Capitulo 12

125 8 0
                                    


No estaba muy seguro de lo que estaba haciendo y eso se sentía bien, quería descubrir nuevas cosas y con ella lo haría porque aquello sería especial. Con el simple hecho de ser con ella con la que pasara la noche sería más que suficiente para hacerlo inolvidable.

Respiro hondo, antes de aferrarla más fuerte de las caderas y lamer nuevamente el sexo de la primate, adorando el sabor que incluso era más dulce que el aroma que desprendía ¿Cómo se pudo resistir a aquello por tantos años?

Se sintió hinchar cuando de los labios de su ____ se escapó un gemido, su nombre pronunciado en un susurro lleno de deseo le hizo gruñir de placer y comenzar a chupar con más decisión, pero quería besarla... Demonios ¿qué no quiero hacerle?

Dio una última lamida, ronroneando y soltando un suspiro, se pasó al interior del muslo izquierdo, lamiéndolo también y después al derecho, el cual mordisqueo un poco. Recorrió las manos de las caderas a las nalgas del ____, amasándolas y dándoles ligeros apretones, pasando las uñas con suavidad por la sensible piel.

Acaricio los muslos arriba y abajo, para después tomarla del interior de las rodillas y jalar, haciéndola caer de frentón sobre sus muslos. ____ gritó, él se rió bajo antes de volver a besarla en los labios, excitado con la idea de que ella se estaba probando en su boca. Eres un enfermo, Jason.

— Jason, espera. – susurró ____ contra sus labios, intentando apartarse, pero realmente no hacía mucho esfuerzo. – Siento algo raro.

— ¿Dónde? – ¿Habían logrado herirla? Preocupado, se separó lo suficiente como para verle a los ojos con claridad; los labios hinchados y rojizos, ojos vidriosos, mejillas sonrojadas... Sonrió de lado, levantando sus manos hasta tomarle el rostro con suavidad. – Está bien, ____, es normal.

— Mi ritmo cardiaco está muy elevado.

— El mío igual. – acarició su mejilla con la de ella, sintiéndose el macho más afortunado del mundo. – ¿Sabes por qué es?

— ¿Porque me hiciste sexo oral?

— En parte – se rió bajo. –, pero es más por lo que sentimos por el otro. – la recostó en la cama, saliendo él de ésta para poderse retirar los pantalones bajo la atenta mirada acaramelada. Que inocente y ardiente mirada, era el mejor cautiverio en el que se podía encontrar.

— No llevas ropa interior.

— Por supuesto que no. – volvió a con ella, acariciando la suave piel de las piernas de ____. – Son bastante incomodos cuando vives con una tentación morena de ojos caramelo.

— ¿Soy una tentación morena? – ella sonrió, abriendo las piernas para él, permitiéndole el acurrucar su miembro contra el húmedo y caliente sexo de ella, siseo ante el dulce contacto. – Jason...

— Eres más que eso, eres Todo. – se meció contra ella, acariciándola de una manera intima, a cada caricia un suspiro abandonaba los labios de la primate. – Eres un ser perfecto, eres una combinación de hermosa y picara, de un cuerpo tierno y erótico. – se inclinó, besándola en los labios hasta arrancarle más de un gemido. – ¿Y sabes qué? Quiero invadirte.

— Hazlo, por favor. – ella se enderezo lentamente, pensó que lo besaría, pero cuando sintió que deslizaba una pierna la detuvo, colocando las manos en la cadera de ella.

— ¿Qué crees que haces?

— Me voy a girar.

— ¿Para qué?

— A los machos especie les gusta tomar a sus parejas en cuatro.

— Oh, hermosa, eso hace un especie. – le tomó el mentón, besándola en los labios con suavidad antes de volver a acomodarla bajo de él, con sus piernas envueltas en las caderas de él. Su sexo pegado al de ella. – Yo soy un voraz y quiero verte cuando vuelvas a ir al cielo.

Demmon (Nuevas Especies #6) - Jason McCann (ADAPTADA)Where stories live. Discover now