Sentimientos

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"No debes verla de esa forma."

Esas eran las palabras de Itachi todo el tiempo.

¿Pero qué hacía, entonces, con eso que sentía?

"Nada"decía su consciencia de ángel.

Pero... su frágil rostro. El hermoso color de su cabello y la claridad de sus ojos, eran su perdición. La perdición de un ángel que solo debe de conocer el amor fraterno y no físico.

La miró una vez más, antes de cerrar la cortina. Lucía preciosa a sus 14 años, era prácticamente una pequeña mujercita. Definitivamente, era la niña más hermosa de la faz de la tierra. Como ángel que era, ahora, entendía bien a los humanos y su fijación por el sexo femenino. Se sentía demasiado atraído por aquella humana.

Como abstraído de la realidad cerró la ventana y se recostó en el catre de aquella habitación, miró el blanco techo y empezó a analizar sus recuerdos.

Sonrió recordando su sonrisa y sus ojos claros, llenos de luz, teniéndola en frente, aquel día. La hizo sentir nerviosa cuando le vio por primera vez, quizá tan nerviosa como se sintió el mismo de ser descubierto. El impulso jugó con él, aquella ocasión. Itachi tenía que comprender que él estaba cautivado por ella y que jamás cambiaría de parecer. El veía a través de los ojos de ella y ella, siempre notaba su presencia con cierto interés.

Sasuke ─ llamó una dulce voz a su espalda. La risita que escuchó lo hizo volverse de inmediato. Ahí estaba ella, la niña más dulce del universo. Su protegida, la que tanto quería.

¿Qué pasa?, pequeña. ─ respondió mirándola a los ojos y perdiéndose en la claridad de ellos.

Mami, está triste ─ dijo mirando al piso. Su rostro sonriente cambió totalmente a un rostro deprimido.

¿Lo mismo de siempre? ─ preguntó. Sabía que las cosas en esa casa andaban mal, pero a veces, obviaba lo que pasaba y solo se encargaba de darle un hombro en donde llorar a su protegida. Ella lo miró afirmando con su cabeza y se arrimó a su lado. Sasuke automáticamente la abrazó y besó su frente. Luego zafó su agarre y la puso frente a él.

Abrázame ─ pidió ella al sentirse desprotegida por los brazos de Sasuke.

Él la miró con una sonrisa en el rostro. Sin advertirle movimiento alguno, le dio un toquecito en la frente, que para él significaba un te quiero en idioma de un ángel. Un te quiero, sin manchas ni pecados; un te quiero que le decía todo lo que sentía por ella, el amor que sentía por ella. La miró unos segundos cuando se frotó la frente y se acercó a él totalmente sonrojada. No tardó mucho en abrazarla y ella en darle un beso en la mejilla que inconscientemente lo hizo sonrojar. Cada día que pasaba, sentía que la conexión con su pequeña protegida iba en aumento. Él la quería y ella a él, también.

Despierto temprano. La respiración en mi oído me hace recordar todo lo que pasó anoche, sonrío al notar la mano de Sasuke envolviendo mi cintura. La noche de ayer, fue especial. Las imágenes de lo que pasó no tardan en llegar a mis retinas. Estoy marcada de por vida por él, de eso no hay duda. Trato de zafar su agarre, pero me tiene bien sujeta. Lo miro unos segundos cuando siento como me atrae hacia él. Su excitación mañanera me presiona las nalgas. Oigo un suspiro de su parte.

─ ¿A dónde vas? ─ pregunta. Siento el cosquilleo de su voz en mi oído.

─ Quiero tomar una ducha ─ murmuro. Sasuke me coge del hueso de mi cadera y me pega un poco más. Siento su dureza presionando cada vez más cerca de mi entrada.

Hacia la luz I: Por una venganza, te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora