Girl Crush (Harco/Drarry Fanfic)

-Excepciones-

¿Cómo carajos había pasado esto?

¿En qué momento Draco se dejó llevar lo suficiente como para cometer semejante estupidez?¿En qué estaba pensando? O, replanteando la anterior pregunta, ¿Realmente estaba pensando, o estaba tan borracho que ni pensar racionalmente podía?

Porque, ¿cómo es que se permitió llegar hasta donde estaba: sentado en la mesa de Potter, en la cocina de Potter, en el apartamento de Potter, con el mismísimo niño dorado a su lado y con un trozo de jarrón encajado en la rodilla? Que Merlín le ayudase, Draco había llegado demasiado lejos aquella vez, y temía que aquello sólo fuera a arruinar las cosas para siempre.

Arrugó la nariz en un gesto de dolor mientras Harry conseguía desencajar el vidrio de su herida.

      "Mierda, perdón, lo siento, ¿te he lastimado?" gruñó el moreno, inmediatamente atendiendo la herida abierta con un trozo de gasa que sabrá Morgana de dónde lo habría sacado.

      "N-no no, agh, no, estoy bien" 

Pero Draco no estaba bien, no sabía si eran los escasos restos de lo que quedaba del alcohol que había consumido aquella noche, o si simplemente era más quejoso que el resto de las personas, pero su rodilla ardía y podía sentir como un nudo se comenzaba a formar en su garganta, sus ojos picando de las ganas de llorar. 

   "No ha sido nada"

Pero sí había sido algo. Draco se sentía como un estúpido, y aparte de eso, su rodilla ardía y él no podía hacer que el dolor parara. Quería llorar sobre el regazo de su madre mientras ella le acariciaba el cabello.

...Está bien, quizás sí estaba un poco borracho todavía.

Pero nada que no le permitiera pensar racionalmente.

Y ahora mismo lo único en lo que podía pensar era en salir de ahí y tratar de olvidar todas las estupideces que había cometido aquella noche.

Como haber aceptado un trago de Potter.

Y haberse emborrachado junto a él.

Y haberle besado. A mitad de un evento público frente absolutamente toda la alta sociedad mágica.

Ah, claro, ¿y cómo olvidarlo?, también haberse aparecido en el apartamento del moreno...justo sobre la mesa de la cocina, o más específicamente: sobre el jarrón de la mesa de la cocina.

Y de pronto ahí estaba, sonrojado hasta las orejas, tratando de desaparecer mientras el mismísimo niño-de-oro: el hombre del que llevaba enamorado desde el colegio, le curaba la rodilla.

      "Listo, como nuevo" sonrió Potter, palmeando su muslo en un movimiento que envió escalofríos por el resto de su cuerpo.

Definitivamente tenía que salir de ahí, antes de cometer otra locura.

     "Yo...ehm, Potter; yo tengo qu-"

     "Harry"

     "¿Qué dices?"

    "Que no hace falta que me llames Potter, Draco, llámame Harry" aclaró, y su voz había sonado aun más grave que de costumbre, haciendo que las piernas de Draco de pronto se sintieran como gelatina.

     "Bien, Harry" probó, y diablos si no se había sentido bien decir su nombre "Yo me debo ir...me esperan en casa"

Y como si Harry no se hubiera estado esperando aquella respuesta, inmediatamente hizo contacto visual con Draco, desconcertado por unos efímeros segundos, hasta que entonces había arqueado una ceja en un gesto altanero que había tocado una fibra en su ser hasta el momento desconocida.