CAPITULO 5 - ESPERANZA

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Echaba de menos el miedo, tener miedo implica que te asusta que las cosas puedan ir peor, pero yo ya estaba en la peor situación posible, y no podía hacer nada para remediarlo. Ya no pertenecía a ese mundo, sin embargo, seguía atrapada en él.

No sabía que era más preocupante, el hecho de seguir teniendo sentimientos humanos, o el de saber que habían cambiado. Cada vez era más consciente de que ya no era la misma persona que había sido, aunque esa persona fuese solo una chica asustada, que a pesar de haber visto un mundo más allá de cuatro paredes, no lo recordaba. El peso de estar encerrada en ese edifico oscuro y lleno de energías negativas me estaba cambiando poco a poco. Con el paso de los días iba aceptando cada vez más que nunca volvería a la vida, o a la muerte, si es que eso tiene algún sentido, y con eso iba perdiendo mi humanidad, lo único que la había mantenido era la esperanza, pero la única señal que había recibido en compensación desde que había muerto era Pablo, aunque había pasado 1 año ya de la última vez que lo vi y desde entonces, ya había aceptado que yo no le importaba y se había olvidado de mi, por lo que me tocaba hacer lo mismo, olvidarle a él y también, a mi misma.

Sin embargo, si que había recibido otras visitas. Mayormente de gente joven perturbando el silencio del que, inevitable e irremediablemente, era "mi hogar". Pero ninguno como Pablo, de hecho, si hubiese podido, habría disfrutado estrangulando todos y cada uno de esos cuellos de los que salían esas risas. La rabia se apoderaba de mi solo al recordarlas.

De pronto, el ruido de unos pasos me distrajo de mis pensamientos. Sabía que no eran humanos ya que sonaban suaves y dubitativos. Para mi sorpresa, lo que me encontré fueron unas manchas de sangre que me llevaron hasta un cachorro herido y asustado escondido dentro de la casa. Pude reconocer en sus ojos esa clase de miedo, ese miedo mezclado con desorientación que te recorre el cuerpo cuando tu amo te hace daño por primera vez, y mis deducciones eran ciertas ya que, como esperaba, el hombre apareció silbando breves instantes después.

- "Akira? ven aquí Akira!" - Gritó.

No tardó mucho en llegar a la sala donde estábamos la perrita y yo. Nada más entrar, utilicé mi rabia para cerrar la puerta de golpe tras su paso. Así pude ver, durante cortos instantes, el miedo que hace tiempo había querido que experimentase el amo en su mirada. Antes de que el hombre se tropezara y se golpeara la nuca contra la cama, quedando inconsciente y muriendo pocos minutos después.

- "Cuando vuelvas, voy a hacer que te arrepientas de haberme abandonado, Pablo" - Pensé

Pero pronto me di cuenta de que, de todas formas, nunca iba a volver. Lo único que pude hacer era observar como ese perro se quedaba cerca de su maltratador hasta morir, tal y como, en cierta manera, había hecho yo misma, aunque visto desde fuera me parecía asqueroso y lamentable. Me aseguré de dejar la habitación cerrada y no acercarme a ella nunca más para que no me recordaran lo triste que había sido mi vida constantemente.

Pasaron algunos meses más de visitas indeseables, ninguna a destacar, hasta que llegó un grupo de chicos un día. Como de costumbre, cuando entraron, les mandé a callar desde mi habitación, por si se asustaban y nos dejaban en paz. Evidentemente, no funcionó, así que me dispuse a recibir a los "no invitados" como se merecían. Me encontré con ellos cuando investigaban las manchas de sangre de mi encuentro con Akira y ese animal que había en el suelo. Entonces me di cuenta, ya conocía a uno de ellos, tenía la misma voz y aspecto que Pablo, aunque estaba rodeado de un aura mucho más oscura. Era él realmente? O solo alguien que se le parecía?

Siguieron avanzando por la casa, mientras tanto, me limitaba a observarles toquetear las cosas de la casa, lo que estaba enfadando a las otras entidades que compartían ese espacio conmigo, pero yo estaba centrada en averiguar porque ese chico era igual que Pablo, de hecho, tenía que serlo. ¿Si no, porque era igual que él? Como no sentía el vinculo que había notado la otra vez, quise comprobarlo agarrando su mano. En ese instante sentí muchas cosas, también me di cuenta de otras. Era él, el vinculo había vuelto, el único soplo de esperanza que había tenido desde que había muerto, pero también el chico que me había abandonado durante tanto tiempo. Mi conexión con el mundo de los vivos era aún mas fuerte, pues la última vez que intenté tocarle no se había dado cuenta.

La rabia me inundó de nuevo, pero pronto se apaciguó al ver que se ponía a llorar. Me di cuenta de que la sensación de verle sufrir era peor que cualquier otra en el mundo. No sabia como, ni porqué me había llegado a importar tanto un simple humano, un humano que ni siquiera sabía de mi existencia como tal. Me limité a quedarme a su lado y al de sus compañeros mientras se calmaba, ocurrieron más cosas esa noche, pero a pesar de las maldades que se me había pasado por la cabeza hacerle si le volvía a ver algún día, yo no fui partícipe de ninguna de ellas, aunque era evidente, mis compañeros no estaban contentos con la presencia del grupo. También me di cuenta de que el aura de Pablo era oscura por un motivo, el amo, podía volver a notar su presencia en la casa, había vuelto junto a él.




 También me di cuenta de que el aura de Pablo era oscura por un motivo, el amo, podía volver a notar su presencia en la casa, había vuelto junto a él

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El secreto de la residencia - WildHaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora