Ellos son completamente diferentes y jamás compartieron una relación normal, aún asi hasta los últimos momentos juntos entregaron todo por nada.
Portada hecha por: Liberty editoral.
Llego a casa mas cansado de lo habitual por el primer día de clases tan extraño, cualquiera diría que debí sentir algo al dar mi primer beso pero lo cierto es que no y no me arrepiento de haberlo dado así. Mientras voy a la cocina prendo la televisión para ver mi programa favorito, hago palomitas y agarro un jugo del refrigerador me siento en mi cómodo sofá y en cuanto lo hago el timbre suena, me quejo mentalmente y me levanto a abrir la puerta.
Una chica de pelo castaño, baja estatura y grandes ojos negros me observa y parece quedarse sin voz por un momento hasta que se sonroja y comienza a hablar:
—Tú eres Harry?—pregunta con nerviosismo.
—Se te ofrece algo?—pregunto con desinterés.
—Esto es para ti, lo manda tu abuela—sostengo la carta como si de un tesoro se tratara y cierro la puerta.
Escucho como vuelven a tocar la puerta y la abro con molestia.
—En la carta dice que me quedare a vivir contigo en lo que termino mi carrera—la miro desconcertado y me doy cuenta de las maletas que trae consigo.
Me quedo un rato vacilando en si dejarla pasar o no, pero no soy mala persona como para no hacerlo. Ella entra y observa todo con maravilla mientras yo solo veo los mismos muebles viejos que ha tenido la abuela por muchos años, cierro la puerta y camino a la sala a leer la carta:
Para Harry: Se que aseguras que no me volverás a ver pero te equivocas muy pronto volveré, trata bien a Alejandra es hija de un sobrino y es muy buena niña, solo quiere terminar de estudiar lo que tu también estudias y se que sabes lo difícil que es perseguir tus sueños como ella lo esta haciendo, te ayudara con los gastos, no seas tan borde con ella. Te quiere tu abuela.
Me quedo sentado asimilando la carta mientras veo a Alejandra en el sillón de lado cabizbaja, la abuela nunca se equivoca y si dice que es buena chica le creo. —Perdón por lo de hace rato, no suelo recibir visitas diciendo que vivirán conmigo—digo en modo de disculpa. Ella levanta la cabeza y una sonrisa se dibuja en sus labios.
—Yo también lo tome mal al principio pero si quiero ser una gran escritora tengo que luchar por ello—dijo con entusiasmo.
—Eso mismo me dice la abuela siempre, lucha por lo que quieres—digo mientras le indicó a Alejandra donde sera su habitación.
Ella me sonríe y se adentra a la habitación que esta enseguida de la mia. Cuando me estoy marchando hacia la sala a terminar lo que empecé escucho que Alejandra me habla:
—Harry, gracias por permitir que me quede aquí—dice con la alegría clara en su voz.
—Yo también hubiera querido a alguien como mi abuela cuando le dije a mis padres sobre lo que quería estudiar y aunque llego tarde, mi abuela me salvo—dije con mi mas sincera sonrisa y a pesar de no conocerla sentí que ella la merecía.
