Popularidad, belleza, fama, talento. Taeyong lo tiene todo. En su burbuja dorada, él es el rey. Pero, ¿qué pasa cuando cierto artista novato comienza a ganar más popularidad? El nuevo puede ser increíblemente guapo, de buenos modales y amado por tod...
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—¡Bienvenidos a Happy Camp! Sus habitaciones están arriba, en las puertas encontrarán sus nombres.
Taeyong hizo por tomar su valija pero Jaehyun fue más rápido. Protestó pero el chico ya estaba subiendo las escaleras.
Miró alrededor. La cabaña en la que se quedarían superaba sus expectativas. Se había imaginado un lugar sin muchas comodidades, pero en realidad no le hacía falta nada.
Piscina al cubierto, sauna, sala de masajes, jacuzzi, tratamientos de belleza, aguas termales. Y cosa más importante, su celular tenía una excelente cobertura, así que seguiría conectado en todas sus redes sociales.
—Ah, este es mío —Jhonny tomó su celular de las manos e hizo lo mismo con los demás.
—Sus celulares serán confiscados durante todo el día, los tendrán de vuelta en la noche —explicó.
Muchos se quejaron, pero la idea del campamento era estar desconectados de todo tipo de distracciones.
A Jaehyun le daba igual, pues todo lo que llamaba su atención, por su suerte, estaría muy cerca de él.
Taeyong suspiró y subió a la segunda planta con paso pesado, encontró su valija frente a un habitación y cuando entró y cerró la puerta, lo primero que hizo fue buscar en el fondo de su maletin.
Sonrió victorioso al encontrar su otro celular, lo encendió y allí estaban las notificaciones, cayendo una tras otra. Luego de contestar unos mensajes revisó su habitación.
Era muy limpia y acogedora, pero sobretodo, era solo para él. Descansó un rato en la cama antes de que sintiera tocar a la puerta. Era Mark que le evisaba que de allí a una media hora debían bajar.
Rápidamente se dio una ducha y cambió de ropa, escogió unos cómodos jeans y una camisa celeste, por último unos zapatos deportivos.
Cuando bajó ya estaba la mayoría de sus compañeros, platicó con algunos de ellos. Se sentó en una banquita a tomar un poco de sol y a disfrutar del clima fresco y agradable.
De reojo, Taeyong vio cuando el alto castaño salió de la cabaña. Varias personas voltearon a verlo.
Vestía una camisa a cuadros que lo hacía lucir como salido de una revista. Su cabello estaba ligeramente humedecido, quizás se había hecho una rápida ducha.
Inmediatamente unas imágenes de piel mojada, vidrios empañados pasaron por la cabeza del modelo. Aquello estaba demasiado vivido en su cabeza y también en su cuerpo...
—Así que él es el nuevo chico más cotizado de Seúl.
Un chico pelingro, alto, de piel nívea tomó asiento a la par de él, le ofreció una botella de jugo natural.
Ese comentario puso de mal humor a Taeyong, pues todavía no superaba aquel duro golpe a su orgullo. Agradeció por la bebida.
—Es bastante atractivo —prosiguió el pelinegro afilando la mirada. —y es popular entre hombres y mujeres.
