Una rubia se encontraba parada bajo la lluvia, sontiendo cómo las gruesas gotas caían y chocaban contra su cuerpo, acción que aún le hacía sentir viva, sentir el agua recorrer todo su rostro, sentir el frío y la ropa pegada debido a que ésta estaba mojada. Todo eso la mantenían en un estado neutro, vaciando todos los pensamientos, que estas últimas semanas le estaban abarcando espacio en su gran mente.
Sus ojos vagaron por todo el escenario, buscando alguna señal humana, se encontentó cuando no encontró ninguna, buscó en sus bolsillos desesperadamente, sacando un collar que tenía grabado "Diana, mi mejor amiga", era obvio que quién se lo había regalado fue Atsuko Kagari, pronto la cadena también estaba empapada, soltó un leve suspiro, guió su mirada al nuboso cielo y así se quedó por un largo rato.
Solamente disfrutando de la soledad, que el lugar podía ofrecerle.
[...]
-debemos hacer algo-comentó la maestra Croix, cruzándose de brazos, molesta por toda esta situación.
-Amor, no podemos hacer nada, si Diana así lo decide-habló con tristeza Charriot, sirviéndose una taza de té.
-pero...ella está acabando consigo misma-siguió Croix, en un intento de hacer entrar en razón a su novia-vamos Charriot, sólo piénsalo, ella está muriendo con cada respiro que da, ¿cuántos años le quedan?, puede que sean meses, tal vez sólo le quedan días...no sabemos que está pasando con ella, y Diana no coopera en nada.
-es por una razón-respondió la pelirroja de forma calmada, bebiendo su té al término de la frase.
-un sonido interrumpió la acción de la pelirroja-¡¿vas a dejar morir a tu alumna?!-gritó Croix, demostrando en sus ojos la cólera que no podía guardarse.
-¡¿crees que es lo que también quiero?!-habló Charriot, elevando la voz-¡yo no quiero que eso pasé! ¡me duele ver como Diana está llendose de este mundo y que yo no pueda hacer nada!.
-¡¿entonces por que no haces algo?!
-¡porque es su decisión!, para ella es mejor morir en estos momentos, y no vas hacer algo que pueda impedirlo-terminó Charriot, justo a tiempo para que la puerta fuera tocada-pase.
-hola sensei-se trataba de Akko, la castaña era acompañada por Hanna y Bárbara, quienes se veían muy confiadas.
-hola Akko, Hanna Bárbara-saludó animada Charriot, como si la discusión anterior, jamás hubiera sucedido-¿pasa algo?-preguntó con tono confuso.
-queríamos preguntarle algo-continuó Akko, siendo cautelosa en las palabras que usaba, podía ser un poco tonta, pero cuando se trataba de obtener información ella era la mejor en eso.
-claro, ¿sobre qué se trata?-siguió Charriot, ignorando la mirada incrédula de su compañera.
-sobre Diana-dijo Hanna, adaptando su tono de voz a uno neutro. Ante esto Charriot sintió como su cuerpo se tensaba, Croix tampoco estaba de la mejor forma.
-Charriot se aclaró la garganta antes de seguir-¿q-qué sucede con ella?.
-está actuando raro y no sólo ella también las maestras, es como si supieran de algo, que quieren esconder con todas sus fuerzas-habló Bárbara, indagando con todas las intenciones de descubrir algo.
-me temo que yo no puedo ayudarles-respondió Charriot, tratando de ocultar su nervioso estado.
-¿a no?-interrogó Akko-bueno supongo que tendremos que descubrirlo por nosotras mismas, bueno gracias sensei-terminó de hablar Akko, siendo seguida por Hanna y Bárbara. Cuando se retiraron, la densidad del ambiente era demasiada.
-¿qué fue eso?-preguntó la pelirroja al aire, mientras una molesta pelilila se levantaba del sillón-¿Croix?.
-voy a salir a tomar aire fresco-avisó Croix, levantándose del sillón.
-¿segura? Está lloviendo.
[...]
Caminaba por los pasillos, mojando el limpio piso, pero sinceramente no le importaba, era como si fuera otra persona, tal vez como Amanda, que iba despreocupada por la vida. Que bueno sería eso, sus azulada mirada, se posó en su miserable uniforme, todo empapado y seguramente su cabello estaba hecho un desastre, el listón dejaba salir pequeñas gotas dentro de el, sus labios se curvaron.
-creo que es hora...-habló a la luz de la Luna, sacó un pequeño frasco y de ahí tomó una pequeña píldora, objeto que no tardó en pasar por su garganta-agh...ojalá fuera Amanda, así no tendría que preocuparme de muchas cosas.
-¿esa es la imagen que tienes de mí?-habló una voz, saliendo de la oscuridad, tenía el ceño fruncido y mantenía sus brazos detrás de su cabeza. El listón verde se movía al compás de sus pasos.
-Amanda-mencionó Diana, con tono frío, esperaba que no hubiera escuchado la mayoría de sus frases.
-¿por qué estás toda mojada?-interrogó la contraria, dando un paso más, para quedar cerca de Diana. La cual se inmutó por el acercamiento-y aún así te ves demasiado...-cortó su frase, cuando se dio cuenta de lo que dijo, en vez de eso sus mejillas comenzaron a sonrojarse.
-¿me veo qué?-Diana no lo hacía con malas intenciones, solamente ella no sabía en qué tipo de situación estaba.
-n-nada-respondió Amanda, cortando la distancia-yo...¡agh eres una estúpida rubia!-gritó Amanda, cambiando el sonrojo por un ceño fruncido.
-¿ahora eres bipolar?-Diana ya se había acostumbrado a los cambios de humor de Amanda, por lo que no le afectaban, aunque debía admitir que la primera vez que pasó eso, Diana se quedó como piedra en su lugar, tratando de comprender el porqué se comportaba así.
-¡cállate! ¡yo mejor me voy!-exclamó, saliendo con las manos en los bolsillos y una forma de caminar muy...peculiar, lo cual significaba que Amanda estaba avergonzada.
-que raro...será mejor que vuelva ay-se dijo así misma Diana, tocando su pecho con preocupación-almenos si lo logro-con eso dejó escapar una sonrisa melancólica y sarcástica.
[...]
-bien este es el plan, debemos hacer que Diana nos lo cuente todo-decía Akko a Hanna y Bárbara que asintieron con determinación.
[...]
-¿por qué Akko aún no a llegado?-preguntaba Lotte, mirando la puerta de su habitación con preocupación.
-quien sabe, de seguro debe de estar siendo reñida por las maestras y Diana-respondió Sucy.
[...]
-¿qué te pasó Amanda?-preguntó Jasminka con una ceja alzada-estas demasiado roja-comentó, siendo asistida por Conztance con un asentimiento.
-¡nada sólo me encontré con la estúpida y maldita rubia!-exclamó llendo directo a su cama-las otras dos se miraron de una manera cómplice.