Después de meses de incertidumbre y preocupación, ayer volvía a escuchar tu voz. Estabas allí, habías vuelto y estabas vivo. Me acerqué para oír lo que decías.
- "Llevamos aquí diez minutos y ya hemos empezado a escuchar cosas hasta el punto de pensar... Osea que nos hemos rallado hasta el punto de pensar que hay alguien abajo"
- "Por favor, Pablo... ¿Que tengo que hacer para que te des cuenta de mi existencia? Necesito tu ayuda. Efectivamente, hay alguien abajo y también estoy yo, aquí contigo." - Dije en voz alta.
Como ya sabes, no obtuve respuesta, no te imaginas hasta que punto me dolía esa impotencia. Siguió la conversación sin importar mi presencia hasta que os asustó un silbido que venía del fondo de las escaleras. Solamente era ese cerdo que seguía buscando a Akira. Aunque debo admitir que yo también me sobresalté un poco, el saber el interés que el amo tenia por ti a costa de nuestro vínculo me aterrorizaba.
- "Que yo lo he escuchado, Pablo..." - Dijo nerviosa una de las chicas rubias que te acompañaban
- Si si, cielo, pero ellos...
Cielo... Esa palabra que había salido de tu boca seguía resonando en mis pensamientos mientras bajabais las escaleras dispuestos a volver a inspeccionar la casa. Me quedé inmóvil mientras una mezcla de sentimientos se apoderaba de mi: Tristeza, celos, rabia, desesperación y sobretodo, decepción...
- Tal vez esta era la prueba que necesitaba para darme cuenta de que todo estaba en mi cabeza, no existe ningún vínculo real entre Pablo y yo que pueda sacarme de esta oscuridad. Todo este tiempo, solo estaba en mi cabeza... - Pensé
Aunque, al mismo tiempo, me sentía incapaz de odiarte. Al contrario, necesitaba protegerte, saber que estarías a salvo.
Volví a acercarme para darme cuenta de que ya formabais parte del macabro juego del amo. preocupados por una pelota que había aparecido en la escalera, aunque, a mi lo que realmente me preocupaba era que eso era solo el principio de vuestra peor pesadilla si os quedabais mas tiempo allí dentro, cosa que por desgracia, estabais empeñados en hacer.
Entrasteis en la habitación de Eva, cuando uno de ellos manoseaba sus cosas, de pronto leyó el título de un libro de su estantería:
- "Aprende a protegerse, conjunto de normas para defenderse contra la violencia y la agresión, basada en la experiencia acumulada en muchos años de periodismo policial"
En ese momento tuve que aceptar la realidad, la realidad de que había dejado a mi hija en manos de un monstruo viviendo en esa cárcel, sin intentar protegerla, sin intentar recuperarla y que volviera a mis brazos, sin luchar por darle la vida que merecía, lejos de esas paredes del infierno. No sé como había conseguido ese libro, pero una cosa está clara, Eva fue mucho más valiente que yo, cuando soy yo la que tendría que haber luchado por las dos, por un futuro mejor.
Ya era tarde para eso, pero entonces lo entendí, no hice nada en ese momento por miedo, pero estaba decidido, lo que no había hecho años atrás para salvarnos a mi y a Eva, iba a hacerlo ese día por ti, iba a sacarte de allí con vida.
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