Girl Crush (Harco/Drarry Fanfic)

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Muchos dirían que el talento que tenía Draco para ensalzar los superfluos acontecimientos del mundo mágico era innato. Y, como el director de la sección de escándalos en El Profeta, Draco, junto con todos sus siempre satisfechos lectores (claro está), diría que quien quiera que dijo aquello tiene toda la jodida razón.

Tiembla, Skeeter: Draco iba más allá de lo excelso. 

Sin embargo, había ocasiones en las que su talento era brutal y cruelmente desperdiciado. Ocasiones en las cuales la inexplicable atracción que la comunidad mágica sentía por su precioso niño dorado se infiltraba en su trabajo.

Pues Harry Potter; tras dar un significativo estirón, todo hombros anchos, sonrisa seductora y piel bronceada, actuaba como un jodido imán sexual que hacía mojar las pantaletas de hasta las señoras de la más alta alcurnia (Merlín sabía que incluso la madre del desdichado Draco se quedaba más de un segundo de la cuenta apreciando la figura de Potter al hojear El Profeta por las mañanas).

Y esto no podría ser más frustrante para el rubio, pues al jodido cara-rajada no le bastaba con aparecerse en todas las portadas de Corazón de bruja; no, él también tenía que colarse, por lo menos, una o dos veces al mes en su columna. Y entonces, Draco era obligado a escribir un nuevo apartado sobre cómo el sexy Auror Potter había conseguido, una vez más, otra nueva conquista. Información que el rubio consideraba estaba de más en su vida, porque, claramente Draco Malfoy no se desvelaba pensando en si alguna vez su nombre acompañaría al de Potter en uno de los encabezados.

No, señor.

Draco no lo hacía.

Así como Draco definitivamente tampoco salivaba por la forma en la que los músculos del moreno estiraban la tela del uniforme de auror cuando ambos coincidían en el elevador por alguna casualidad (misma que no tenía nada que ver con que el rubio se supiera de memoria el horario del moreno).

No, no  y no, Draco no era más que una inocente víctima de la aparente obsesión que el mundo mágico tenía por el niño-que-venció.

Nada más que eso.