Esperaban en silencio, estaban ubicadas cada una en diferentes partes de la habitación del equipo azul, esperando a que su presa cruzara esa puerta, una vez hecho eso, continuaría con realizar su tan afamado interrogatorio.
Miró a Hanna, que se mantenía debajo de la cama, luego dirigió sus hermosos rubíes a Bárbara, que esperaba pacientemente en una esquina, punto que Diana no llegaría a ver en cuanto entrase al cuarto y ella estaba debajo del escritorio de Diana, en segundos ella llegaría, la había estudiado por varios días, extrañamente una hora siempre coincidía, 1:30 pm.
-ahí viene-susurró Bárbara, que se aplastó en contra de la pared encogiendo sus hombros, para sentirse más escondida.
-Bárbara te ves igual que antes-le reprochó Hanna, haciendo unas cuantas muecas infantiles. Akko miraba la discusión de muecas sorprendida, tenía una imagen adulta de esas dos, pero fue rápidamente descartada al ver su infantil comportamiento.
Los pasos se escucharon más cerca y en unos segundos, la cabellera rubia de Diana, apareció por la puerta, todas se escondieron aún más de lo que ya estaban, los rojos ojos de Akko, precensiaron a Diana tomar algo del escritorio, obviamente no podía saber que era, pero lo que le alarmó fue ver gotas de sangre caer justo adelante de donde ella estaba escondida, rápidamente le dio la señal a Bárbara de que podía cerrar la puerta. Hanna salió de su escondite y ante el sonido de la puerta la rubia se volteó.
-¿qué hacen aquí? ¿No deberían estar en clase?-preguntó la rubia, dándole la espalda al escritorio. Akko tomó esto como una oportunidad y agarró el pequeño bote que estaba abierto.
-tu también deberías estar en clase-respondió Hanna, quitándose el polvo que había obtenido por estar debajo de la cama-¿qué haces tú aquí Diana?.
-yo pregunté primero-siguió la rubia aferrada a no dar su brazo a torcer.
-bueno, entonces ¿qué es esto Diana?-preguntó Akko, sosteniendo entre sus dedos el pequeño frasco con pastillas.
-¡Akko!-exclamó sorprendida Diana-¡suficiente! ¡deja eso en su lugar y dejen de joderme!-estalló la rubia, con un movimiento de varita le quitó el frasco a Akko.
-Diana, puedes decirnos que te pasa-intentó Akko, pero para Diana fue el detonante de la bomba.
-¡no me pasa ni una mierda! ¡¿ok?! ¡ahora déjenme ir del puto cuarto!-exclamó, empujando a Hanna y a Bárbara. En la mente de las otras tres, pasó la imagen de Amanda cuando estaba furiosa.
La misión terminó en un rotundo fracaso, las tres chicas vieron comonla cabellera de Diana, salía estrepitosamente del lugar y se escuchaban pequeños fanfarullos.
-que buen resultado-lanzó con ironía Hanna, Akko se dejó caer en la cama de Diana, nunca había visto esa faceta de la rubia.
-pero debe de pasarle algo, ¿tú qué dices Akko?...¿Akko?-interrogó al ver que la castaña se habían quedado callada y con los ojos cerrados.
-digo que hay que pedir ayuda-habló abriendo los ojos de nuevo, se levantó de la cama y salió por patas de la habitación, siendo seguida por las otras dos.
[...]
Casi terminaba, sólo le faltaba agregar el ingrediente final y tendría una poción de control mental. Sonreía de forma macabra, ya estaba saboreando el dulce toque de la venganza, moría por ver la cara de Akko cuando no pudiese controlar su cuerpo, sí, prontonlo haría, se vengativa porque Akko tomó el último de sus dulces. Una risa macabra salió disparada de su garganta, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose eñde forma estrepitosa.
-¡estúpida Akko!-exclamó una elegante voz-¡¿quién se cree que es para urgar en mis cosas?! ¡la voy a matar! ¡es más! ¡primero la torturaré y luego haré que se disculpe! Y...y...
-¿puedes irte a otro lado con tus psicópatas ideas?-preguntó con hastío Sucy, fulminando con la mirada a Diana. No mentiría para Sucy, la rubia era una persona hipócrita, insoportable, mandona, entre otras cosas más. Pero le caía bien después de todo.
-¡Sucy!-exclamó asustada Diana, rápidamente quiso salir del lugar por patas, pero la pelimorada se lo impidió.
-espera, ven siéntate-invitó la chica, ofreciendo un lugar a su lado, tenía una vaga idea de cómo estrenar su nueva creación-sabes, las profesoras me dijeron que si te veía, te comunicara que te estaban buscando detrás de los almacenes de escoba-comunicó la pelimorada con una sonrisa maquiavélica.
-ah, gracias Sucy-agradeció la chica, ya acostumbrada a el extraño y perturbador comportamiento de su amiga.
-de nada-siguió manteniendo la sonrisa, hasta que Diana desapareció de su vista. Rápidamente agregó el último condimento y salió apresurada con la poción, en busca de la idota, como ella le decía.
[...]
Por su parte, Akko ya había reunido a casi todas las chicas, pero sólo le faltaba una y por más que trataba de encontrarla, la chica decidía no darse a hallar.
-¿Akko qué esperamos exactamente?-preguntó Amanda, cruzando sus brazos y balanceándose en la silla.
-que venga Sucy-respondió la castaña, empezando a tener tics ansiosos, quería terminar con esto lo antes posible, pero la clave de todo no quería aparecer.
-¿para?-volvió a interrogar la pelicolor, alzando una ceja en seña de interrogación.
-¿no es obvio?-preguntó Akko desesperada, todas negaron con la cabeza-¿quién es más lista que Diana como para poder engañarla?-interrogó pero nadie parecía saber de quién estaba hablando-es obvio que Sucy, ella siempre está un paso adelante de sus presas, Sucy es la mejor opción, si queremos que Diana caiga en la trampa.
-me alegra saber que piensas eso de mí Akko-habló Sucy detrás de la castaña, con voz monótona, mientras sus ojos expresaban la flojera por seguir viviendo.
-¡puta madre!-exclamó asustada la castaña-h-hola S-Sucy-saludó amablemente tratando de que la pelimorada no se vengara por eso.
-ah, hola Idiota-respondió Sucy, haciendo ademanes con las manos, todas rieron ante esta acción-escuchen tengo una forma para descubrir que le pasa a Diana.
-¿pero por qué nos ayudarías?-interrogó confundida Hanna, recargando su antebrazo en la mesa.
-por una razón en particular-respondió Sucy, encogiéndo los hombros.
-¿cuál?-está vez fue el turno de Bárbara. Ante la pregunta Sucy sonrió con maldad y dijo.
-Akko me deberá un favor-respondió buscando una silla y sentándose delante de la castaña que parecía que no le gustó mucho la idea.