Capitulo 6

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Así que __________ se levantó la falda gris hasta la cintura. Justin no necesitó más que esa invitación. La jaló las bragas por sus muslos.

Ella se retorció hasta que cayeron al suelo. Pero una vez que la ropa interior estaba fuera, no tenía nada que hacer sino mirar en un rapto de fascinación, cómo Justin cayó de rodillas y miró directo a su zona. Le pasó el pulgar por sus pliegues mojados, justo sobre el clítoris. Su lengua siguió el mismo camino. Se quedó sin aliento.

- ¡Justin!

-Abre las piernas, nena. Tengo que verte.

Gimiendo, ella accedió. No tenía idea de lo que pasaba por su cabeza mientras su cálido aliento acariciaba su piel. __________ contuvo el aliento, deseándolo tanto que gimió.

Cerró la boca en su clítoris. Todo su cuerpo se arqueó como un rizo por la excitación, profundizada a una necesidad dolorosa. Le metió las manos en su pelo grueso de nuevo, pero nada podía anclarla contra el placer vertiginoso mientras chupaba profundamente su clítoris.

-Dios, estas dulce... -murmuró contra ella...-No esperaba que estuviese descubierto. Estás preciosa. Quiero quedarme aquí y darme una fiesta.

Si lo hiciera, la volvería loca. Pero si él la dejaba, francamente quedaría desquiciada.

-Más.

-Oh, sí. Mucho más.

Enterró a su boca entre sus piernas otra vez, separando sus pliegues con sus pulgares. Esta vez se acercó más, profundo, metiéndola por completo. Lamió su meollo, y la fricción hizo que su cuerpo se ponga rígido. Lo jaló del cabello. A Justin no parecía importarle. Se limitó a acariciar uno de los muslos, y luego lo subió a su hombro. La posición la dejaba abierta de par en par, y la otra pierna no la habría sostenido si no estuviera apoyada contra la pared.

Dios, con ese tipo de estimulación, __________ no podía quedarse quieta.

Ella se retorcía y gemía, gemía su nombre, desesperadamente tratando de presionarse más a él. Una vez más, Justin tomó el control y la agarró por las caderas.

-__________, quieta. Déjame hacerte sentir bien.

Ella quería, pero le estaba pidiendo lo imposible. Su mano inflexible no le dejó otra opción. La obligó a tomar su lengua castigadora. El espiral de deseo entre los muslos la hizo temblar, se fue incrementando hasta que sólo podía jadear y necesitar y clamar su nombre.

Había pasado tanto tiempo desde que había sentido el toque de un amante. No había querido a nadie, salvo a Justin, e incluso su vibrador tenía un lugar poco atractivo en estos días. Él no podía hacer que se sintiese hermosa. Los orgasmos huecos que le entregaba, no podían hacerla sentir deseada o amada. Justin sí. Bajo su boca, ella se sentía como su tesoro más codiciado, y la forma en que la comía, con un delicado tratamiento, la empujó hasta el borde del placer.

-Me voy a venir-exclamó ella.

-Bien. Tan dulce, __________. Eso es. Córrete para mí.

Su próxima lamida la envió volando en un éxtasis tan candente, que apenas podía comprender. __________ gritó y se resistió en su boca. Pero Justin no aflojó. Se quedó con ella a través de la ola gigante de sensaciones, chasqueando la lengua de su nudo pulsante, prolongando su placer, haciéndolo durar hasta que quedó jadeando y sin aliento y mareada por una felicidad abrasadora.

No había recuperado siquiera el aliento cuando Justin se enderezó y le plantó un beso voraz contra sus labios. Ella se probó en su lengua. Nunca había intercambiado esta intimidad con un amante, y Justin parecía decidido a compartirla con ella. Así que se rindió y le dio la bienvenida.

Pero ella quería más.

Metiendo las manos entre ellos, tomó el botón de sus pantalones.

Él contuvo el aliento mientras lo abría. El ronroneo de la cremallera bajando llenó sus oídos, junto con su gemido. Se metió una mano en el bolsillo mientras se bajaba la ropa interior a sus caderas, y luego arrastró ambas prendas hasta los tobillos.

Un momento después, oyó el rasgar de papel de aluminio y lo encontró rodando un preservativo sobre su miembro.

__________ parpadeó mientras observaba. Había pensado que se sentía grande mientras se había frotado contra él. ¿Pero verlo? No se sorprendió mucho de que fuera largo. Justin era alto, delgado y atlético. Sin embargo, el grosor de su pene la hizo hacer una pausa. Había leído los clichés sobre los penes que supuestamente tenían varios centímetros más de espesor. Lo había apuntado como una leyenda urbana o tonterías románticas.

Nunca había visto a un hombre que guardase tanto en sus boxers.

Hasta ahora.

- ¿Tienes dudas, __________?-le preguntó. Su expresión sugería silenciosamente que si ella decía que sí, lo iba a matar, pero lo aceptaría.

Y, honestamente, las tenía, pero no por la razón que él imaginaba. __________ no se había acostado con ningún hombre en más de tres años.

Había roto con su pasado anterior novio, seis semanas antes de que

Justin se hubiera unido a su equipo. Desde entonces, había hecho lo mejor para satisfacer sus fantasías con su jefe, con un poco de ayuda de su novio con pilas.

Pero este hombre de carne y hueso era mucho más grande.

-No-dijo con voz temblorosa. -Quiero esto terriblemente.

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Bueno espero que les este gustando....ay este justin

Perverso para Amar ~J.B~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora