Capítulo 13: Noche en el castillo

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El señor feudal les había dado su beneplácito. Después había avisado a los criados para que trajesen la cena y ahora comían todos juntos. Izuna estaba contenta, aunque una parte de ella seguía en tensión. Todo parecía en orden, de hecho, las cosas habían salido mucho mejor de que lo que podía llegar a imaginar pero no quería relajarse aún, por si acaso. Al hablar con el señor feudal se había dado cuenta de hasta que punto la alianza con los Hyuga era importante para la Hoja, si él se habían interesado por ellos era precisamente por que el clan de su prometido había protegido el castillo durante generaciones y confiaba en ellos. Sintió la responsabilidad sobre sus hombros al darse cuenta de la importancia de su futuro matrimonio y se prometió a si misma esforzarse más para mejorar su relación con Hashi cuando volviesen. 

Después de la cena comenzaron a traer alcohol. Ella no quería beber, de hecho no había bebido nunca, su hermano siempre se ponía como un energúmeno cada vez que alguien le ofrecía alcohol alegando que era demasiado pequeña para eso. Pero Madara no estaba allí y tanto Hashirama como el señor feudal la instaban a beberse el sake que le habían servido. Ella terminó por aceptar, más por no ofenderles que otra cosa. Tampoco podía emborracharse, seguían en territorio posiblemente enemigo y necesitaba sus sentidos alerta. Supuso que por un par de tragos no pasaría nada pero descubrió en seguida que su tolerancia al alcohol era nefasta. Hashirama ya se llevaba de perlas con el señor feudal y ambos comenzaban a estar borrachos mientras el Senju le contaba historias. Ella notaba su cuerpo extraño, como más pesado y tenía la cabeza embotada. Sintió vergüenza al darse cuenta de que se había embriagado con sólo dos tragos y se concentró en no moverse ni decir nada para que nadie lo notase.

 Tobirama no había bebido nada, él había estado alerta desde que se acercaron al castillo, se limitaba a vigilar a todos los presentes, así como a sentir el chakra de los que estaban fuera de la habitación. Al más mínimo movimiento sospechoso atacaría. Su hermano parecía haber convencido al señor feudal pero él no estaría tranquilo hasta que no estuviesen de vuelta en la Hoja. Se fijó entonces en que el rostro de Izuna estaba más sonrojado de lo normal, la había visto beber varios tragos, no tantos como para emborrachar a una persona normal pero quizás ella no tuviese buena resistencia al alcohol. 

Aquella reunión no parecía querer terminar. El estúpido de su hermano ya había bajado la guardia por completo y estaba totalmente borracho riéndose a voces por cualquier cosa mientras charlaba con el señor feudal que parecía estar en las mismas condiciones. Tobirama había lanzado una mirada asesina a los ninjas que les escoltaban cuando les habían servido alcohol a ellos también. Afortunadamente lo habían captado al momento y habían dejado de lado los vasos. Ya tenía a su hermano borracho y la Uchiha también parecía afectada, necesitaba al menos a los demás centrados. Pasadas unas horas que a Tobirama le parecieron interminables, dieron por finalizada la reunión y les llevaron a una sala amplia con varios futones enrollados junto a la pared. Él obligó a su hermano a acostarse inmediatamente ignorando sus quejas y les dijo a los demás que descansaran también. Había sido un día largo y todos estaban agotados. El pequeño de los Senju se sentó apoyando la espalda en la pared y se enfocó de nuevo en sentir el chakra de todos los que se acercaban a la habitación. Él se quedaría haciendo guardia, no quería sorpresas. 

Notó entonces que alguien se movía, gateando por el suelo para llegar a su lado. Su corazón se aceleró un poco al distinguir el rostro de Izuna en la oscuridad de la noche. Todos parecían haber caído rendidos y ya se escuchaban varios ronquidos de fondo.

-¿No vas a dormir?- susurró ella sentándose contra la pared a su lado.

-Alguien tiene que hacer guardia.

Ella suspiró.

-No debiste beber- continuó tras una pausa.

-No sabía que me iba a poner así- contestó la Uchiha inflando los cachetes en un gesto infantil.

Superando el odio [Tobirama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora