Capítulo 4:

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Una rubia caminaba por los pasillos de la prestigiosa academia, parecía tranquila y ese tono pálido que tenía antes había desaparecido, era acompañada por la maestra Croix, quien no decía absolutamente nada.

-¿va a dejar de mirarme así?-preguntó Diana, frunciendo el ceño. Su maestra sólo alzó las manos en señal de rendición.

-no he dicho nada y tampoco te estoy mirando Diana-respondió Croix, desviando la mirada hacia otra parte.

-está bien-dijo Diana, volviendo a caminar, pero volvió a sentir la mirada de Croix en su espalda-enserio maestra, ¿qué es lo que quiere?-preguntó fastidiada Diana.

-nada, sólo que reconsideres, sobre lo de no contarle a tus amigas-habló la profesora, yendo al grano.

-no voy a decir nada, ellas no tienen porque enterarse-contradijo la brujita, frunciendo el ceño.

-¡pero Diana ellas son tus amigas!-gritó Croix exasperada, una similitud que compartía con su alumna rubia, era que ninguna de las dos era paciente.

-¡por eso mismo!-gritó en respuesta, formando un gran escándalo en los pasillos-¡ellas no tiene porque enterarse y punto final!.

-¿enterase de que?qué?-preguntó Akko, llegando con el grupo agrandado de brujitas.

-de nada Akko, son sólo asuntos entre la profesora Croix y tú-respondió con voz tranquila la rubia-¿verdad maestra Croix?.

-claro, son asuntos sin importancia-habló Croix, guardándose cada palabra que quisiera expulsar.

-¿entonces por qué dijo que nosotras debemos saber algo?-indagó Amanda, poniendo los pelos de punta de las otras dos brujas.

-porque se trata sobre las nueve grandes brujas-comentó la rubia, cruzándose de brazos.

-"esta chica encerio sabe mentir"-pensaba sorprendida la profesora-como sea, piénsalo Diana, lo que haces está mal-con esa última advertencia la profesora se fue danzante del lugar.

-que molestia-susurró la rubia, dando un pequeño suspiro-será mejor que me vaya, tengo cosas que hacer, que no he hecho en esta semana.

La rubia caminó con desplante elegante, pasando de largo a todas las brujitas, perdiéndose por los pasillos de la academia. Hanna y Barbara se miraron extrañada, hace mucho que la rubia no tenía esa actitud con ninguna de las chicas cercana a ella.

-¡qué molesto!-exclamó Amanda, apretando sus puños-¡perdimos el tiempo! ¡ella estaba bastante bien!-se quejó, empezando a caminar a paso apurado, dejando a todas las demás varadas en el pasillo.

-creo que después de todo, no le pasaba nada-suspiró sin fuerzas Sucy, no había dormido por haber estado preocupada por la rubia, aunque claro, jamás lo diría en voz alta.

-supongo que tienes razón-aceptó rendida Lotte-lo siento Barbs, no hay nada malo en Diana-se lamentó Lotte-tengo que hacer unas cosas, nos vemos al rato chicas-se despidió la pelinaranja, saliendo de ahí. La acción fue repetida por Sucy y el equipo verde, este último fue a buscar a Amanda.

-esto no es normal-dijo Bárbara, Akko dejó de estar en sus pensamientos, miró dubitativa a las dos chicas del equipo azul.

-Diana no se comportaba así, desde mucho antes de que tu vinieras a estudiar en la acdemia-reveló Hanna, manteniendo la poca paciencia que le quedaba.

-entonces ¿qué podría ser?-preguntó Akko, aún sin hallar ninguna pista, de lo que podría poner de esa manera a Diana.

-no tengo la menor idea, pero debemos hacer algo-respondió de manera segura Bárbara, frunciendo el ceño y mostrando un rostro decidido, que le dio confianza a las otras dos chicas.

[...]

Por otra parte la rubia se encontraba rodeada de una multitud, que estaba interesada en saber la razón, o la causa del porqué Diana había faltado a clases, aunque había algunas que sólo querían que la más alta les resolviera alguna duda en específico.

-lo siento, pero debo hacer otras cosas-respondió calmada Diana, ya acostumbrada a ser el centro de atención.

-¿Diana es cierto que por culpa de Akko y sus amigas desapareciste?-preguntaba una chica, miembro del club de periodismo.

-por supuesto que no tuvieron nada que ver-respondió con tono molesto, pero las chicas no se rindieron y la persiguieron hasta su habitación. Por primera vez Diana estaba siendo maleducada, siendo así, que al llegar a eso cuarto del equipo azul, la rubia cerró la puerta tras de sí, dejando con la palabra en la boca a las periodistas.

-¡Diana! ¡por favor déjanos entrevistarte!-pedía Wangari, golpeando la puerta-¡necesitamos una buena noticia!-exclamó, empezando a golpear más fuerte.

-¿qué se supone que están haciendo?-interrogó Hanna, poniendo sus manos en jarra.

-tratando de entrevistar a Diana-respondió Nabiki, mirando  su libreta y luego a la puerta-¿pueden abrirnos?.

-tal vez...supongo-respondió no muy confiada Bárbara, agarrando las llaves de su habitación y abriendo la puerta, al mismo tiempo que se escuchaba el conteo de las periodistas.

-y...¡TRES!-exclamó Wangari, tomando su micrófono y corriendo al interior del cuarto, pero tal fue su sorpresa al ver el cuarto desierto y la ventana abierta-¿espera que...?

-se escapó...-habló Alejandra, bajando la cámara, mirando todo con ojos sorprendidos.

-¡estábamos a punto!-se quejó Wangari, pateando el piso, levantando un poco de polvo-¡¿pero por donde?!.

-por la ventana-señaló Nibiki, acción que provocó que todas las miradas se dirigieran al lugar.

-Diana...-suspiró con cansancio Hanna.

[...]

Amanda, Conztance y Jasminka, caminaban por el patio de la gran escuela, la primera aún enfadada por lo que pasó en el pasillo, las otras dos sólo le hacían compañía, todo estaba tranquilo hasta que la pelicolorida, miró hacia la academia de nuevo.

-¡pero que carajo!-exclamó Amanda, presenciando la huida de la rubia, quien bajaba por la ventana lista para brincar hacia el suelo-¡hey rubia! ¡¿qué crees que haces?!-pero Diana no respondió, al contrario, sólo se lanzó como si quisiera acabar con su vida-¡maldita rubia suicida!-maldijo corriendo hasta las paredes de la academia, justo a tiempo para atrapar a la rubia-¡¿estás loca?!.

-¿de que hablas?-interrogó la rubia, completamente aturdida-sólo escapaba de las periodistas.

-¿eh?-balbuceó Amanda, sonrojandose al máximo por sus acciones, de un sólo movimiento dejó de cargar a la rubia y por consiguiente la rubia cayó de culo al suelo.

-¡agh! ¡¿qué mosca te picó O'neill?!-exclamó molesta, levantándose del piso y sacudiendo su uniforme.

-yo... yo...

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