Concurso

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Sasuke, la miraba embelesado. Traía un sencillo vestido blanco con flores azules que acentuaban muy bien la profundidad y expresividad de sus ojos; el labial rojo carmín en sus carnosos labios y las sombras, para dar una impresión de adultez a su juvenil rostro, quedaban perfectos. Yuriko, se había arreglado más de lo normal. Él, como el muy observador que era, estimaba que su mejor amiga quería impresionar a alguien. Y si quizá era él, lo había logrado.

Estás preciosa comentó mientras ella movía su cabello rosado oscuro y lo acomodaba en su oído izquierdo donde tenía un adorno de azucena.

La pelirosa se acomodó en la banca en la que él, la había esperado.

Solo quiero impresionarlo.Un brillo especial se instauró en sus irises azules.

¿Se refería a él?

Sasuke observó a unos veinte metros de ella. Itachi lo miraba con una cara de total reprobación. Estaba descuidando a Sakura al estar ahí. Aun sabiendo lo de Madara, él estaba ahí, con la chica que ponía su mundo de cabeza.

Pues créeme que lo harás.

Me gusta un chico dijo mirando la gente pasar.

¿En serio? preguntó sorprendido.

Yuriko, afirmo con las mejillas un tanto rojas.

Me ha propuesto ser su novia. Hoy le daré el sí.

No se refería a él.

Un sentimiento no conocido se instauró en él removiendo muy dentro de su ser como el peor de los sabores.

Que bueno... susurró y sus mejillas se tiñeron de rojo.

Deséame suerte dijo al pararse de la banca. Sasuke pudo notar como un muchacho humano de la edad de ella, caminaba distraído por la plaza y a Yuriko sonreír mientras lo miraba.

Los celos, sentimientos humanos, no tardaron en hacer presencia en él, acompañados del dolor de la impureza de sentirlos. Sacó sus blancas alas y supo que definitivamente tendría que dejar de verla. Las impurezas causadas por sentimientos humanos estaban calando dentro de su ser. Y podrían ser nefastas a futuro.

...

Llegar a casa avisando casi a las diez de la noche del día anterior, ha sido un gran problema. Recibí un gran sermón de mamá y uno de mi primo como adicional, Gaara es demasiado sobreprotector aunque tengo que entenderlos, es natural que se preocupen más por mí después del accidente. Luego de haber escuchado un montón de palabras sobre los riesgos que he corrido, fui a la universidad, dónde, las clases no me distrajeron de recordar a cada instante el maravilloso día que fue ayer.

Mi cuerpo ha grabado cada milisegundo de su tiempo en los brazos de Sasuke. Me siento feliz, tanto, como no me había sentido antes. La estúpida sonrisa que traigo desde nuestra despedida, lo demuestra.

Camino rumbo a las oficinas de Izumi, quién me ha llamado justo después de salir de clases. No tengo idea de su asunto conmigo, pero no me cae mal como para hacerle un desplante.

El ruido de mi estómago mientras ingreso al ascensor me alerta que aún no he probado alimento. Lo peor, es que viene acompañado con la imagen de la imagen de una lasaña. Quiero lasaña. Ya se me dio otro de mis antojos.

Espero paciente a que la bendita puerta se abra hasta que por fin lo hace y me deja ver el piso donde se encuentra la oficina de Izumi. Camino hacia ella y toco un par de veces hasta que me abre.

Hacia la luz I: Por una venganza, te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora