El sentir de María

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Vendí mi alma al diablo y hoy me hallo llorando con la virgen... Pues cometiendo errores que destrozaron mi vida, y aún estando ya condenado; la virgen me ha ofrecido este rato de consuelo. Es mirarla ahora, y mi alma rompe en llanto por sentirse querida. Es mirarla ahora, y cierro los ojos para poder recordarla, sabiendo ya que después no la volveré a ver más... Siendo yo tan diablo y tan divina ella, hoy; he podido descansar.


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