Capítulo 6: La Forja Inferior

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Cuando salimos del Túmulo del Hombre Polvoriento, está a punto de amanecer. Ya no se ven las estrellas en el este, deslumbradas por la línea del alba. Caminamos de vuelta a Carrera Blanca, pero esta vez el camino es más animoso. Comentamos lo vivido en el Túmulo, la pelea contra las arañas y los draugr, aunque noto que Farkas evita hablar del tema de la licantropía. No es hasta que estamos frente a las puertas de la ciudad que menciona el tema por primera vez desde su transformación.

- No digas nada sobre los hombres lobo. Se supone que todavía no deberías saberlo. Yo lo mencionaré al Círculo. Pero tú no abras la boca.

Asiento. Farkas empuja las puertas de madera y ambos entramos en Carrera Blanca. Ya es pasado el mediodía. Avanzamos por la calle hacia el Distrito del Viento, y en la plaza del Verdeoro, giramos hacia Jorrvaskr. Me sorprendo al encontrarme con Vilkas esperándonos al final de las escaleras.

- Llegáis pronto – dice únicamente.

Le miro y sonrío. Se hace el duro, pero sé que se alegra de verme. Sé que le importo.

- Hermano – saluda Farkas.

- Hermano – responde Vilkas.

Ambos se abrazan, y mi sonrisa se ensancha al verlo. Esta misión ha hecho que me sienta más cercana a los dos, a pesar de que no he pasado tiempo físico con Vilkas.

- Todo está preparado – susurra Vilkas, aunque le escucho. - Ve.

Farkas asiente y se marcha, rodeando el edificio en dirección al patio. Vilkas me mira de arriba a abajo.

- ¿Qué? - pregunto, sin poder evitar una sonrisa.

El niega con la cabeza. Curiosamente, parece de buen humor. Y lo que es mejor, se lo noto.

- Vamos, sígueme. Están todos esperándote.

- ¿Esperándome? - me extraño. - ¿Para qué?

Pero Vilkas, como siempre, me deja con la incertidumbre. Echa a correr hacia el patio.

- ¿Esperándome para qué? - insisto, echando a correr detrás de él.

Cuando llego al patio, me encuentro al Círculo completo, esperándome. Kodlak está en medio. Curiosamente, no tiene esa mueca amable tan característica suya, sino un rostro solemne, y me contempla con semblante serio y decidido. A su lado, Skjor luce con una cara parecida. Y lo mismo Aela y Farkas. De repente, me pongo nerviosa. Lanzo una mirada de pánico a Vilkas, pero él me tranquiliza con un asentimiento de cabeza. Trago saliva y vuelvo a mirar a Kodlak, quien toma la palabra.

- Hermanos y Hermanas del Círculo. Hoy damos la bienvenida a una nueva alma en nuestro redil mortal.

Doy un respingo, casi imperceptible. ¿Qué está pasando aquí?

- Esta mujer ha resistido, ha luchado y a mostrado su valor – sigue hablando Kodlak.

¿Mujer? Solo tengo diecinueve. Pasé mi último cumpleaños en Alto Hrothgar.

- ¿Quién hablará por ella? - pregunta el Heraldo.

Miro a todos los presentes, asustada. No sé qué está pasando, no sé qué hacer ni qué decir. Entonces, Vilkas da un paso al frente.

- Seré testigo del coraje del alma que se encuentra ante nosotros – declama.

Le miro, sin entender.

Compañeros | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora