Epílogo de abrazos

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Querido amor mío...

— No, eso suena... muy- ahg, no me gusta.

A quien corresponda...

— Maldición, ¿Qué diablos estoy haciendo?

Querido-

— ¡Agh! ¡Es un asco, asco, asco! Así nunca terminaré a tiempo...

Suaves sollozos sacaron de su mundo a Jungkook, quien hasta hace unos minutos jugaba Overwatch junto a sus amigos idol. Retiró los audífonos de sus oídos y esperó con paciencia a que el ruido volviera a repetirse, de hecho no debió esperar demasiado para saber que se trataba de su novia haciendo berrinches por culpa de su frustración.

No le importó dejar la partida a medias ni de hacer perder a su equipo, simplemente dejó el mando de juegos sobre el sofá y con pasos rápidos llegó a la habitación donde de encontraba la pelinegra. Como lo sospechó, la encontró sentada frente a su escritorio, con la cabeza escondida por sus brazos y muchas bolitas de papel arrugadas por todo el piso.

Rascó su barbilla pensativo, sin saber muy bien qué hacer. Habían comenzado a vivir juntos después de que Evelyn cumpliera la mayoría de edad, misma que celebraron con algunas copas de más y muchos momentos vergonzosos al amanecer. Uno de ellos fue el más memorable de todos, y él fue la víctima... como se esperaba.

En fin, esa historia no la quiere contar.

Lo importante ahora era descubrir porqué su querida novia lloraba lágrimas de cocodrilo y pataleaba como una niña pequeña. Atravesó con cuidado la jungla de bolitas de papeles tratando de no llamar su atención, muy concentrado en verla de pies a cabeza para descubrir lo que pasaba.

Se sentía como un detective, porque cierta mente su novia era un enigma y con gusto analizaría cada uno de sus movimientos.

— ...soy un ser humano despreciable...

Al parecer la situación era más preocupante de lo normal, porque la menor solo decía aquello cuando no podía terminar de escribir sus amadas historias de Wattpad.

La misión había cambiado su rango de dificultad.

— Eve, ¿Necesitas ayuda?

— ¡I-idiota, no me asustes así! —el brinquito que pegó su novia fue muy tierno, con su cabello despeinado y las hojas y lápices marcados en sus mejillas, sin olvidar su descoordinado pijama era la chica más tierna del mundo. Su mundo. — T-tonto... sabes que no me gusta que leas lo que escribo... es vergonzoso.

— Anda bonita, no me voy a reír.

— Es una historia Taekook, donde ustedes eran mejores amigos pero un día se pelean por culpa de sus padres y terminan odiandose, jugándose bromas pesadas hasta que tú te confiesas y terminan teniendo sexo en-

— ¡Basta! No sigas... por favor.

— Que era broma~

— Te creo tan capaz...

Evelyn solo pudo reír sinceramente, dejando su lugar en la silla para abrazar con fuerza a su querido novio, muy a gusto con el cálido cuerpo del chico. Obviamente Jungkook nunca se negaría a un abrazo de su linda niña, haciendo a los dos balancearse en silencio, solo oyendo de fondo los disparos del juego y los llamados de BamBam por los auriculares.

De reojo, solo por curiosidad, leyó un poco lo que tenía tan frustrada a su pequeña.

Y se emocionó tanto, que atacó con besos las -ahora- coloradas mejillas de su novia, llevando a ésta a rastras a su habitación para darle muchos mimos privados que la hicieran olvidar toda su frustración. Y es que, lo poco que había entendido del borroso escrito estrujó su corazón.

¿Por qué le escribía por adelantado una carta para cuando partiera al servicio militar?

Ah~ se sentía un poco viejo al tomar en cuenta que no le faltaba mucho.

Bueno, ¿Qué más da? Aprovecharía al máximo para gastar todo su valioso tiempo en Evelyn.

Porque la amaba tanto y quería grabarse cada uno de sus abrazos para cuando no la tuviera cercas~

😘😆

Abrazo. » Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora