Capitulo 4

723 17 0
                                    

Ella se tiro contra él, tímidamente al principio. Y luego tomó posesión completa de su boca. __________ se volvió loca, envolviéndo los brazos en su cuello, apretando su cuerpo tan cerca que ni siquiera una bocanada de aire se interpuso entre ellos.

Caliente. Y los pequeños ruidos que hacía en la parte posterior de su garganta ponían todo peor.Un nuevo aumento del deseo lo traspasó. Su auto-control cedió.

La agarro a por encima de la falda, apretándola con fuerza entre su cuerpo y la pared, empujando directo entre sus piernas a un ritmo insistente que la tuvo clavando sus uñas en él y jadeando su nombre.

Mierda. ¿Cuándo fue la última vez que había estado así?

Ella lo había asombrado con su suavidad, su ardor.

Necesitaba más de ella ahora.

Cuando Justin metió una mano entre ellos para tocar su pecho, comenzó a sudar. Había sospechado que __________ tenía un infierno de tetas bajo las camisas entalladas que siempre llevaba, pero ni siquiera él había estado preparado para lo exuberante y reales que eran sus curvas, lo maravillosamente fuerte y firme que era el pecho que estaba en su mano.

Oh, Dios. ¿Esta era su __________ práctica y eficiente? Era como un mundo de secretos que jamás había imaginado y que ahora no veía la hora de explorar.

De alguna manera se las arregló para separar los labios de los suyos. Su piel... tenía que probarla. Rozó los labios sobre la piel pálida de su garganta, para prenderse en un pellizco suave. Gimió, saboreándola. Su olor era suave, con una pizca de menta y especias. La textura de su piel era tan sedosa como fino polvo. Sin duda delicada y pura. Se quemaría fácilmente con el sol. La había oído hablar de ello antes y se había reído de su fragilidad. Había tenido citas con chicas que amaban el aire libre. ¿Y ahora? Probablemente las sentiría como cuero. __________ era un placer delicioso y aterciopelado. Y si su cuello era tan suave, sólo podía imaginar lo que iba a encontrar entre sus pechos, a través de su estómago, en el interior de sus muslos.

La idea lo puso más duro de lo que recordaba haber estado en su vida.

-Justin-suspiró ella, agarrándolo más ajustado.

-__________, nena. Dios, te sientes tan bien. Tu sabor... -Capturó su boca otra vez. No tenía palabras para describir lo único y perfecto que su sabor era.

Dio la bienvenida a cada toque que le dio y empujó la chaqueta de sus hombros, por los brazos. La fina chaqueta Hugo Boss cayó a sus pies, detrás de él, y teniendo en cuenta lo que había pagado por ese traje, debería ser cuidadoso. Pero no importaba. Si jalar la cremallera de los pantalones le permitía entrar en ella más rápido, estaba totalmente a favor.

Tiró del abrigo y luego fue a las hebillas que sostenían sus cabellos de oro sobre la nuca. Tiró suavemente, deslizando los clips. Sus mechas cayeron en ondas suaves que envolvió en sus dedos, sosteniéndola contra él, al igual que haría cuando llegase al fondo de ella.

Dios, ella no había dicho que sí. Podía ser que lo alejase. Si lo llegaba a hacer, la seduciría, acariciaría, rogaría, lo que fuera necesario. La anhelaba bajo su cuerpo ya mismo, tomándolo. Se sentía desesperado por llenarla.

Excepto... que ella lo había dejado hoy sin una sola palabra.

Demasiado a menudo tenía citas con damiselas en apuros, como si inconscientemente buscase alguien para rescatar. Él y su media hermana Morgan habían hablado sobre el hecho de que tenía que dejar de perseguir gente que estaba jodida. Siempre lo utilizaban como una terapia barata, luego rompían su corazón cuando se iban. Al igual que Kayla.

Pero si __________ decía que sí ahora, sería porque lo quería, no porque necesitase rescate. Ella era una de las más centradas y genuinas personas que conocía.

__________ no lo podía dejar ahora. De ninguna manera. No iba a ocurrir.

La había probado y no estaba cerca de estar satisfecho.

Finalmente logró quitarle la chaqueta y la arrojó sobre la barra a su lado. Arrancó la blusa azul sin forma por debajo de su abrigo gris. Casi temió a su resistencia, pero no. Apretó el beso en sus labios, luego envolvió sus dedos alrededor de los botones de su camisa y desabrochó uno por uno.

Quedó completamente anonadado por todo lo que su escote expuso por encima de esa pequeña pieza de encaje que ella llamaba un sujetador. Joder, podía ver sus pezones rosados. Y apenas podía respirar.

Cuando las manos pequeñas de __________ rodaron sobre su pecho desnudo, sobre cada músculo y cada borde, su piel centelló con más eficacia que un centenar de cadenas de luces de Navidad en un árbol; perdió la paciencia y le arrancó el resto de su blusa. Los botones se desprendieron, volando por todas partes. La seda se desgarró casi con un rugido sexual que le puso la sangre caliente. __________ se quedó sin aliento mientras arrastraba su camisa y apretaba sus pechos con sus manos.

-A la mierda, son hermosos. __________... Dios, los quiero. Te quiero a ti.

No podía esperar a quitar su sostén. La sujetó por la espalda y tiró de ella con una mano mientras le mordía y chupaba a través de las copas del sostén. __________ lo agarró del pelo, apretándolo contra a ella, y gruñó un suave "sí".

Una sola palabra, y se convirtió en un tren de carga sin frenos.

Ella lo quería, y nada le iba a impedir tenerla. En ese momento,

Justin estaba malditamente contento, sobre todo cuando el cierre de su sujetador cedió bajo sus dedos y la pequeña prenda cayó al suelo...

Perverso para Amar ~J.B~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora