Estaba justo en un campus universitario, junto a mí había varios jóvenes que provenían de distintas partes del mundo y hablaban cada uno en su idioma particular, eran extranjeros. No nos conocíamos pero era como si toda la vida hubiésemos sido amigos, extraño en mí que soy de pocas amistades. Entramos en un salón de clases y empezó a sonar el timbre pero se oía muy lejos, de momento se iba haciendo más fuerte el sonido y lo sentía cerca a mis oídos. Abrí mis ojos y desperté de mi sueño, era mi alarma la que estaba sonando, fue raro porque en mi sueño oí el sonido de mi alarma y no despertaba sino que la oía muy lejos, como si no estuviera dentro de mi cuerpo.
Me tomé el trabajo de contemplar la habitación en la que estaba, el colchón era muy cómodo, mi cama era grande como para tres personas, el piso era de una madera bien pulida y que a su vez se veía bien porque tenía una pintura que hacía que fuera un espejo, te podías mirar en la madera; había cuadros de arte abstracto en cada pared, era una habitación bastante amplia, tenía una mesita de noche en cada costado de mi cama y sobre ellas una pequeña lámpara en forma de faroles, había un armario grande incrustado a la pared, al lado un baño privado que lucía bastante agradable.
Todo se veía magnífico, abrí la ventana que estaba diagonal a mi cama y pude observar muchas chicas hermosas, pero lo que más me llamó la atención fueron los chicos que se paseaban cargando bultos de café con sus extravagantes y fornidos cuerpos. Alcancé a ver un chico muy lindo que captó toda mi atención, él volteó a verme pero rápidamente miré hacia otro lado donde estaba una chica sembrando unas semillas, mientras se secaba el sudor miró hacia a mí sonriendo, apenado, le devolví una pequeña sonrisa.
-Matt ya está el desayuno- se escuchó una voz desde el piso de abajo- baja pronto que necesitamos hablar.
-Enseguida bajo Luke.
Terminé de arreglarme y llegué hasta la cocina.
-Oye pero que bien te ves muchacho- sonriendo mientras servía el desayuno- ¿Cómo dormiste anoche, descansaste?
-Sí, gracias- no le podía decir la reciente experiencia de mi viaje a un lugar fuera de mi cuerpo, puesto que iba a ser extraño para él- descansé como nunca- le respondí, haciéndome sonar convincente-.
- Que bien, ahora quiero tratar un tema muy importante- sirvió el desayuno y lo puso en el comedor, se sentó y me invitó a sentarme- ¿Aún quieres estudiar?
- Pero claro- lo miré a los ojos tratando de descifrar su intensión con esa pregunta-
-Termina tu desayuno y te llevaré a que te inscribas en una universidad cerca de aquí.
-¿Cerca de aquí?, pero si aquí la gente ni estudia y además todo es campo y bosque por estos lados- estaba esperando una buena respuesta, porque no sabía en donde me encontraba, esto parecía uno de los confines o extremos del planeta-
- Te equivocas porque a pesar de que todos se dedican al campo, también sacan su tiempo para estudiar, la única escuela de este pueblo abre sus puertas al conocimiento cerca del medio día- me miró con enojo y se levantó ofuscado de la mesa- no juzgues a este pueblo y su gente, ni siquiera lo has visto por completo. Tomate el tiempo de conocer todo lo que hay alrededor por lo menos.
Él tenía razón, tal vez estaba juzgando a las personas y al pueblo sin conocerlo, lo que había visto hasta ahora no era nada.
Subimos a su coche y empezamos a recorrer la vía dentro del pueblo, a tres kilómetros de la casa se encontraba una iglesia inmensa, parecía estar abandonada pero no era así porque un monaguillo subió al campanario y empezó a sonar todas las campanas, cosa que ocasionaba un sonido ensordecedor, noté que algunas mujeres se tapaban sus oídos y era como si las atormentara ese sonido; justo en ese momento los hombres despertaban como de un trance. Pero luego que dejaban de sonar, todo volvía a tomar su ritmo.
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El misterio de SALEM
FantasíaTodos llevamos un misterio dentro, una parte de nosotros que nos dice que hay algo más que lo superficial, existen cosas que se esconden en las sombras. No todo está dicho, no todo está escrito, no todos lo saben pero siempre hay algo más allá esper...