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El sol se filtraba por las cortinas blancas, bañando su rostro calidamente. Se removió un poco y se estiro, abriendo sus ojos con pesadez y miro a su alrededor y al mirar la habitacion entro en pánico, ¿donde cojones estaba? ¿fue un sueño todo aquello?, tal vez ahora se encontraba en casa de un posible cliente. Con las lagrimas bañando su sonrojado rostro salio de la habitación. Al llegar a la sala se sorprendió con lo que vio, no estaba en la casa de ningún cliente, estaba en la casa de Stephen quien tenia a su bebito cargado mientras veía una película en su plasma acostado en el mueble.

Por dios- dijo suspirando aliviado, el mayor al oírlo se volteo y encaro el sonrojado rostro de Lucky con las lagrimas mojando sus mejillas. Stephen alarmado se levanto, corrió hasta el menor teniendo precaución con el bebe que llevaba cargado.

Estas bien bebe?- pregunto preocupado, paso su mano desocupada por las mejillas de Lucky, intentando quitar las lagrimas

Pensé que todo había sido un sueño, perdón- dijo mientras intentaba quitar sus lagrimas. Se sentía inútil por llorar por todo delante de Stephen, pero realmente se sentía estresado y adolorido por los golpes y tan cansado de la vida injusta que llevaba; lo único que lo mantenía con vida era su pequeño kai.

Esta bien, tranquilo- dijo acariciando sus blancas hebras- hice el desayuno, vamos.

El mayor guio a lucky hasta la mesa donde lo esperaba un rico desayuno compuesto de tostadas con mermelada y mantequilla de maní, ensalada de frutas, jugo de naranja, café, leche, waffles y miel.
Lucky tomo asiento y le pidió al mayor que le pasara al niño para que este comiera, a lo cual el mayor negó y con una mirada pacífica dijo.

Tú tranquilo, yo ya desayuno sólo faltas tú, yo cargaré a Kai mientras tanto- el bebé se encontraba muy cómodo en los brazos del mayor, con un puñito en su boca y los ojos curiosos mirando hacia el techo.

Lucky tomo asiento en el gran comedor y miro con ojos hambrientos toda aquella comida, ni con 10 años "trabajando" podría tener un desayuno así. No se quiso ver hambriento delante del mayor por lo que tomó pocas cosas. Luego de desayunar y que Stephen recogiera los platos pasándole el bebé a Lucky ambos tomaron asiento en el mueble alargado del mayor. Lucky tenía que hablar con Stephen y agradecerle por todo lo que había hecho por él, se sentía de nuevo agobiado al saber que ya debía de volver a su "hogar".

Stephen yo... yo agradezco mucho lo que has hecho por mi y si hay una manera de pagarte tu solo dime, yo buscaré la forma de devolverte todo- Lucky sostuvo con mas fuerzas al bebé sobre su pecho.

No tienes nada que agradecer ni pagar nene, ya te lo dije. Realmente agradezco que me hayas permitido ayudarte, a ti y a la pequeña preciosura que cargas, y si hay otra manera de ayudarte tú solo dime y haré hasta lo imposible- para ese momento Lucky era un mar de lagrimas, nunca se había sentido tan agradecido como ahora.

Yo...yo si te tengo que agradecer tan..tanto, por todo lo que has hecho por nosotros, por el techo que nos brindaste, por curarme, por el rico desayuno. Si no hubiese sido por ti ahora mismo estuviera muer...muerto y mi bebé- para ese momento los sollozos eran tan fuertes que no le permitían hablar adecuadamente. Stephen se acerco más a Lucky y lo rodeó con sus brazos en un cálido y reconfortante abrazo.

Duraron algunos minutos abrazados, el menor con su cabeza recostada al pecho del mayor y esté acariciando sus suaves hebras. Luego de un rato se separaron, Lucky miro hacia abajo y se percató de que su bebé estaba durmiendo pacíficamente.

Qué tal si vemos una película hasta la hora del almuerzo- hablo el mayor, tomando al bebé de los brazos de Lucky para recostarlo en su pecho al igual que él se recostaba en el respaldo del sofá.

Me encantaría pero creo que debería de tomar una ducha mejor, apesto- una risita avergonzada salió de sus labios al igual que sus mejillas se sonrojaban.

Oh si claro, se me olvidó mostrarte el baño anoche. Ven sígueme- Stephen guió a Lucky por el mismo pasillo de las habitaciones, el mayor entro a la habitación donde durmió Lucky y le mostró una puerta que estaba al lado izquierdo del closet. El menor abrió la puerta y le echó un vistazo al baño, era enorme, no tanto como la habitación pero definitivamente era grande. El baño era blanco al igual que toda la casa, con losetas de un crema suave, tenía un lavamanos alargado crema con las manillas doradas y un espejo que abarcaba desde el techo hasta el comienzo del lavamanos, el espejo tenía luces en todo su alrededor. Del techo a un lado del espejo había una maceta colgando con unas hermosas flores cayendo delicadamente. En la pared del fondo se podía apreciar una tina, que más que tina parecía un enorme Jacuzzi. En algunos rincones del baño habían plantas en macetas negras. En la me meseta del lavamanos hay productos de higiene personal como shampoo de vainilla y jabones de fresas al igual que unos velones con escénica de canela. Todo era sumamente fantástico.

En los gabinetes del lavamanos hay toallas- hablo Stephen- tómate tú tiempo, yo mientras te buscare algo cómodo para que te pongas- el mayor de disponía a salir con el bebé aún en brazos cuando Lucky lo detuvo.

Muchas gracias- y con una sonrisa Stephen salió del baño para darle su merecida privacidad.

Lucky se tomó su tiempo en preparar la bañera, tomando el shampoo y uno de los jabones para luego situarse dentro de la bañera. Al terminar de bañarse salió tomando la toalla que minutos antes había puesto sobre la tapa cerrada del inodoro el cual estaba cerca de la tina. Al dirigirse hacia uno de los cajones de la meseta el cual mientras buscaba la toalla había descubierto lleno de cepillos de dientes en sus empaques nuevos, tomó uno y procedió a cepillarse los dientes. Al finalizar salió del baño más relajado y con un rico aroma en su piel a fresas.

En la cama había una ropa doblada, al desdoblarla se fijó en un t-shirt azul cielo con su etiqueta aún puesta y con olor a nuevo, a pesar de verse "chiquito" lucky supo que le quedaría grande, había una bermuda de elástico negra y en una bolsita de Calvin Klein unos calzoncillos negros. Lucky se cambio con paciencia por la herida en su cuerpo, y cómo había predicho el t-shirt le quedaba grande, tanto que un hombro le sobresalía y su clavícula izquierda se notaba.

Cuando salió camino por el pasillo descalzo hasta la sala-comedor dirigiendo su vista hacia los muebles y teniendo la imagen más tierna que jamás haya visto. Kai estaba acostado en una cama improvisada que el mayor había hecho, a su alrededor habían varios cojines y el mayor estaba sentada en el mueble en pose de indio mientras veía lo que parecía una serie.

Ya estando al lado del mayor sentado en el mueble dirigió su vista hacia el reloj colgado a un lado de la bocina del televisor. Su corazón casi se sale al ver la hora, eran las 12 de la tarde con cinco minutos, a las 12 y media llegaba su progenitora del otro trabajo que tenía. Si no estaba en casa para cuando ella llegue su progenitor descargara su ira en ella.

Cre..creo que me ten..tengo que ir-

La felicidad del boxeador -Gay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora