algo, la última vez terminé perdiendo algo muy valioso para mí-respondió Darly, entrando a la mansión apurada.

[...]

Las brujitas habían llegado a la academia, al parecer nadie se dio cuenta de su ausencia, porque nadie las estaba esperando en la entrada, agradecieron mentalmente a que ninguna maestra estaba esperándolas, para regalarla y metrelesbun castigo. Caminaron por los pasillos de la academia encontrando a decenas de brujas, hablando misteriosamente entre ellas.

-¡hey ustedes!-gritó Amanda hacia un grupo de brujitas-¡¿dónde están todas las maestras?!.

-salieron, nos dejaron el día libre-contestó una asustada brujita, Amanda tenía la fama de ser una chica problemática.

-¿por qué?-preguntó Hanna, metiéndose en la curiosa conversación.

-no lo sabemos, pero por favor, aléjense, no queremos que nos hagan desaparecer igual que a Diana.

-¡¿qué dices?!-exclamó sorprendida Akko, tal acusación.

-no nos culpen hay rumores sobre eso-respondió otra brujita.

-¿rumores sobre qué?-preguntó una  brujita pelirroja.

-Sarah-llamó Akko, mirando hacia arriba, la brujita era mucho más alta que Diana, por lo cual era más alta que Akko.

-hola Akko, buscaba a Diana-habló la pelirroja, sonriendo hacia la castaña-¿la has visto?-preguntó curiosa.

-no no la hemos visto desde la mañana-respondió Amanda, pasando sus brazos por detrás de la cabeza-es oxigenada, ¿dónde se habrá metido?.

-eso no importa ahora, ¿qué hay con los rumo...? ¿Chicas?-preguntó Hanna, al no ver al grupo de tres brujitas-¡o diablos se han escapado!-se quejó la bruja, dando un pisotón.

-ahora que lo dicen, Diana ha faltado a 18 clases-mencionó Sarah, poniendo su mano en su mentón.

-lo sabemos, las profesoras nos dijeron que Diana estaría en la Mansión Cadvenshi, pero no está ahí, Anna nos dijo que jamás fue aquí-habló Sucy, manteniendo un rostro serio-esto es tan raro, es como si las maestras supieran que algo pasa y no nos quisieran decir nada.

[...]

-Diana es hora de decirles-hablaba Charriot, no quería que su alumna dejara cosas sin completar.

-no, interrumpiría los asuntos de todas-contestó Diana, sentada en una camilla.

-¿segura quieres dejar esto así?-preguntó Croix, alzando una ceja, en seña de interrogación.

-no pero...

-¿pero?-cuestionaron las dos maestras al mismo tiempo.

-pero, no puedo hacer nada, esto debe de pasar y así pasará-determinó la rubia, cruzándose de brazos.

-¿qué va a pasar cuando lo descubran?-preguntó de nuevo la pelimorada.

-no lo van a descubrir, me aseguraré de que eso no pase.

-algún día lo haran-respondió Charriot.

-para ese día todo habrá acabado-dijo Diana, con tono lúgubre-ahora ¿puedo regresar a clases?.

-claro, pero será mañana, hoy las clases ya han terminado-aceptaron las dos maestras, saliendo de la habitación.

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