Sebastián
Pasamos a casa de Raúl después de las compras. Bajamos del carro, ningúno de los dos hablaba.
Habíamos tenido una pelea de la cual no quiero hablar.
Sólo diré que ella está involucrada. Desde que Jimena llegó a arruinar nuestra relación, he tenido mil y un peleas con Samuel.
Esta bien, exagero. Jimena sólo es aquella chica que conoció hace unos meses en la cafetería cerca del trabajo.
- ¿Estas bien? - lo miré - Digo... Si quieres podemos irnos - guardó sus manos en los bolsillo traseros de su pantalón. Dios ese pantalón si que le queda bien.
-Ya estamos aquí, toquemos - rodé los ojos. Escuché como suspiró y se acerco a la puerta de cristal
- Chicos, pasen - abrió la chica de cabellos rubios, tacones para no verse de baja estatura y piel blanca.
Samuel la abrazó como si no la hubiera visto en mucho tiempo.
- Ay por favor Samuel, la viste ayer - susurré una vez que la chica volteo hacia Raúl
Mi novio solo aventó una mirada de furia hacia mi
- Hola Sebastián - saludo Jimena una vez que cerró la puerta detrás nuestra. Me limité a saludarla agitando mi mano de lado a lado.
- ¡Sebastián! - voltee y quien se acercaba era Mónica. Sonreí sosteniendo su cuerpo sobre mis brazos
- Te extrañé muchísimo - se separó y pude ver aquella sonrisa tan linda que tiene
- Yo también nena - acaricie su cabeza revolviendo un poco su cabello.Estuvimos sentados en el sofá. Mónica platicaba con Raúl mientras mis ojos se fijaban en Samuel y Jimena.
Bailaban desde hace unos minutos, y no se porque pienso tanto en la idea de que pudieran tener algo. Digo, eso es ilógico.Él es gay ¿no?
Sus cuerpos estaban tan pegados que un ataque de celos me invadió cuando los vi tomarse de las manos y salir al jardín. Jimena reía con lo que Samuel decía, estaban abrazados sentados sobre el pasto mirando hacia el cielo.
Me sentía mal cada vez que los miraba juntos.Sabía que era imposible que me esté engañando con ella.
Estando en el último año de prepa, Samuel se había declarado gay. Ahí fue donde nuestra aventura comenzó pasando de ser un juego a algo serio.
Ya en la universidad, decidimos llevarlo más a fondo mudandonos a la misma habitación. Pronto nuestro sueño de vivir juntos fuera de Colombia se hizo realidad.
En cuanto nos graduamos, viajamos a México en busca de un mejor trato y una mejor vida. Aquí empezamos a ejercer nuestras carreras: él psicólogo y yo diseñador gráfico.
Algunas veces salíamos de fiesta, en una de esas veces conocimos a Mónica quien cantaba a todo pulmón "Adán y Eva". Iba acompañada de su ahora ex novio Ernesto con quien tuvo un amor de tres años que acabó cuando decidieron ponerse el cuerno.
Mónica ahora andaba detrás de Raúl, quien al enterarse de que Mónica le mentía con eso de "estar soltera", decidió dejar lo que habían formado por medio año de lado.Un golpe en el brazo me hizo volver a la realidad. Era ella quien me ofrecía un vaso de Vodka
- Anda, bebe un poco. Has estado algo apagado - seguía con el brazo estirado hasta que decidí tomar el pequeño vaso de vidrio - ¿Por qué eh? - bebí de una haciendo un gesto de disgusto al sentir el líquido raspar mi garganta
- ¿Porqué qué? - miré sus ojos café claro esperando su respuesta
- No te veo bailando y tomando como siempre ¿que tienes? ¿es por Samuel? - miró como mi novio bailaba una vez más con Jimena - No te cae muy bien ella, ¿cierto? - me sonrió
No había respondido a ninguna de sus preguntas, pero ella ya había formulado lo que estaba pasando conmigo. Muy inteligente.
- Los vi agarrados de la mano - miré el suelo jugando con el vaso de vidrio que aún sostenía
- Es porque son amigos. Tranquilo. Tú y yo dormimos juntos y no por eso soy el cuerno - logró hacerme reír
- Es diferente. Yo no hablo de ti todo el tiempo - eso era mentira - tampoco pienso en ti todo el tiempo - eso también es mentira - ni como hablando contigo por mensaje - una mentira más
- Eso último si lo hacemos - soltó una risa. Su cabeza estaba sobre mi pecho y mis brazos enredaban su cintura.
De pronto me sentía relajado, no pensaba en Samuel o los problemas que causaba Jimena, si no en Mónica y lo bien que me la paso estando junto a ella.
Todo pensamiento negativo se fue y solo teniéndola sobre mi pecho.Mónica
Podía escuchar su corazón. Me sentía bien. Su perfume inundaba mi nariz, la verdad me gustaba mucho la fragancia que usaba.
Muy pocas personas lo saben, de hecho... Solo Raúl sabe que Sebastián es mi amor platónico, la persona con la que imagino una relación pero sé que nunca va a pasar. Eso me ha causado varios problemas conmigo misma.
Llantos sin sentido, depresión a causa de ver como es feliz con Samuel, o la vez que se quedaron a dormir en mi casa y escucharlos haciendo el amor para mi fue un martirio.
- ¿Has hablado con Samuel sobre Jimena? - acaricie sus brazos descubiertos. Dios, hace tiempo quería estar así con él
- Claro que si. Pero parece que ella es más importante ahora que nuestra relación - la música había cambiado a algo romántico. "The night we met" hizo que todas las parejas en la fiesta pasaran de estar en el sofá a bailar sobre la pista
- ¿Bailamos? - lo miré asombrada. Estaba claro que todo esto es un sueño hecho realidad. Nunca pensé que estaría bailando esta canción con él
- Vamos - sonreí tomando su manoJuntamos nuestros cuerpos y lentamente empezamos un valls. De un lado a otro mientras su mano acariciaba mi cintura por encima de aquella blusa que usé exactamente el día que nos conocimos. Sus ojos no dejaban de verme y su sonrisa se agrandó más cuando hizo que mi cuerpo se acercara más al suyo. Giré tomando de nuevo su mano, él coloco sus brazos sobre mi cintura enredando ésta. Mis manos en su cuello acariciaban parte de su cabello.
Sentía que en algún momento nuestros labios quedarían a tan pocos centímetros como para que ninguno de los dos pudiera resistirse.
- Sebastián, llevaré a Jimena a su casa. Te veo en el apartamento - besó los labios de este haciendo que mirara hacia otro lado de la habitación
- Si amor, esta bien - sonrió y pronto Samuel se dio la vuelta, el chico frente a mi apagó su hermosa sonrisa - ¿Ves lo que te digo? ¿Acaso ella no puede irse sola? - caminó hacia el sillón dejando caer su cuerpo. Lo vi quitar rápidamente unas cuantas lágrimas de su mejilla mientras me sentaba a su lado.
- Ven. Vamos a mi apartamento - revolvi su cabello intentado sacarlo de aquella negatividad de la cual había logrado zafarse hace unos minutos - Estoy cansada y ya es tarde, ¿me acompañas? -
Sonrió mirando mis ojos
- Claro que si mi niña. Vamos -Salimos de la casa de Raúl sin antes despedirnos de él, quien me guiño un ojo al ver como Sebastián me llevaba con mi mano entrelazada a la suya
- Me contaras todo ¿cierto? -
- Claro que si - sonreí emocionada volviendo con Sebastián
Tomamos un taxi y ya ahí dentro, solo cerré mis ojos acomodando mi cabeza sobre su hombro.Sebastián
Llevábamos media hora dentro del auto y en esos 30 minutos Mónica se mantuvo dormida. Se veía bastante tierna. Su pecho subía y bajaba, mantenía la boca medio abierta haciendo que el olor a Vodka saliera de esta. Sonreí acariciando su rostro por quinta vez. Me agradaba tenerla tan cerca de mi.
Sentía su cuerpo tan frágil en mis brazos cada vez que la abrazaba o cargaba dándole una que otra vuelta en el aire.¿Qué me estaba pasando?
Olvidé por completo el asunto de Samuel cuando ella apareció con una de sus sonrisas perfectas.
ESTÁS LEYENDO
Enamorado de una chica
Proză scurtăSebastián creía que el amor de su vida era aquel chico de cabello castaño. A veces la persona correcta está frente a ti y no puedes notarlo. ¿Se dará cuenta de lo perdida que está Mónica por él? Derechos reservados™ No se permite ninguna copia