CENSORED +18 | Robert Sheehan | Alissa Lindberg

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Llegué a mi departamento, no sabía que hacer esta noche, y la idea de quedarme un viernes en casa se me hacía aburrida. Pero tampoco quería salir a bailar, hoy fue un día cansador, desde mi junta con Piper, recorrí tres hospitales diferentes para poder sacar una licencia de lo que fuese, fui a dejar la tan querida licencia y me excuse pidiendo disculpas por aquella falsa enfermedad, mi jefe simplemente entendió mi estado y me dijo que me mejorara. A veces solía ser un idiota, pero era una buena persona, un padre de familia que solo buscaba un mejor futuro para sus hijos. Llegué a mi hogar tarde, la televisión seguía en el mismo canal de siempre, creo que había una película, no me importaba mucho la verdad.

Empecé a hacer algo productivo, mi departamento estaba hecho un desastre, tenía una larga tarde, recién el reloj marcaba las tres en punto, suspiré al saber que apenas habían pasado 3 horas y ya había corrido una maratón entera.

♣

Miraba algo orgullosa mi orden, no era lo mejor pero me trasmitía tranquilidad. El reloj marcaba las cuatro y treinta minutos, a veces me odiaba por ser tan rápida cuando menos lo quería. Tomé un abrigo y salí, no sé a dónde voy a parar, pero con pasear como cualquier persona en las calles de Londres me distraería lo suficiente.

Bajé por las escaleras del metro, no me fijé en nada, mis pensamientos estaban absortos en si mismos, tanto como para que mis pies y manos caminaran automaticamente por las escaleras llevandome a algún lugar. Subí al tren subterráneo y me senté en el primer lugar vacío que vi. Saqué mi celular, ningún mensaje y ninguna llamada pérdida, abrí WhatsApp y vi la conversación con Cole, no era para nada especial, solo un "ten un lindo día", y un hipócrita "tu más, te mereces lo mejor".

Cole era esa persona que merecía muchas cosas, siempre estuvo al tanto de las personas y de sus situaciones para saber cuándo ayudar, siempre estuvo para las personas cuando más necesitaban de alguien, siempre empatizó con muchos, siempre los ayudó. Siempre estuvo cuando se lo pedí, pero en los mensajes solo se leía un "no puedo", "tal vez otro día", "no hoy, Cole".

Concentré mi atención en ver dónde estaba, no me importó mucho y bajé. Seguí caminando, aún cuando mi mente dice que hoy no habrían fiestas, ya me encontraba recorriendo las calles, llenando mis oídos con la música del interior de éstas. No quería bailar, no quería estar aquí, sin embargo aquí me encontraba ya pagando la entrada a una de éstas. No quiero tomar, sin embargo ya estoy tomando un vaso de vodka. No quiero estar aquí, no puedo salir, me siento mareada, me siento mal, no quiero...

—¿Noah? —giré rápidamente mi cabeza, primer error, sentí nauseas y un fuerte mareo, Francis se encontraba un mejor estado a comparación mía.

No dije nada, solo me quedé quieta, no sentía mis labios, no estaba bien. La imagen de Francis solo se veía más borrosa, las luces no me dejaban ver. No podía escuchar con claridad.

—¿Estás bien? —no, no lo estoy, pero no vengas, no quiero conocerte, no —. ¡Mierda!

Nunca perdí mi consciencia, mis piernas fallaron, es como si me hubiese desmayado, pero nunca dejé de estar consciente. No podía hablar, mis ojos buscaban algo visible, nada. Cerré mis ojos, escuché un golpe, y al abrirlos estaba en un auto, con Francis de volante.

—No...

—Escuchame, te llevaré a un hospital, y te sentirás mucho mejor.

—Francis, no...

—No, escuchame, debes decirme que ingeriste Noah.