Bajé las escaleras solo con mi ropa interior, usaba una de encaje roja que Piper me había regalado cuando cumplí mis dieciocho años. La casa de Francis se me hacia hermosa, algo grande y un poco ostentosa para mi gusto personal, pero hermosa de igual manera. Al llegar al vestíbulo giré viendo de puerta en puerta donde estaría la cocina, el pasillo no era tan largo, solo habían dos puertas y un gran umbral que daba hacía la izquierda, me asomé un poco y me encontré con la sala de estar, era enorme, alumbrada por dos grandes ventanales que daban a algún jardín, me alejé para abrir con cautela la primera puerta que me topé, perfecto, era la cocina.
Ésta también era alumbrada por la luz natural de un ventanal, y para que decir, era más grande de lo que yo podría pagar aunque estuviera en mi trabajo toda mi vida. Caminé dejando que mis dedos acariciaran el mármol de la encimera, busqué algún café entre los cajones algún café que no fuese de esos que vienen para meterlos en la máquina, pero al parecer era imposible, y tampoco entendía para que tenía una cafetera no eléctrica si no tenía café para preparar.
Me rendí por mi café casero y saqué una cápsula de capuchino. Empezó a preparar mi café, dejé la taza en su lugar y esperé mirando hacia afuera a que se terminase de hacer mi café. Estábamos entrando en Otoño, debería hacer algo de frío fuera, pero aquí dentro estaba muy agradable, y para estar solo en ropa interior no sufría nada de frío. Recogí mi taza de café y empecé a tomar mi capuchino. No pensaba ponerme reflexiva esta mañana, así que alejé todos esos pensamientos con algo que haría durante el día. ya eran las diez y media de la mañana, ya no llegaría a trabajar.
Podría llamar a Piper y juntarnos durante el día, habían muchas cosas que faltaban actualizarse en nuestra amistad, pero claramente omitiría muchas partes, sobre todo la última historia de mi vida. Terminé mi taza y la lavé, siento unos pasos desnudos entrar en la cocina, sonreí pero no me giré, solo seguí con mi labor de limpieza. una de sus manos me presionó contra su abdomen, mientras la otra apretaba uno de mis glúteos, sus caderas empezaban a hacer presión contra mi cuerpo, y me encantaba la sensación que dejaba su piel contra la mía.
Su mano izquierda abandonó mi abdomen para apartar mi cabello a un lado, sentí sus húmedos labios contra mi piel, causando escalofríos por toda mi columna. Mis manos se aferraban a la encimera, y la suya en sacar mi brasier. Sus dedos jugaban con mi pezón y los otros con el borde del encaje de mi ropa interior, podía sentir lo duro que ya estaba, me presionaba contra la encimera, solo me causaba más placer, solo quería tenerlo ya dentro de mi y disfrutarlo.
No hacían falta las palabras, es más, lo agradecía, sabía que cualquier conversación entre ambos sería incómoda, lo nuestro era simple sexo y placer, nada más, y no quería llevarlo más allá de ese límite. Dejé mi cuerpo a su merced, dejando que bajara mis bragas hasta el suelo, me giré un poco para verlo, se bajaba su bóxer, me causó gracia el diseño de este, eran como manchas rojas frente a un fondo azul. Se puso el condón, sus dedos seguían jugueteando con mi otro pecho, mordí mi labio inferior. Entró fuertemente, no esperaba para nada eso, pero no pude evitar soltar un gran gemido, salía y entraba rápidamente, casi no me dejaba tiempo de respirar correctamente gracias a que mis gemidos cortaban todo intento de tomar aire. No podía formular ninguna palabra, así que tampoco lo intenté, solo me dejé guiar por las bombardeadas olas de placer que este hombre me entregaba. Lo escuchaba detrás de mi, su voz se volvía más grave, solo lo hacía más jodidamente sexy de lo que ya lo era. No fue difícil llegar a mi orgasmo, pero no me sentía cansada, solo quería tenerlo una y otra vez hasta desplomarme. Me giré y lo atraje a mis labios, su lengua entraba a mi boca invadiéndola, sus manos recorrían mi cintura, bajaron hasta mi cadera y tomaron mis piernas, sentándome en la encimera.
Volvió a entrar en mi, con la misma intensidad anterior, simplemente se me hacía delirante. Estaba sujeta a él por su brazo, su boca viaja en un vaivén entre mi boca y cuello, mordía y succionaba haciendome delirar, de la nada, sus movimientos fueron lentos, gemí en protesta, ¿así qué le gustan los juegos? Porque acepto jugar, y no pensaba perder. Atraje nuevamente sus labios a los míos, mordí su labio inferior mirando fijamente a sus verdes ojos, ¿quieres jugar Francis? Porque estoy encanta con ganar.
Comencé a besar su cuello, dejando muchas más marcas, desde su mandíbula hasta su clavícula, me alejé orgullosa de mi trabajo. Mordí mi labio mirándolo, me atrajo a su abdomen y comenzó nuevamente a bombardear con más rapidez nuevamente, llevé mi cabeza hacia atrás disfrutando cada segundo. Me aferré a sus hombros, mis piernas rodeaban su cadera sin querer soltarlo, podía sentir como ya llegaba nuevamente mi ansiado orgasmo, y él lo sabía, así que no paró en ningún momento. Una oleada de placer inundó mi mente completamente, arqueando mi espalda, me abracé a su cuello, mi mano izquiera bajó a la encimera para afirmar mi peso, a los segundos escuché su orgasmo, lo cual era música ancestral para mis oídos.
Respiré agitada recuperando todo el aire que no fui capaz de tomar anteriormente, salió de mi y acercó mi rostro, mis manos se dirigieron a su cuello y lo besé más tranquila, no me agradaba mucho la idea de quedarme aquí simplemente a conversar, y claro que no había tema de conversación entre ambos, ¿qué diríamos? Oh, el sexo de la noche fue espectacular, claro que lo fue, pero solo llevaría a conversaciones incómodas, él no debía saber nada más de mi, y yo nada más de él.
—Iré a vestirme, debo ir a trabajar —me excuse, no era mentira después de todo, cualquier mortal trabaja los viernes, pero claramente no todos llegan a trabajar con casi cuatro horas de retraso.
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CENSORED +18 | Robert Sheehan | Alissa Lindberg
FanfictionSolo una persona podía hacer sentir su corazón completo. Solo que aquella persona no era la indicada para estar a su lado en esta vida. 🕎 ADVERTENCIA: Esta historia contiene escenas sexuales, consumo de alcohol, tabaco y drogas, palabras ofensivas...