Rebuscó alrededor de la barra de paso entre su vestíbulo y la cocina, hasta que encontró su carta de renuncia, la que le había dado la patada en el culo que necesitaba para replantearse todo. La rompió por la mitad, y luego la arrugó y la tiró en la papelera cercana.
-Listo. Está hecho-Dijo sonriente.
-Bien-, dijo firmemente, luego tomó un respiro nervioso, y las vísceras de Justin se retorcieron con alarma. -Pero no creo que debamos dormir juntos nunca más. -Cuando él abrió la boca, ella lo interrumpió. -Ya sé que no estás enamorado de Kayla. Y yo absolutamente disfruté de estar contigo esta mañana. Nunca he tenido a nadie que me hiciera sentir tan bien, que se preocupara tanto por mi placer. Contigo, me sentí sexy.
-Eres sexy.
__________ dispuso las rosas en el jarrón, y luego lo colocó en la mesa a su lado.
-Gracias. Pero no puedo tener "sólo sexo" contigo. Sé que has tenido un puñado de horas para pensar en nosotros juntos, pero tengo que ser completamente honesta. Yo no estoy hecha para el sexo casual. Nada acerca de ti es casual para mí.
-__________, nena...
-Déjame terminar. -Ella se encaminó hacia la sala de estar, poniendo el sofá entre ellos. -No veo ninguna razón para darte menos que la verdad: Te amo.
Esas dos palabras enviaron electricidad deslizándose sobre su piel. Había estado duro cuando llamó a su puerta. Pero ahora, estaba como el acero. No podía esperar para tocarla, estar dentro de ella, y mostrarle cómo se sentía.
-Si no crees que alguna vez vayas a ser capaz de sentir lo mismo, no vamos a continuar con esto, Justin.
Le había costado mucho decir eso, él lo sabía. Y comprendía de dónde venía. Había desperdiciado tres años de su vida en un hombre demasiado sumido en el pasado como para notarla. Ahora, ella asumía un montón de cosas acerca de sus sentimientos, o la ausencia de ellos.
-Tú tampoco eres casual para mí, __________. Puedo haberme dado cuenta tarde, puedo haber estado ciego durante la mayor parte de nuestro tiempo juntos, pero esta mañana, con un beso, me abriste los ojos. Ya sabes lo mucho que dependo de ti en la oficina.
__________ se burló.
-Estarías perdido sin mí. Definitivamente no puedes mantener un calendario de funcionamiento. Documentos y correos electrónicos estarían desparramados en todas partes. Y rara vez recuerdas devolver una llamada telefónica.
-De acuerdo. Soy un desastre. Pero preferiría perderte profesionalmente antes que románticamente. Yo realmente te quiero de vuelta en la oficina, pero estoy muy, muy seguro, que te necesito en mi vida y que no voy a estar completo o feliz hasta que esté seguro de que eres mía.
Una sonrisa traviesa se arrastró hasta su rostro.
-Tuya, ¿eh?
Justin se abrió camino alrededor del sofá y tomó una de las manos de __________ entre las suyas.
-Sí. Estoy bastante seguro de que me estoy enamorando de ti, __________. -Tomó la mano de __________ y la apoyó sobre su propio corazón, emocionándose cuando encontró su mirada y él pudo ver su amor, su alma misma, abierta y brillando desde sus ojos. -Quédate conmigo, nena. Dame tiempo para ponerme al día y hacerte feliz. Si quieres que no te ponga las manos encima hasta entonces, lo entiendo totalmente. Quiero que te sientas cómoda. A confiar en mí. Voy a esperar...
-Si eso es lo que sientes, no quiero esperar. -Sus ojos verde dorado bailaron con alegría y un poco de malicia, mientras ella se acercó y le dio un beso en la boca. -Te quiero ahora.
Tragó saliva. Su pene se puso más duro. La idea de tener a _________ todos los días a su lado, todas las noches en su cama, era más allá que seductora. Quería tenerla de todas y cada una de las maneras en que pudiera tenerla, ya sea que estuviera desnuda contra las sábanas, sólo de la mano, o regalándole esa sonrisa secreta entre las reuniones de la oficina.
Él quería todas las posibilidades de caer completamente enamorado de ella y mostrarle exactamente cómo se sentía.
Pero él la quería lista y confiada.
-Nena, no quiero hacer nada hasta que estés segura de que estas lista.
-Justin-. Ladeó la cabeza a un lado.
- ¿Sí?
__________ deslizó su palma desde el pecho, más allá de su abdomen, más al sur hasta que se apoderó de su erección en la mano.
-Quítate la ropa.
Maldita sea, su toque se sintió tan bien, Justin pensó que iba a tragarse la lengua. Pero primero lo primero.
- ¿Vas a darme la oportunidad de demostrarte que no sólo quiero tenerte, sino también cuidarte?
-No puedo esperar-, suspiró ella.
-Bueno. Entonces tengo una idea: ¿Por qué no te quitas la ropa?
Y me dejas besar cada centímetro a lo largo del camino. Ella sonrió y tomó la delgada correa de su camiseta.
-Sí, jefe.
-FIN-
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Perverso para Amar ~J.B~
RomanceJusto cuando Justin Bieber renunció a la mujer que siempre había querido, se encontró con la que él necesitaba… delante de sus narices. Hijo de un político, Justin olvido su deseo de servir a su comunidad después de que un antiguo amigo le chantajeó...