Capítulo 6

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Mónica

La tristeza me invadió y las palabras que salieron de los labios de Sebastián no dejaban de repetirse en mi cabeza.
¿Acaso esto era sólo un juego?
La idea me pasó por la cabeza haciendo que azotara la puerta de la habitación.

Seguro soy sólo un estúpido juego

Tiré las llaves sobre el sofá y tome una bolsa de grasitos llevando uno a mi boca. Caminé arrojando hacia un lado los zapatos que había usado la noche anterior

- ¿Por qué debes ser así conmigo Sebastián? - mordí otro grasito dejando la bolsa sobre la mesa de noche.

Era temprano y aún así las ganas de dormir me invadieron. Recosté mi cuerpo sobre el colchón al tiempo que soltaba un suspiro. Caí dormida en menos de lo que imaginaba.

Sebastián

¿En verdad tenía que elegir?

Samuel o Mónica

¡Maldita sea!

Azoté el vaso de vidrio contra la pared. Había entrado al baño después de llevar más de cinco horas dentro del bar.
Éste lugar me trae uno que otro recuerdo

Aquí la conocí.

Pronto mi cabeza viajó un poco atrás llevándome al jardín en casa de Raúl.
¡Dios mio! Que noche.
Recordar el sabor de sus labios y el vaivén que provocaba un inmenso dolor en mi entrepierna.
¡Maldición!, Mónica me excita tanto y no podía ocultarlo más.

Salí del baño caminando a la barra. Pedí un vaso más con vodka dentro, después fueron dos, tres... Perdí la cuenta y pronto salí del bar tambalenadome de lado a lado.
Recordaba su cuerpo y la forma en como me volvía loco.
Llegué a su apartamento y después de subir los escalones toqué la puerta de su habitación esperando ansioso verla abrir.

Mónica

Preparaba el agua para darme una ducha. La puerta sonó varias veces. Era él.
No se me hacía raro encontrarlo aquí, se que algo ocurrió con Samuel y por eso está aquí

Siempre es lo mismo

- ¿Qué ocurre? - llevaba puesta la camisa con cuatro botones desabrochados por donde podía ver parte de su pecho - ¿Ocurrió algo con... -
No dejó que terminara pues sus labios atacaron los míos. Escuché como cerraba la puerta y conducía mi cuerpo hacia el sofá bajando sus labios a mi cuello. Seguí su juego, no podía resistirme.
- ¡Sebastián! - gemi intentando quitarlo de encima mío. No podía sacar sus palabras de mi cabeza

Sin separar nuestros labios se levantó tomando una de mis piernas haciendo que la enredar a alrededor de su cintura. Lo hice.
Lo tomé de los cabellos jalando estos mientras su manos se encontraban sobre mi trasero apretando éste con fuerza.
Me dejó caer en la cama colocando mis manos sobre mi cabeza
- ¿Qué... Que haces? - gemí una vez más al sentir como sus manos pasaron de mis muñecas a mis muslos apretando éstos.
Volví a tener sus labios sobre los míos. Apretaba mi cintura juntando nuestros cuerpos y rozando nuestras piernas.
Gemi cuando empezó a succionar mi cuello dejando chupetones que dolerían después
- Dios mio... Sebastián - separó sus labios soltando un suspiro.

Y entonces me di cuenta. Olía a alcohol. Me alejé viendo sus ojos

- ¿Qué ocurre? - acomodó su cabello
- Esto no está bien. Somos mejores amigos y... -
- ¿Y? -
- ¡Tienes novio! -
- Terminé con Samuel -
Lamí mis labios al sentir un escalofrío recorrer mi espalda
- No debemos hacer esto -
- ¿Por qué no? -
- Estas borracho. No es algo que recordarás mañana -
Tomó mi pierna haciendo que quedara debajo de él
- Nunca olvidaría un momento como éste. Y menos si es contigo - acarició mi cintura bajando a mi entrepierna.
No articulé palabra alguna pues se acercó a mi cuello depositando varios besos en éste, causando que suspiros ligeros salieran de mi boca. Sus labios recorrían mi clavícula y aquella mano que se encontraba en mi entrepierna, había descendido hacia mis muslos acariciado uno de éstos
- ¿Ves? Esto lo disfrutamos ambos - asentí acompañado de un suspiro gracias a que sus manos comenzaban a adentrarse a mi blusa acariciando mi piel, subiendo hasta mis pechos y bajando a mi cintura.

De nuevo sus labios se estamparon en los mios con delicadeza, y ese vaivén que hacían me enloquecía bastante. Mis manos se dirigieron a su mofletes y mientras las suyas buscaban desabrochar el sostén, adentré mis dedos a su cabello castaño jalando sus cabellos largos por la excitación de sus manos tocando mi cuerpo.
Hizo que me sentara en sus piernas una vez que logró desabrochar el sostén. Levanté mis brazos para que así pudiera quitar la busa que llevaba
- Eres hermosa - arrojó la prenda y después bajó cada tirante rozando sus dedos con la piel de mis hombros. Algo que en verdad me excitaba.
Comenzó a recargarme en la cama una vez que arrojó el sostén besándome con intensidad. Se separó tomando aire, mi pecho subía y bajaba rápidamente por la fuerza de aquel beso sus manos comenzaron a tocar mis piernas y sus labios pasaron de mi boca a mis senos.

El compás de sus labios por mi pecho era tan delicado y excitante que no podía dejar de soltar uno que otro gemido ligero. De un momento a otro sus labios volvieron a subir a los míos dejando un beso en la comisura de éstos para después dar besos por mi moflete y subir a mi oreja
- Esta noche serás mía, sera la mejor noche princesa - mordió el lóbulo dejándome con un escalofrío que cruzaba lentamente por todo mi cuerpo, y sus palabras combinadas con su voz causaba que mi excitación creciera.
Tomé la iniciativa de coger su rostro y besar sus labios, pidió permiso para introducir su lengua a mi cavidad bucal lo cual permití y así comenzó una pelea con nuestras lenguas.

Abrí mis piernas para que su cuerpo se acomodara entre estas y así fue como hizo fricción con mi entrepierna. Nos separamos con la respiración agitada, sus manos subían por mi caderas y bajaban a mis muslos.
Separó un poco su cuerpo desabrchando el botón del short recorriendo la prenda hasta llegar a mis pies. La dejó a un lado abriendo mis piernas acercando su rostro a mi estómago.
Sentía su respiración en la parte baja de mi ombligo. Pronto su camisa y pantalón acabaron en el mismo lugar que mis prendas.

- Sebastián - gemí sabiendo que no esperaría mas para deshacerse de mis bragas
- Ya sé que te encanta - volvió a atacar mis labios - Solo disfrutalo - volvió a mi cuello dejando besos humedos en este -, porque es nuestra noche princesa -
Sumergió su cabeza en el valle de mis pechos lamiendo éstos causando mis gemidos. Volvió a mis labios mordiendolos mientras que cogía mis muñecas colocándolas encima de mí cabeza al mismo tiempo que se pegaba mas a mi cuerpo causando que pudiera sentir como su miembro semi-erecto aún cubierto por la tela del bóxer rozaba mi feminidad.

Sus labios comenzaron a bajar a mi estómago llegando al comienzo de las bragas la cual comenzó a quitar lentamente dejándome desnuda.
Me sonrojé por como su mirada recorría mi cuerpo sin olvidar ni un solo lugar. Pasé mis manos por su pecho mientras mis labios seguían hipnotizando los de él, lo recoste y con las piernas a cada lado de su cintura, empecé a moverme provocando los gemidos de él.
Mordió mi labio y en un movimiento ágil, quedé debajo de él una vez mas.  Nuestros labios se separaron y sus ojos se dirigieron a mis pechos para luego coger uno de estos y llevárselo a la boca mientras dejaba caer mi cuerpo en el colchón.

Tiempo pasó y sus labios besaban mi abdomen causando cosquilleo.
Hice que quedara debajo mío y como pude baje la única prenda que cubría su cuerpo.

Gemí al igual que él cuando comenzó con las embestidas suaves que se fueron convirtiendo en fuertes gracias a mis peticiones. Sus manos a un lado de mi cuerpo y sus labios sobre los míos era lo que hacia que en cualquier momento me corriera.
La posición en la que nos encontrábamos era mas placentera y podía notar como Sebastián estaba por correrse, al igual que yo.

Cambiamos de posición una vez que sentimos el clímax llegar.

Cayó a lado mío agitado. Tomó mi mandíbula y beso mis labios
- Descansa linda -

¿Qué acababa de ocurrir?

Enamorado de una chica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora