Once abrazos

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— ¡Sorpresa, Jungkookie!

Había pasado exactamente un mes desde que Jungkook partió con sus compañeros, visitando estadios en Japón y toda Europa, moliendo su cuerpo en el escenario para entregar alegría a sus queridos fans y seguir su sueño de ser un cantante reconocido.

La comunicación entre ellos había sido escasa, no lo podían negar, pero sencillamente era mejor a que perderla por completo. Cada noche, o día, o tarde, Evelyn hacia su mayor esfuerzo por localizar a su pareja y poder tener una charla decente que los pusiera de buen humor, importando poco si duraba diez minutos o treinta segundos. Jungkook por igual hacia su mayor esfuerzo por mandarle mensajes de buenos días, deseando suerte en su día y regalando palabras de aliento por sus exámenes finales.

Los dos estaban muy contentos por permanecer juntos aunque sea a larga distancia.

Pero Jungkook...

— ¿Quién es él?

— ¿Uh?

Hace menos de tres minutos su querida novia le había preguntado con tremendo misterio si estaba libre el suficiente tiempo para hacer una videollamada decente, obteniendo por respuesta un eufórico sí que terminó al poco rato en una mueca molesta y hasta celosa de su lindo chico de Busan.

¿La razón? Evelyn no la sabe. Ella estaba muy emocionada por mostrarle a su pareja que oficialmente se había graduado de secundaria y que tenía en su certificado un fabuloso sobresaliente. No se esperaba conseguir esa increíble nota para nada, teniendo en cuenta que para su edad, según los coreanos, debería estar ya en preparatoria; y ahora solo le faltaba presentar el examen de ingreso especial para saltarse el primer semestre y así ponerse al corriente según -de nueva cuenta- su edad.

Pero su querido novio no había sonreído desde que le dijo tremenda noticia, en cambio tenía una cara de Grinch que más que darle risa la tenía muy preocupada. ¿Acaso había pasado algo durante la gira? ¿Se había lesionado otra vez? ¿O simplemente tenía sueño y había terminado por adoptar las malas costumbres de Min Yoongi?

— Detrás de ti. Ese chico. ¿Quién es?

Dejó de divagar entre posibles escenarios tristes para girar su cabeza y divisar a alguien semi acostado en su cama. Tuvo que retener su grito de emoción al descubrir quién era el invasor en su cama, aunque los saltitos que dio en su silla fueron suficientes para ser mal interpretados por su chico y llamar la atención del otro.

— Él es- No, espera, ¡NO TE ACERQUES! —lastima, aquel chico obviamente más alto y mayor que Evelyn salió de la cama en un brinco chistoso y en menos de un segundo apareció detrás de ella, sacándose la capucha con rudeza y casi pegando su rostro a la pantalla, asustando un poco a Jungkook del otro lado. — ¡Q-quitate!

— ¡OMG! ¡Es JEON JUNGKOOK!

— ¡MAMÁ, JESÚS ESTA MOLESTANDO A MI NOVIO!

Pasos apresurados se oyeron por el corredor, distrayendo a los dos extranjeros y poniendo aún más de nervios al coreano, perdido por completo en lo que acababa de suceder. La puerta de la habitación se abrió con fuerza, pero quién entró por ella no fue Coral sino otro chico más alto que el primero.

...Y con un tremendo parecido a Evelyn.

— ¿¡Estas hablando con Kookie y no me avisaste!?

— ¿¡Con qué derecho le dices así a mi novio!?

— ¡Yo lo conocí primero antes que ustedes!

— ¡No es cierto!

Los tres comenzaron a pelear, dejando a segundo plano a un choqueado Jungkook y a dos personitas metiches que se habían colado en la habitación del menor con la esperanza de poder espiar una posible charla empalagosa con la extranjera menor.

Pero solo obtuvieron información innecesaria sobre quién de los tres hermanos, porque aquellos dos chicos eran los hermanos mayores de Evelyn, conocía mejor a los integrantes de BTS, haciendo reír internamente al pelinegro por tan cómica escena familiar.

Tal vez no pudo tener una charla adecuada con su pequeña novia, pero saber que estaba bien y era protegida por esas dos montañas de músculos lo ponía de buen humor. Jesús y Samuel eran los nombres de sus cuñados, y aunque no sabía nada sobre el significado de nombres extranjeros le parecían de lo más adecuados para cada uno.

Samuel era el mayor, tenía el cabello de un rubio oxigenado que lo hacía ver más grande de lo que era, en tamaño no en edad, con varias perforaciones en sus cejas y orejas, luciendo una extraña camiseta con hoyos por todos lados. Y Jesús era el segundo, con el cabello negro tan largo para peinarlo en una coleta, luciendo cadenas en su cuello que lo harían parecer un completo vándalo, siendo todo lo contrario al ser una persona de lo más amable y divertida.

Le hubiera encantado conocerlos en persona, y descubrir si ellos también podían dar buenos abrazos como su querida novia.

— Ey, sigo aquí.

Pero habrá que esperar.

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(11/12)


Allá en Corea ya es Kookie Day~
Así que... ¡Feliz cumpleaños Jungkook!

Abrazo. » Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora