Capitulo 7

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Esa era la pura verdad. Nunca en su vida había anhelado un hombre de esa manera. A la mayoría los podía tomar o dejar. Incluso cuando era una adolescente, nunca había tenido un flechazo con un chico que había pensado que la mataría si sus sentimientos fuesen correspondidos.

Justin había cambiado eso.

Él tragó saliva.

-Yo, también. No vine aquí pensando siquiera en besarte, y mucho menos llegar dentro de ti. Yo...

-Lo sé, pero yo no lo cambiaría. Mi habitación está en el extremo de la sala.

Él negó con la cabeza antes de que ella terminase de hablar.

-Demasiado lejos. Tengo que hacerlo ahora mismo.

¿Cómo planeaba...?

Antes de completar la idea, se inclinó y la levantó, empujando su espalda apretada contra la pared, sosteniéndola en su lugar con el peso caliente de su cuerpo musculoso. Ella gritó y se agarró a sus hombros mientras se alineaba con sus pliegues hinchados. ¿De pie? ¿Aquí? ¿Ahora?

Su miembro dio un empujón.Rápidamente encontró su apertura y puso la cabeza en su interior. Su toque la llenó con una necesidad eléctrica, como si no hubiera acabado de tener el orgasmo más monstruoso de su vida, hacía un minuto atrás.

Entonces, de repente, soltó sus caderas y dejó que la gravedad hiciera su trabajo. Ella se hundió rápidamente en la amplitud empaladora de su el. Su respiración se trabó una, dos, otra vez...

Dios, que llena se sentía, pensó que podría estallar. Su mirada se encendió, y Justin la miró con una sonrisa oscura cruzando su cara.

- ¿Me sientes, nena?

-Sí-jadeó. ¿Cómo no iba a hacerlo? La estiraba y quemaba. E incluso a través del dolor, se sentía tan bien.

Su sonrisa se volvió un poco más caliente, y luego besó un camino a lo largo de su mandíbula.

-Eres tan apretada. Eres como el cielo.

Él gimió y separó sus caderas, retirándose. La fricción a lo largo hizo estremecer las terminaciones nerviosas sensibles. Todo dentro de ella se elevó de nuevo, y fue como si nunca se hubiera corrido.

Si ella lo dejaba, Justin haría todo el trabajo y controlaría del ritmo y la profundidad al hacer el amor. Pero ella quería encharcarse en él, ahogarse en él.

Tenía la intención de disfrutar de ese momento mientras durase.

Agarrando su cara, pegó sus labios pegados a los suyos, luego se hundió en su boca. No se resistió ni un poco, sólo se abrieron para tomarla por un largo, electrizante segundo. A continuación, las sacudidas de sus golpes superaron todo. Se movió sobre él, sintiendo su interior calentarse, sus pechos rebotaban, ella se estrujaba bajo él.

-Te sientes tan jodidamente bien-gruñó en contra de la curva de su pecho. - ¿Cómo estuviste en frente de mí por tanto tiempo, y no te vi?

Exactamente lo que quería saber __________, pero no podía hablar. Cada embestida dentro de ella, tocaba tantos nervios sensibles que la dejaba casi sin sentido. Con cada movimiento, estimulaba su punto G. Apretó, apretó, contuvo el aliento...

-Justin...

-Vas a correrte, nena ¿no? Puedo sentir que te aprietas en mí. Tan sensible... -Él le bombeó más fuerte, sus dedos se clavaban en sus caderas, y se movía en ella con movimientos cortos y rítmicos. -No estoy muy por detrás de ti. Vamos, córrete y yo te sostengo.

__________ le hizo un gesto débil y se retorció mientras se estrelló contra ella una y otra vez. Se sacudía entera con cada movimiento.

Estando sensible de su anterior orgasmo, no se necesita mucho más para empujarla hacia el precipicio. Y entonces oyó nada más que el latido de su corazón golpeando en sus oídos, no sintió nada, salvo el placer estrellándose a través de su cuerpo como un torbellino mientras empujaba profundo, gimiendo largo y bajo, el sonido de la satisfacción.

Sus rodillas empezaron a ceder a la vez que sus brazos. Justin se desprendió de su cuerpo mientras se deslizaba por la pared a sus pies. La cuestión de si sus propias piernas la sostendrían, pendía de un hilo, pero ella se mantuvo con un codo en la barra junto a ella y logró mantenerse en pie. Frente a ella, Justin se puso las manos en la cintura y trató de recuperar el aliento.

Y eso la golpeó. Acababa de dejar a su jefe -ex jefe- follarla en su vestíbulo. ¿Y ahora qué? __________ esperaba como el infierno que no se arrepintiese. Eso le haría daño. Ella podría arrepentirse más tarde, pero por diferentes razones. En este momento, estaba disfrutando de la cercanía que acababan de compartir y rezaba por que no tomara su ropa y echara a correr como si tuviera el culo en llamas, y saliese de su vida para siempre.

- ¿Qué diablos pasó? -Apoyó su mano en la pared encima de ella, mirándola a los ojos.

Perverso para Amar ~J.B~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora