Secretos revelados: Parte II

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Sasuke, la observó mientras abandonaba la preparatoria. Era el quinto día en la semana que se escondía en su auto y la observaba salir. Sakura, de diecisiete años, era ya toda una mujer. Cada día su parecido con Yuriko se notaba más con excepción de que Sakura era más delgada que Yuriko y menos voluptuosa. Yuriko era notoriamente más bonita que su hermana menor, físicamente, pero la sonrisa de Sakura, era la sonrisa más hermosa que Sasuke había visto en sus años de humano.

Sakura, se detuvo frente a un auto a unos diez metros de donde él estaba. Su primo, la estaba esperando para llevarla a casa. Esa era siempre su rutina y Sasuke, ya la tenía conocida de al revés al derecho.

Cuando vio el auto marcharse. Supo de inmediato, que él debía hacer lo mismo.

Prendió el auto con cuidado. A punto, estaba de arrancar cuando una presencia se subió al auto. Sasuke miró por el espejo retrovisor sin creer lo que veía.

Alto, fornido y con el cabello sumamente largo, se encontraba aquel ser. Aquel hombre que había acechado por mucho tiempo a Sakura y que según su hermano ya no representaba un peligro en la vida de su ex protegida.

¿Qué hacía ahí?

Y lo más importante... ¿Qué intenciones tenía al presentarse de esa manera?

No se suponía que su hermano lo había alejado.

Has cambiado mucho, pequeño Sasuke comentó el hombre con voz sarcástica.

Madara... susurró, temblando ligeramente. Por más que quería hablar, las palabras se estancaban en su garganta.

Su sola presencia indicaba peligro por todos lados.

Arranca, pequeño, Sasuke. Vamos a dar un paseo.

La voz macabra de Madara le hizo ver que no tenía salida. Sasuke trató de bajar del vehículo; pero, la daga filosa que Madara presionó en su cuello, se lo impidió. Madara, presionó sobre su yugular de manera tan sutil que pudo sentir el objeto abriendo paso por su piel.

No tenía salida. Siendo un simple humano, solo podía obedecer.

...

¿Qué es este lugar?preguntó, Sasuke, preocupado.

Solo sígueme. ordenó el ángel maligno.

Madara, lo había llevado a una mansión a las afueras de la ciudad. Luego, lo había guiado al sótano que parecía la entrada un conducto de cuevas dentro de la propiedad. La oscuridad y la poca iluminación, era aterradora. Pronto, llegaron a una puerta de madera. Madara la abrió y por fin pudo ver algo de luz en contraste con el ambiente por el que había caminado. Era un cuarto color celeste. Parecía bien cuidado, pese a que estaba bajo tierra. En medio, había un extraño objeto, parecía un cajón muy grande cubierto de una tela que tapaba lo que sea que hubiera bajo ella.

Te quiero proponer un trato dijo el hombre mayor. Su sonrisa torcida solo le demostró que nunca sería algo bueno viniendo de él.

No deseo nada viniendo de ti escupió con molestia.

Pese al miedo que sentía, reunió el suficiente valor para decirle esas palabras aun sabiendo que probablemente lo mataría.

La risa macabra de Madara, llegó a sus oídos.

¿Estás seguro, Sasuke?La mirada de Madara se volvió contra él. Negro versus Negro. Hasta en un reto de miradas se sentía que el vencedor nunca sería un simple humano como él Yo puedo hacerte cambiar de opinión tentó. Acércate, quiero que veas lo que hay debajo de esta tela. Señaló.

Hacia la luz I: Por una venganza, te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora