Capitulo 4

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Su cuerpo estaba temblando, pero no de miedo o tensión, estaba preocupada por Jason. Hace tres horas que habían vuelto a la Reserva, Especies y Voraces, pero ¿Y los demás? Seguían sin aparecer y eso la tenía con pendiente, él dijo que volvería...

Respiro hondo y suspiro, volteando a ver la puerta, deseando que Jason la cruzara y la viera con aquella sonrisa de diablillo que poseía. Escucho un suspiro más, volteo y Alegría veía la puerta con la misma esperanza que ella, eso la hizo comprender. Aquella hembra felina esperaba que su marido volviera, que el hombre que había escogido como su compañero y padre de sus hijos estuviera arriesgando su vida por algo que ambos habían creado.

Eso era lealtad, cariño, amor.

Bajo la mirada, viendo con adoración a Lamat quien ya hacia dormida sobre el regazo de Alegría y se le veía cansada, era comprensible. Vio hacia las escaleras, la pequeña Cib seguía aferrada en querer subir más de ocho escalones, pero siempre daba el sentón en el séptimo. Las pequeñas hermanas de Jason se habían ganado rápidamente su cariño.2

— ¿Eres una primate, ____? – la tan repentina pregunta la hizo pegar un brinco del susto, volteo a ver a Alegría y asintió en respuesta, algo apenada por su reacción. – Eres muy hermosa.

— Yo...

— Tranquila, está bien. – le sonrió. – Es sólo que hace mucho que no veía a un primate, bueno, como nosotros.

— ¿Por qué?

— Cuando mi compañero nos salvó, había tres voraces primate, pero en muy mal estado. Sólo sobrevivió uno.

— ¿Y dónde está?

— No lo sabemos; él simplemente se fue y cuando alguien se va por su propio pié, no somos de los que rogamos a por que vuelvan.4

Eso no la hizo sentir mal, tampoco se preocupó por aquel primate que nadie sabía su paradero, pero eso fue lo que la hizo sentirse culpable. Si ella desapareciera... bueno, no haría mucha diferencia.

— ¿Gustas té? – preguntó en susurro. – Tal vez un agua fría o...

— No, gracias. – le sonrió. – No tengo sed, a decir verdad no podría ni comer.

— ¿Quieres que te prepare una cama entonces? Tengo dos habitaciones y podrías usar una, junto con tus hijas; te ves cansada.

— Estoy cansada, pero no podré dormir.

— ¿Por?

— No está Gabriel, desde que lo conocí no pude conciliar el sueño sin estar con él o cerca de él. – las mejillas de Alegría se tiñeron de rojo. – Cuando una se entrega, lo entrega todo.

— Entiendo. – la triste verdad es que no lo hacía.

— ¿Tú no estás cansada?

— Estoy... estoy preocupada por Jason.

— Lo entiendo.

— Si gustas puedo ir a acostar a Lamat y Cib, para que puedas ir a informarte con Jessie o Breeze.

— Gracias.

Se levantó del sillón para ir a tomar en brazos a Lamat, Alegría le beso la mejilla a la cría para después besarle la mejilla a ella y después ir a con Cib para hacer lo mismo, un gesto dulce. Una dulzura sincera y pura. Cuando salió de la casa, ella procedió a subir a Lamat y después bajar a por Cib, quién ya estaba dormida en el octavo escalón.

Con mucho cuidado la tomó en brazos, acunándola contra su pecho sintió una emoción nueva y sincera, linda y hermosa. Sonrió, le beso la frente y subió, dejando a Cib junto a su hermana en la cama de los visitantes. Les cubrió con las mantas, prendió la luz de la lámpara y apago la de la habitación, si le temían a la oscuridad o no, era mejor estar prevenida.

Demmon (Nuevas Especies #6) - Jason McCann (ADAPTADA)Where stories live. Discover now