De pequeño me creía toda clase de cosas que me decía mi mamá, en especial la parte de la religión y todas las creencias que a medida que fue pasando el tiempo, me di cuenta que todo era absurdo y sin sentido. Por esa razón pienso que obviamente no puede ser posible el hecho de que sea el hijo de un Arcángel, quizá fue la forma en que mi madre quiso romantizar la ausencia de un padre irresponsable.
Uno, dos y tres golpes en el cristal de la ventana hasta que esta se quebró, el turbión arremetió fuertemente hacia mi cuerpo, lanzándome contra la puerta de la habitación, me puse en pie nuevamente pero el viento recio que pasaba a través de la quebrada ventana no permitía que me despegara de la puerta, de momento entró algo en medio del aire azotador que pegó fuertemente en mi cabeza dejándome inconsciente.
Al abrir los ojos veo mi habitación llena de agua y, un gato rubio con blanco y pintas peculiares paseándose encima de mi cama, afilando sus pequeñas garras sobre mi almohada. Lo vi acercándose hacia mí, mirándome fijamente con sus amarillos y verdes ojos, parpadeó tres veces frente a mí y luego se restregó cariñosamente como suelen hacer, al final se posó en mis piernas y allí se quedó dormido. No sé de dónde habría salido pero me encariñé rápidamente con la criaturita, me encantan los animales y en especial este.
El sonido vibrante de mi Smartphone me llamó la atención para revisar un mensaje de texto de un número desconocido-*Hola Matt, soy Abby, me pregunto si podríamos vernos para conversar*- no entiendo de dónde habrá sacado mi numero esta chica pero de algún modo tendría que averiguarlo, sin más acepté su invitación.
Al llegar a la plaza divisé los distintos locales de comercio, se veía atractivo el lugar, entré a la cafetería y allí estaba sentada la chica más hermosa que había visto durante toda mi vida, se acomodaba su extenso cabello liso de una manera delicada y encantadora. Finalmente notó mi presencia y con un gesto cálido me invitó a sentarme en su mesa.
-¿Qué quieres pedir?- preguntó mirándome fijamente con su deslumbrante sonrisa. -
-Realmente no sé – nerviosamente contesté con la voz casi quebrada. - es que, muy poco suelo salir, así que pediré lo mismo que tú. – traté de tranquilizarme, me noté muy tenso y ansioso.-
-Entonces pediremos dos clásicos con dos brownies, por favor- le dijo amablemente a la camarera.-
-Está bien- de manera arrogante y despreciable tomó la orden, y se fue camino a la estantería a preparar las bebidas-
-Puedo saber ¿a qué se debe esta invitación y como conseguiste mi numero celular?- le pregunté a Abby seriamente pero con el corazón a mil-
-Bueno, para empezar me diste tu numero el día que nos conocimos en la Universidad, ¿recuerdas?- con una dulce y corta risa me dejó avergonzado-
-Claro, ciertamente fue así- atontado y avergonzado me reí, otra vez lo estaba haciendo, formaba películas en mi mente, cosas que ni siquiera están cerca de la realidad.-
Bruscamente la camarera coloca nuestra orden sobre la mesa,- gracias- le dije.- se retiró rápidamente ignorando mi comentario.-
Las ricas tasas humeaban, cada uno tomó una hasta acabarla.
Después de una prolongada conversación, nos despedimos en la puerta de la cafetería.
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El misterio de SALEM
FantasíaTodos llevamos un misterio dentro, una parte de nosotros que nos dice que hay algo más que lo superficial, existen cosas que se esconden en las sombras. No todo está dicho, no todo está escrito, no todos lo saben pero siempre hay algo más allá esper...