Bakugou había instalado una habitación especial para la señorita Uraraka en su propia casa. Le había dejado de torturar e incluso, ciertas veces le compraba ropa costosa solo para verle sonreír.
Había sucedido un cambio muy drástico en aquella casa.
Ella no podía estar más agradecida, pero... había algo más...
Uraraka ya no podía caminar del todo bien, mejor dicho, nada.
Katsuki llamó a un médico, el cual le dijo que ésa chica había sufrido terribles lesiones en las piernas, las cuales le destrozaron los nervios de estas mismas.
Katsuki cargó a Uraraka y la llevó directamente a la sala de estar, en donde la recostó en el sillón.
–Señor Bakugou. –Preguntó ella. –Dígame, ¿el que no pueda caminar es parte de mi enfermedad? –Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. –Por que si es así yo...
–¡Encontraré una cura! –Silenció Katsuki. –Hace ya tiempo yo...–Se estaba volviendo loco y no sabía porqué. –Yo leí un libro de magia, en donde decía que... que las ancas de rana astral. –Comenzó a caminar en círculos. –Las ancas de rana astral curan cualquier cosa; acompañado de agua de manantial de Diosa y sangre de la persona que más amas en el mundo. –Se detuvo.
–¿Señor Bakugou? –Preguntó ella. –La persona que más amo en el mundo... está muerta. –Dijo secamente.
–¿Quien era esa persona? –Katsuki se paró en seco y su tono de voz, antes enojado, se hizo claro y serio.
–Mi madre...
–¿Solo ella? –Preguntó extrañado. –¿Nunca tuviste un pretendiente, un novio?
–Creo que sí... alguien me pretendía...pero no tengo ni tuve novio... –Respondió sincerada.
–Entonces, ¡ámame a mí! –Se acercó lentamente a ella y sostuvo sus manos. –Si me amas a mi podrás volver a caminar...
A este punto, él estaba desesperado; para no perder a su costal de boxeo haría cualquier cosa, lo que sea, no importaba.
–Y si esa cosa cura todo ¡Curará mi enfermedad! –Gritó llena de felicidad. –Pero señor Bakugou...–Se llenó de pena. –No puedo amarlo si apenas llevo 10 días de conocerlo. –Le miró a los ojos.
–¿Y si te conquisto lentamente...? –Dijo sarcástico.
Ella se sonrojó de inmediato, cayéndose de costado en el sillón.
–¡Deje de bromear señor Bakugou! –Gritó.
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La Humana y El Hechicero.
Fanfiction*Ochaco Uraraka,una Linda humana rescatada de un gran incendio en un pequeño pueblo. *Katsuki Bakugo,un Hechicero sumamente poderoso que rescató a una chica con el único propósito de experimentar con ella. "No olvides que...a pesar de toda la magi...