CENSORED +18 | Robert Sheehan | Alissa Lindberg

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Durante una semana no había vuelto a mi departamento, me encontraba viviendo junto a Piper durante algunas semanas, pero era la única manera de mantenerla cerca mío. Comienzo abriendo todas las ventanas que tengo y arreglo un poco el desorden, no me preocupa mucho el tema del polvo ahora así que voy directo a tomar un baño, podré no tener el mejor apartamento del mundo, pero el baño es el mejor. Tiré una bomba de baño al agua y mientras esta se deshace me voy a mi dormitorio a buscar mi toalla y desnudarme, dejé todo ordenado junto a la tina en una pequeña mesa que tengo.

No tengo ningún plan esta semana, y me frustra, en el trabajo tengo esta semana libre debido a que por ahora no necesitan a mi equipo de trabajo, así que me relajo un poco de eso, pero no quita mi ansiedad de no saber que hacer. No puedo domar un talento en tan solo una semana, seria inútil hacer ejercicio u otra estupidez si aún mi amor incondicional es de una deliciosa hamburguesa.

Tomo mi celular y veo la lista de contactos que tengo, a Piper la descarto inmediatamente, la quiero, pero siento que la vi demasiado estos días, sigo bajando, recuerdo a la chica pelirroja de la cafetería, o al rubio que trabaja en el estacionamiento, ninguno me convence, así que dejo el teléfono a un lado y me sumerjo en el agua. No quiero estar sola, pero no hay nadie, no hay nadie con quién estar, pero... No. Simpelemnte me quedaré sola.

Vamos, sé que puedes hacerlo, verás que algo te va a hacer bien.

¿Cuándo quedarme sola ha sido buena idea? Mierda, no quiero invitar a nadie, me frustra no haber pensado en tener alguna otra amistad entre toda esa gente, los quiero a todos de cierta forma, pero muchos no son buenos hablando simplemente con una chica anónima que solo está para cuando quiere tener sexo. Aún me mantengo sumergida, y es que me niego a salir hasta buscar una solución, nunca he invitado a alguien solo para salir y hablar, no podría...

Salí apenas sentí un dolor horrible en mi pecho, tomé una gran bocanada y casi al instante el dolor desapareció, y es que apenas logré controlar un poco mi respiración cuando siento mi celular sonar, alguien ha estado llamando. Me asomó para leer el nombre. Francis.

Mierda.

Me quedó viendo el teléfono unos segundos, quizás el me podría acompañar, ya me demostró que lo que sea que haya, no es solo sexo. Guio con mi dedo hacia la derecha y lo pongo al instante en altavoz.

—¿Hola? —logro pronunciar, fue una mala idea, esto es vergonzoso.

—Hola, te llamé en la semana y no contestaste, ¿pasó algo? —dijo calmado.

Esto es lo más vergonzoso, y si le cuelgo sería muy obvia. Ay Francis.

—Nada pasó, fui a la casa de una amiga durante dos semanas y dejé mi teléfono aquí -contesté con mi voz más baja.

—Oh, está bien. ¿Te parece vernos hoy? —pregunta, y su voz se oye algo más entusiasmada.

—Francis... En verdad no quiero... Yo...

Mierda, ¿tan difícil es conversar?, odio esto.

—No te oyes bien, ¿estás segura que no pasó nada?

—Nada, durante dos semanas no pasó nada, poco emocionante ¿no?

—¿Quieres hablar? Puedo ir a tu departamento.

No puede venir, no puedo verlo, mierda.

—Yo... —No quiero decirle que sí, tampoco quiero que se vaya.

—Escucha Noah, estoy ahí en 10 minutos, no te oyes para nada bien.

—¿Tan notorio es? —pregunto mientras quito una lágrima de mi rostro.