Hacia la luz I: Por una venganza, te conocí

Somos uno

─ No te rías de mí ─ habló, Sasuke, con voz dura y el ceño de lo más fruncido.

Itachi estaba conteniendo la risa tapándose la boca con ambas manos. La explicación era sencilla, solo tenían que observar a su alrededor.

La habitación donde se encontraban estaba regada de juguetes por todos lados. Sasuke ordenaba cada uno mientras la pequeña niña iba tirándolos hacia cualquier parte del cuarto como si amara ver todo hecho un caos. El desorden en la vida de un ángel era visto como un mal. Era un pecado solo digno de los humanos.

Paseando la mirada por los pequeños piececitos moviéndose de un lugar a otro. Itachi, aclaró la garganta para aguantar un poco la risa y responder a la mirada furiosa de su hermano menor.

─ Es que prácticamente eres el niñero de tu protegida ─ explicó mientras una carcajada le salía de los labios.

Sasuke relajó sus facciones, desganado y se hizo rojo de vergüenza. Definitivamente, su protegida era una niña bonita, pero excesivamente traviesa. No despegaba él, los ojos de ella cuando ya estaba poniéndose en una situación de peligro o tirando alguna cosa a sus alrededor. Y eso, lo desesperaba un poco.

Con un oso en la mano y mirando su revoltosa cabeza metida en el castillo de muñecas se dirigió a sacarla de ahí. Ni un segundo había despegado su vista de ella cuando ya no estaba en el lugar que la había dejado.

─ No sé qué hacer ─ comentó desganado, el pelinegro menor, mientras tomaba a la niña entre sus brazos. No podía simplemente dejar a su pequeña protegida a merced de cualquier mal. Padre se enojaría mucho con él. Además, era la primera persona que cuidaba. No podía simplemente decirle a su padre que quería abandonar el trabajo.

─ ¿Sabes transformarte en humano? ¿No? ─ preguntó Itachi.

Claro, que lo sabía. Eran una de las cosas fundamentales que le enseñaban en la escuela.

─ Sí, ─ afirmo.

─ Puedes ser su amigo. ─ sugirió ─ Muchos ángeles lo hacen ─ Se rascó la nuca pensativo ─ Creo que en el mundo de los humanos a los ángeles que hacen eso los llaman "amigos imaginarios".

─ ¿Amigos imaginarios?

─ Sí, porque solo los niños pequeños lo pueden ver. ─ mencionó Itachi. Luego, se agacho para recoger un juguete tirado en el piso y extendérselo a Sasuke. El menor lo cogió entre sus manos y lo ordenó rápidamente junto con la pila de más juguetes.

─ Creo que es una buena idea─ señaló. ─ Si le enseño a comportarse no me hará tantos problemas. He notado que en esta casa las cosas tampoco andan muy bien. ─ dijo inspeccionando el lugar.

─ Una sola cosa más ─ advirtió el de coleta. Sasuke lo miró con atención. ─ Tú transformación en humano solo será vista por la niña. Si un humano más te llega a ver tendrás que ir al centro de purificación de inmediato.

─ ¿Por qué? ─ preguntó.

─ Ni yo mismo lo sé ─ confesó Itachi. ─ Solo sé que a Shisui le pasó eso. Él mismo me advirtió si pasaba por una situación así.

─ Está bien, seré cuidadoso. ─ expresó ─ Tú ya vete con tu protegida. ─ comunicó al de coleta. Por la ventana pudo ver a la chica de su fascinación caminando al lado de su madre. ─ Está a punto de irse. ─ advirtió mirando a la dirección de su hermano sin encontrarlo en el mismo lugar.