Ellos son completamente diferentes y jamás compartieron una relación normal, aún asi hasta los últimos momentos juntos entregaron todo por nada.
Portada hecha por: Liberty editoral.
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La abuela siempre dijo que yo era diferente a los demás, ella me dijo que yo era muy maduro y que talvez por eso en mi boca casi nunca se dibujaba una sonrisa. Al principio me pareció tonto que lo dijera y luego lo comprobé cuando mis amigos de la escuela reían y yo no, por eso decidí pasar bachillerato y universidad solo.
El estar solo me ayudo a entender por que no reía, supe entonces que no me causaba gracia lo que es muy tonto, el tratar a la gente es difícil cuando se ríen por que se callo una persona con un pedazo de banana en el suelo. Trato de mantener lejos a las personas siempre y que me halla acercado a defender a una persona tan grosera me hace preguntarme por que lo hice.
Mientras camino sin prisa a un lugar mas tranquilo escucho como alguien viene corriendo por detrás de mi hasta que me alcanza, observo de reojo a la chica y veo que ella tiene su mirada en mi con una sonrisa, genial lo que me gano por andar de superhéroe.
-Si vienes a agradecerme no te molestes en hacerlo-digo con seriedad.
-En realidad vengo a que me pases los apuntes de la primer clase-comenta despreocupada, la observo como si tuviera un ojo en la frente. ¿Acaso no me va agradecer?, aunque no quería que lo hiciera no me esperaba esto.
-¿Y por qué crees que te los daría?-pregunto incrédulo.
-Porque tienes pinta de ser buen compañero-respondió mirándome con una sonrisa, yo la mire con cara de enserio que no vez que ni empatía demuestro.
-Te equivocaste de persona-dije mientras caminaba mas rápido. Ella me alcanzo y empezó a caminar hacia atrás mientras me veía.
-¿Qué quieres que te de a cambio?-preguntó con cansancio.
-Nada y deja de molestarme-anuncie con enojo. Cruzamos la puerta del conserje y a lo lejos pude notar a mi madre hablando con la directora.
¿Qué hace ella aquí?, se supone que se alejaría de mi vida y no molestaría.
La chica seguía hablando y yo ya no la escuchaba solo podía ver a la causa de mi tormento ahí adelante, cuando ella iba a voltear dije lo mas tonto que pude haber dicho para salir de una situación incomoda y meterme en otra: -Bésame.
-¿Qué?-pregunto confundida.
-Si quieres los apuntes tienes que besarme-conteste con voz gélida.
Ella lo pensó por un momento y se acerco a mi hasta que sus labios se unieron a los míos.