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Lucky se encontraba en la jeep del mayor camino al apartamento de este, Stephen lo había convencido de ir luego de una hora de rogar, no quería que el menor fuera a su hogar luego de ver todos esos moretones, tal vez la base del problema está ahí.

Lucky en el Camino se había recostado en la parte trasera, acurrucándose junto a su niño, cerrando sus ojos momentáneamente, se sentía cansado tanto física como mentalmente, y no hablemos del dolor de sus heridas.

Oye nene, por todo este ajetreo no he podido preguntar tú nombre, no es que me moleste llamarte nene, pero me da curiosidad saber el nombre de ambas cositas pequeñitas y adorables que van en mis asientos traseros- y en ese momento las mejillas de Lucky se encendieron de un fuerte color rojo, viéndose demasiado tierno y adorable; como dijo Stephen.

Yo...mmm... yo me llamo Lucky Blue y mi bebito se llama Kai- dijo acurrucando más a su niño contra su pecho

Ambos tienen unos nombres preciosos, tan preciosos como ustedes- y nuevamente Lucky se sonrojo- no es por se chismoso o entrometido pero, que paso con el otro padre del bebé?, si no me quieres responder lo entiendo.

Yo... no quiero hablar de eso ahora- y los ojos del peli blanco se cristalizaron.

De acuerdo- fue lo último que dijo Stephen.

○○○

Llegamos nene- Lucky seguía durmiendo en los asientos traseros, con una mano apoyada en la barriguita de su bebé y con la otro sirviendole de almohada, en sus labios llevaba un puchurito siendo una vista muy adorable para el mayor.

Lentamente Lucky se levantó y miro al mayor, viendo una sonrisita coqueta en esos carnosos labios lo que provocó un sonrojo instantáneo. Lucky y Stephen salieron del vehículo, el mayor con el bebé en brazos y Lucky con la pañalera ya que el menor seguia somnoliento y temía tropezarse con su bebé en brazos. Estaban en el estacionamiento del edificio donde vivia el mayor, este entro al acensor siendo seguido por Lucky, el Stephen presionó el último número e inmediatamente las puertas del acensor se cerraron y este se puso en movimiento.

De un momento a otro el acensor se detuvo, las puertas se abrieron y Lucky y Stephen quedaron de frente a una enorme puerta doble blanca con pomos plateados, Stephen saco un llavero lleno de distintas llaves y con una en especifico abrió la puerta. Al momento de entrar, Lucky sintió que el sueño se había ido de repente, sentía su mandíbula en el suelo y sus ojos fuera de sus cuencas. Estaban en un penthouse, en un enorme penthouse, era moderno y realmente grande.

La sala era simplemente hermosa, constaba de un enorme sillón blanco que abarcaba la mitad de la estancia, frente a este había un televisor pantalla plana instalado en la pared junto a tres vocinas, una arriba del televisor y dos a los lados. A un lado del sillón había una meseta blanca con unas hermosas sillas de madera, atrás de la meseta había unas enormes puertas de lo que parecía ser un closet, algo realmente raro.

 A un lado del sillón había una meseta blanca con unas hermosas sillas de madera, atrás de la meseta había unas enormes puertas de lo que parecía ser un closet, algo realmente raro

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Que maravilloso lugar- exclamo el menor con gran asombro en su rostro. camino detrás del boxeador siguiéndolo a donde sea que valla.

Gracias, realmente me costo mucho conseguir un apartamento como este, algo que sea mio, pero no es momento de hablar de mis logros, te llevare a una habitación para que descansen- siguieron caminado por un extenso pasillo con varias puertas de ambos lados. steven abrió un puerta a la izquierda y entro seguido del menor quien quedo aun mas asombrado que antes, la habitación era mas grande que toda su casa- bueno nene, en esta habitación dormirán ambos, si necesitas algo estaré en la habitación del frente. Buenas noches- el mayor le paso el bebe a lucky y les dio a ambos un beso en la frente, quedándose un momento viendo a lucky a los ojos y luego despidiéndose con una bella sonrisa en el rostros, dejando a un lucky sonrojado.

El menor acostó al bebe de un lado de la cama y lo rodeo con almohadas, luego se acostó lentamente para no despertar al bebe y con un entusiasmo que no creía tener abrazo una almohada y pensó *Corazón, esta vez te pido que elijas bien y no me hagas sufrir de nuevo, por favor*, y luego cayo en el mundo de los sueños abrazando el cuerpesito de su bebe.

La felicidad del boxeador -Gay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora