Ya ha pasado un año desde la muerte de aquel ser que me trajo al mundo, quizás el detective tuvo razón en que debí haber viajado. Terminé mis estudios y creo que ya estoy listo para la universidad. Desde el día en que falleció mi madre, mis vecinos y el detective se encargaron de ayudarme en este último año que fue muy difícil para mí.
Escuché el sonido de la puerta y de inmediato bajé las escaleras del segundo piso y abrí.
-Hola Matt- era mi vecina Quina que me traía su teléfono- te necesitan, contesta.
-Aló, ¿Quién habla?- pregunté pero nadie respondió- no estoy para bromas.
-Hola sí, soy yo- una voz muy conocida habló del otro lado del teléfono- tu tío Luke.
-Hola- es lo único que pude responder, no sabía que decir. La última vez que lo escuché fue discutiendo con mi madre en donde me tocó intervenir y desde allí, no nos volvió a determinar-.
-Matty, supe lo que pasó, lo siento mucho. En estos días te llegarán los tiquetes de avión para que te vengas a vivir aquí conmigo.
-Gracias Luke, pero creo que no hará falta, me dedicaré a estudiar y no quiero saber nada de viajes- en el fondo sabía que lo necesitaba, me estaba agobiando toda esta situación y necesitaba cambiar de ambiente, empezar una nueva vida- se lo agradezco pero no.
-Ya no hay marcha atrás, ya los he mandado e insisto que vengas- dijo, y sonó muy convencido de que lo aceptaría-
-Está bien, tomaré el viaje- se escuchó un alivio al otro lado- empezaré a alistar maletas y pronto estaré allá.
Estuve por más de doce horas en un avión con muchas escalas hasta que por fin llegué a mi destino, la ciudad Springfield.
Bajé del avión, fui por mi equipaje y a lo lejos alcancé a ver un hombre castaño oscuro, de tez blanca, ojos claros, alto y que caminaba rápidamente hacia mí; tenía rato de no verlo pero obvio que era él, ya que nos parecemos y tenemos los mismos rasgos físicos, aunque él estaba mucho más viejo que yo; era mi versión adulta y mayor.
-Hola Matt- se lanzó a abrazarme- cuanto has cambiado, ¿Qué edad tienes?
-Tengo diecisiete años- no podía creer lo contento que estábamos los dos en ese reencuentro, a pesar de todo lo que había pasado- que bonita ciudad -dije-.
-Ni siquiera la has visto en su totalidad, aunque no es necesario, porque no vivo aquí.
-¿Qué?- fruncí el ceño- entonces ¿Dónde vives?
-Vamos, te llevaré a casa.Empezamos a recorrer la carretera después de haber salido del aeropuerto, ya llevábamos dos horas en el automóvil mientras él conducía a máxima velocidad; se hizo de noche, lo supe cuando la luz de la luna estaba en su pleno esplendor y la luces del coche apenas y alcanzaban a iluminar el camino. Nos desviamos hacia una vía de granito en donde se veía que cada piedrecilla fue puesta con mucho cuidado y todas se complementaban entre sí y formaban un camino de dos calzadas una de entrada y otra de salida, alrededor del camino sólo se veían bosques e iluminación de faroles cada cinco metros en una vía de un kilómetro.
Enseguida empecé a divisar un letrero grande a lo lejos que decía: BIENVENIDOS A MYSTIC SALEM TOWN. Era especie de una valla.
Cuando acabé de mirarla, comencé a sentir una vibra muy extraña, algo que hacía tiempo no sentía, y poco común en mí; volví a sentir paz y es como si algo hubiese entrado en mi cuerpo. No duró mucho pues enseguida empecé a sentir un dolor de cabeza muy fuerte y unos murmullos en mis oídos.
Pasando junto a la valla de bienvenida que estaba al costado de la vía, miré y vi un espectro, una sombra que estaba junto al letrero, llevaba puesto lo que parecía ser un sombrero y era muy oscuro que no se sabía si era hombre o mujer. Empecé a sentir un poco de temor, un miedo que jamás había sentido en mi vida después de la muerte de mi madre. No puedo negar que era extraño lo que estaba pasando porque después de haber sentido paz, ahora estaba sintiendo un miedo y mis nervios estaban de punta.
-¿Qué es todo esto?- me atreví a preguntar mientras miraba muy atento a mi alrededor-.
-Esto es Salem o así le llamamos los nativos y antiguos ciudadanos de esta zona que el mundo desconoce.
Se veía como un pueblo muy humilde, sus casas eran pequeñas de madera oscura, pintadas de marrón cada una con dos faroles brillantes iluminando sus entradas, uno en cada lado de la puerta junto a unos ventanales cubiertos con cortinas rojas; lo que más me fascinó eran esas entradas y las puertas que tenían; cada residencia tenía un jardín y en el medio un caminito parecido al de la vía, enfrente una puerta de madera de roble muy natural con cerraduras, y una rejilla; demasiada peculiaridad en ese pueblo, ya que todas las casas eran exactamente igual.
Sus techos eran muy puntiagudos y formaban especie de un triángulo, en un costado tenían su chimenea de ladrillos rojos. Se notaba que la gente permanecía encerrada y que ni un alma entraba a este pueblo, era como si no existiera o sólo lo conocía la gente de aquí, tenía aspecto de pueblo fantasma; aunque pienso que también podría ser porque eran exactamente las once y treinta de la noche y todo estaba desierto, sin ninguna persona merodeando de noche como pasa en las ciudades o bueno eso pensaba hasta que vi que alguien se atravesó en la carretera.
-¡Luke mira!- grité fuertemente pero no me escuchó- ¡cuidado!
- ¿Qué pasa?- lo dijo como si no estuviera consciente de que una persona estaba justo en enfrente de nosotros y aceleró un poco más el vehículo-.
-¿Qué, no ves?- me alteré y cerré muy fuerte mis ojos-.
-No, ¿te pasa algo?- otra vez con su despreocupación-.
-No, no me pasa nada, creo que estoy alucinando. Debe ser el cansancio- seguía con mis ojos cerrados, convenciéndome a mí mismo de que no fuera más que mi imaginación, cansancio y estrés del día-.No quise volver a abrir los ojos, hasta que oí un grito y supuse que habíamos arroyado a esa "persona"; rápidamente miré por el retrovisor y la vi un metro atrás como si nada y en el mismo lugar de ahorita.
Estaba en shock, sólo quería llegar rápido a casa y echarme a dormir, estaba muy cansado y de seguro por eso me pareció ver cosas extrañas, creo que eran efectos de la fatiga que llevaba; este no fue como los días anteriores, este fue un poco diferente. Recorrimos tres kilómetros más adentro.
Por fin, llegamos a la casa que en realidad era demasiado igual a las otras pero esta contaba con un garaje. Cuando entré fue impactante, todo lucía muy brillante y era muy luminoso, todo parecía porcelana pero eso no era todo; fue irónico porque lo de adentro era mucho más bonito que la fachada, era como si adentro fuera un mundo totalmente distinto al de afuera, ya que, la parte exterior se veía muy pequeña como de un solo piso, para ser todo lo amplio que se podía observar en el interior y contaba con su segundo piso y un tercer que era una pequeña terraza en la azotea.
Todo era espacioso, tenía una sala amplia, pero lo que me interesaba era la habitación en la que me iba a quedar, me costó subir las escaleras por el cansancio que llevaba, así que apenas entré no quise mirar más si no que me acosté a dormir de una vez, me sentía tan agotado que me quedé profundo en el sueño.
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El misterio de SALEM
FantasyTodos llevamos un misterio dentro, una parte de nosotros que nos dice que hay algo más que lo superficial, existen cosas que se esconden en las sombras. No todo está dicho, no todo está escrito, no todos lo saben pero siempre hay algo más allá esper...