Descontrol

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Nisan─ llamó un pelinegro a su hermano ─ ¿Quién es ella? ─ preguntó al ver una chica en el álbum de fotografías. Parecía una princesa por lo bonita que era.

Ella es la niña a la que cuido ─ contestó el mayor. Luego, suspiró profundamente para arrebatárselo a Sasuke de las manos. En ese álbum de fotografías había cosas vergonzosas que no estaría dispuesto a que los demás vieran. Ni Sasuke por ser su hermano debería de verlas.

¿Y cuándo podré yo también cuidar a los demás? ─ cuestionó el pequeño Sasuke, que pese a sus pocos 8 años ya tenía las cualidades de un ángel guardián de estudios avanzados.

Pronto, Sasuke. Sabes que un ángel empieza a cuidar a un ser humano cuando cumple los 13 años.

Uhmmm ─ Sasuke hizo un puchero adorable. ─ Yo quiero conocer ya el mundo humano, hermano. Quiero conocer a los humanos y chicas tan bonitas como ella La señalo nuevamente. Los ojos de Sasuke irradiaron emoción.

Itachi estiró los brazos mientras no perdía detalle en los gestos de su hermano. Sus alas cada día pesaban más. Y sus poderes iban en aumento también, por lo que un estiramiento siempre estaría bien. Luego, le dirigió una mirada al pequeño Sasuke para responderle:

No se puede, aún.

¿Es tan lindo como lo describen? ─ preguntó, el pelinegro menor con los ojos llenos de luz.

Lindo, era; al igual, que peligroso.

¿Cómo decirle que el mundo humano estaba plagado de algo tan nocivo para los ángeles, llamado mal?

Sasuke aún era muy pequeño para entenderlo. El solo conocía la pureza, la bondad, todo lo que significaba el cielo.

Algo ─ emitió, el de coleta, desganado.

Algún día quiero ser tan buen ángel como tú ─ respondió el pequeño con una gran admiración hacia su hermano.Quiero que padre se sienta orgulloso de mí.

Itachi miró con orgullo a su hermano menor. En el cielo todos hablaban de sus logros, inclusive sabían de sus proezas en peleas en el mundo humano, plagado de esos seres de maldad, demonios.

Anda y estudia mucho ─ habló Itachi mientras terminaba de poner las últimas cosas en el estuche de Sasuke. Pronto iría a la academia y él volvería a cuidar de aquella chiquilla que cada día, se metía en más problemas.

Está bien ─ Emocionado, Sasuke cogió su mochila y se enrumbó hacia la escuela.

Itachi observó su marcha hasta que se perdió en la lejanía; luego, abrió vuelo y regresó a la tierra.

Escucho la música sonar mientras me pierdo entre la multitud de danzantes observo a mí alrededor: chicas, chicos bailan desenfrenadamente, parecen idos dejándose llevar por las pegajosas melodías. Son ellos y la liberación de sus problemas, aquellos que quedan olvidados en el movimiento de su cuerpo. Sasori no despega sus manos de mi cintura y siento como cada vez me aprieta al bulto que tiene en sus pantalones. Hastiada, cojo las manos que tiene pegadas en mi cintura y trato de salir entre la gente. Necesito otro trago. Necesito olvidar muchas cosas.

La cabeza ya me está dando muchas vueltas.

Me siento en una de las sillas y pido la carta. Hoy Sasori paga todo.

─ Pide lo que quieras ─ comenta Sasori mientras fijo mi atención en los muchos tragos. Pronto, apunto a una margarita con el dedo. Esta será la sétima desde que estoy aquí. Entramos y salimos de la pista solo para tomar algo.

Hacia la luz I: Por una venganza, te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora